Los expertos ratifican la existencia de aldeas medievales en la sierra de Barbanza (Galicia)

Los expertos ratifican la existencia de aldeas medievales en la sierra

La datación de una atalaya avala la hipótesis de que pudo existir una red de torres defensivas que conectaba más de cincuenta núcleos

Las últimas excavaciones en la sierra de Barbanza han proporcionado las piezas necesarias a los arqueólogos para confirmar la existencia, en Porto Traveso, de un asentamiento conformado por un establo anexo y un cercado para el ganado, además de una atalaya geoestratégica en Outeiro da Torre. El núcleo data del año 844 d.?C., fecha coincidente con la primera invasión vikinga, la torre informativa se encuadra entre el último tercio del siglo VIII e inicios del X. Esto viene a confirmar la existencia de aldeas medievales en este espacio.

La hipótesis de que Outeiro da Torre, posición elevada que permite contemplar la totalidad de la ría arousana, contase con una plataforma rocosa donde se podría contener una hoguera que alertase del peligro invasor está constatada por la existencia de una muralla ciclópea, de dos metros de alto en su parte mejor conservada, que probablemente protegiese la pira incendiaria del viento. A ello se sumaría la presencia de restos de iguales características en el monte de Nebra.

Por ello se baraja la idea de que durante la Alta Edad Media pudiera existir un sistema de alerta lumínico entre las posibles aldeas. Estos hallazgos comienzan a arrojar luz sobre una serie de más de 50 puntos a lo largo de la sierra que podrían albergar estructuras análogas. «A potencialidade arqueolóxica da serra reside nos datos que aporta sobre un período case descoñecido», afirmó Víctor Barbeito, director de las excavaciones arqueológicas.

Ovino y caprino

Se han podido conocer algunos detalles de la forma de vida en Porto Traveso. Por la dimensión y la baja altura del cercado, se trataría de una explotación ganadera de ovino y caprino. Los restos de cerámica hallados indican una ausencia de importación de útiles, por lo que, de momento, no se podría demostrar un supuesto intercambio comercial foráneo.

En las vajillas pudo apreciarse una estela grasienta en su interior, lo que determina que el método utilizado para cocer era mediante grasa animal. El equipo también halló unos guijarros yesqueros y un eslabón de hierro altomedieval empleados para hacer fuego. A estos descubrimientos se suman los de Neixón, de donde se extrajeron nuevas evidencias del sistema defensivo.

Un petroglifo y el asentamiento de Río Barbanza serán objeto de estudio

Ya se perfilan las actuaciones del próximo año, que incidirán en el petroglifo Luyila, ubicado en Outeiros Hinchados, lugar de difícil acceso a una hora a pie desde A Portela; y del poblado de Río Barbanza, cuya evolución de la ocupación fue datada en años anteriores mediante la prueba del carbono 14.

Luyila, que recibe su nombre de la inscripción que tiene, está grabado sobre una losa de 1,20 metros, que apareció tumbada pero que muestra indicios de haber estado clavada sobre una base. Se estima que podría tratarse de un marco medieval de deslinde, para indicar la propiedad sobre ese terreno.

Por otro lado, la zona de Río Barbanza, ocupada durante tres etapas históricas: el siglo II a.?C., el IX a.?C. y los IX y X d.?C., ha despertado el interés de la Facultade de Xeografía compostelana por su valor estratigráfico. Ya que el cauce fluvial ha depositado los sedimentos en capas que aportarían información esencial sobre cada uno de los períodos.