El medievo sale a la luz en Barbanza (Galicia)

El medievo sale a la luz en Barbanza (Galicia)

Los arqueólogos recuperan los primeros restos de la Edad Media hallados en la sierra

Nadie dijo hasta ahora que en lo alto de la sierra de Barbanza, ese balcón a las rías de Arousa y Muros-Noia, existió una población numerosa durante la Edad Media. Nunca se pensó por el simple hecho de que no se habían encontrado restos arqueológicos de la época. Pero la historia ha cambiado. Y lo ha hecho gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar de arqueólogos procedentes de las mejores universidades de España. Este grupo realiza su actividad en la parte alta de este macizo desde hace días, pero los avances ya están a la vista. Aunque todavía hay que hacer pruebas de carbono 14 -«ya que esta ciencia es muy traicionera, y todo lo que suponemos ahora puede desmontarse en segundos», explica el catedrático de Prehistoria de la USC Ramón Fábregas, que coordina el proyecto- ya se puede aseverar, casi con toda seguridad, que las estructuras localizadas son de la alta Edad Media, y, además, son muchas y pertenecían a viviendas de planta cuadrangular con anexos semicirculares que se destinaban al ganado.

Son 52 los lugares en los que hay constancia de que hubo viviendas, por lo que hacer un cómputo de las casas exactas resulta imposible mientras no se excaven todas. Otra cosa es realizar una valoración de la población que residió allí -se estima que entre los siglos VIII y XI-, y que pudo rondar el medio millar. Su economía estaba basada, principalmente, en la ganadería, que en lo alto de esta sierra encontraba todo el pasto que se le antojaba.

Restos de vidrio o cerámica son, principalmente, las piezas que se están recuperando y documentando, y que tras ser analizadas permitirán conocer la cronología de este hallazgo y más aspectos de la vida de aquellos barbanzanos.

La importancia de estos descubrimientos radica en que la sierre de Barbanza no era un emplazamiento del medievo hasta ahora. «Con esto introducimos un nuevo factor, que nos permite estar casi seguros de que Barbanza, en su parte más alta, tuvo una población seguramente en los meses con un clima más cálido. Tampoco podemos decir que estos asentamientos estuvieron ocupados de forma permanente, más bien pensamos que residían en diferentes períodos de tiempo», aclara el catedrático Ramón Fábregas.

La campaña arqueológica, coordinada por la USC, acabará en unos días y ahora habrá que esperar para saber si existen fondos -como los ya aportados por la Diputación de A Coruña y el Concello de Boiro- para seguir arrojando luz sobre el pasado, hasta ahora desconocido, de esta esquina de Galicia.