La dejadez torna inaccesibles los restos arqueológicos de la zona (Barbanza, Galicia)
26/4/11 .- http://www.lavozdegalicia.es
La falta de mantenimiento es la principal causa de que muchos recursos estén ilocalizables
La riqueza arqueológica de Barbanza es innegable, como así lo demuestran el medio millar largo de yacimientos inventariados en solo siete de los once municipios de la zona. Sin embargo, parece que este patrimonio no se valora lo suficiente y la dejadez provoca que buena parte esté inaccesible. A otros puntos, en cambio, sí se puede llegar con más o menos dificultades, pero una vez en el lugar resulta imposible divisar piedra alguna que se asemeje a un petroglifo o mámoa. Pasa en el caso del Coto da Moreira, en Boiro, donde incluso hay en pie algunos restos de cabañas castreñas.
La falta de un mantenimiento mínimo es la principal razón de que esto ocurra, y la ausencia de cuidados tiene, al menos, algo que ver con la titularidad de los yacimientos. Del amplio abanico de bienes que están catalogados en la comarca, solo unos pocos están en manos de la Administración pública, léase castros de Neixón o dolmen de Axeitos. El resto, en torno a un 95%, pertenece, principalmente, a comunidades de montes, las grandes titulares del patrimonio arqueológico barbanzano, y esto complica su conservación, ya que no falta quien opine que eso es cosa de Patrimonio.
Algunas mejoras
Cierto es que la disponibilidad de fondos de las comunidades de montes es limitada como para dedicarlos a la puesta en valor de los yacimientos, pero no falta quien dé ejemplo, aunque a veces sea por obligación. Es el caso de los comuneros de Asados. La empresa especializada encargada de la gestión del monte dañó la Estación Rupestre de A Barras y, como compensación, se vieron obligados a realizar una actuación de puesta en valor. Ahora, el yacimiento está señalizado. Lo mismo se hizo con la Ruta das Mámoas boirense, aunque esta vez fue la Administración local la que tomó cartas en el asunto en colaboración con el distrito forestal y la Asociación de Amigos do Centro Arqueolóxico do Barbanza.
La riqueza arqueológica de Barbanza es innegable, como así lo demuestran el medio millar largo de yacimientos inventariados en solo siete de los once municipios de la zona. Sin embargo, parece que este patrimonio no se valora lo suficiente y la dejadez provoca que buena parte esté inaccesible. A otros puntos, en cambio, sí se puede llegar con más o menos dificultades, pero una vez en el lugar resulta imposible divisar piedra alguna que se asemeje a un petroglifo o mámoa. Pasa en el caso del Coto da Moreira, en Boiro, donde incluso hay en pie algunos restos de cabañas castreñas.
La falta de un mantenimiento mínimo es la principal razón de que esto ocurra, y la ausencia de cuidados tiene, al menos, algo que ver con la titularidad de los yacimientos. Del amplio abanico de bienes que están catalogados en la comarca, solo unos pocos están en manos de la Administración pública, léase castros de Neixón o dolmen de Axeitos. El resto, en torno a un 95%, pertenece, principalmente, a comunidades de montes, las grandes titulares del patrimonio arqueológico barbanzano, y esto complica su conservación, ya que no falta quien opine que eso es cosa de Patrimonio.
Algunas mejoras
Cierto es que la disponibilidad de fondos de las comunidades de montes es limitada como para dedicarlos a la puesta en valor de los yacimientos, pero no falta quien dé ejemplo, aunque a veces sea por obligación. Es el caso de los comuneros de Asados. La empresa especializada encargada de la gestión del monte dañó la Estación Rupestre de A Barras y, como compensación, se vieron obligados a realizar una actuación de puesta en valor. Ahora, el yacimiento está señalizado. Lo mismo se hizo con la Ruta das Mámoas boirense, aunque esta vez fue la Administración local la que tomó cartas en el asunto en colaboración con el distrito forestal y la Asociación de Amigos do Centro Arqueolóxico do Barbanza.
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