Vuelven las excavaciones arqueológicas al Tolmo de Minateda casi cuatro años después

Vuelven las excavaciones arqueológicas al Tolmo de Minateda casi cuatro años después de la última intervención

El equipo de investigación de la Universidad de Alicante y el Museo de Albacete, responsable de los trabajos arqueológicos que se iniciaron en el año 1988 en el Tolmo de Minateda, comenzará el próximo lunes una nueva campaña de excavación, la vigésimo cuarta, después de casi cuatro años sin intervenciones en este importante yacimiento.

Una campaña que tendrá una duración de dos meses, y que será posible gracias a la subvención que este año la Junta de Comunidades ha aprobado para diferentes proyectos de Investigación del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de Castilla-La Mancha, y al convenio de colaboración suscrito con la Universidad de Alicante, que ha sido la encargada de adelantar el dinero necesario para realizar las contraciones de personal.

No será una campaña de excavaciones como las últimas que se venían realizando en el yacimiento, ni por duración ni por presupuesto y recursos humanos. La subvención concedida para estos trabajos asciende a 18.000 euros, una cantidad que queda lejos, por tanto, de los más de 400.000 euros a los que ascendía el presupuesto de algunas campañas pasadas, en las que se llegaron a contratar durante seis meses hasta a 60 peones especializados y 8 técnicos entre arqueológos y restauradores.

La subvención de este año posibilita la contratación de un arqueólogo y dos peones especializados que, lejos de abrir una superficie extensa, centrarán sus labores en la realización de acciones puntuales de documentación estratigráfica en el corte 60, la zona de la plataforma superior donde se documentó hace unos años la basilica y el palacio de época visigoda, y que servirán para cerrar aspectos importantes para la interpretación de los restos, ahora en fase de estudio previa a su publicación.

Se retomará la excavación, del mismo modo, de una cantera altomedieval vinculada a la construcción del complejo episcopal y que fue documentada hace unos años de forma parcial, para tratar de determinar su extensión y relacionarla con los restos documentados en los edificios, así como una vivienda de época emiral cuya exhumación quedó incompleta en 2010 por falta de tiempo.

Durante los dos meses de trabajo también se realizarán otro tipo de labores de documentación necesarias, y para las que se aplicarán nuevas tecnologías, como la georreferenciación de estructuras y la preparación del soporte del Sistema de Información Geográfica (SIG), la rectificación fotográfica aplicada a la cantera si es posible excavarla en su integridad, o el estudio de materiales, donde, además de estudiar todo lo que se recupere en la campaña, intentarán revisar algunos contextos materiales singulares de las fases construcción, uso y abandono complejo episcopal.

En cuanto al cronograma y plan de trabajo, la dirección del proyecto se ha planteado que el primer mes se trabaje de forma más intensa en el campo (excavación y documentación estratigráfica puntual) y que en septiembre estas labores se compaginen con la elaboración de documentación estratigráfica y gráfica, georreferenciación, y estudio de materiales.

Las excavaciones se retoman en un momento en el que el futuro del Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda todavía está en el aire, un recurso que permanece cerrado pese a que las infraestucturas necesarias para su funcionamiento ya están concluidas, y después de varios intentos fallidos por parte de la Junta de Comunidades de ofrecer a empresas o a instituciones su gestión.

Hay que señalar que la investigación ha sido y seguirá siendo una actividad independiente a la puesta en marcha del Parque Arqueológico y a su explotación desde el punto de vista turístico, aunque el equipo dirigido por Lorenzo Abad, Sonia Guitérrez, Blanca Gamo y Pablo Cánovas, que continua al frente de los trabajos en esta campaña, colaboró intensamente en la preparación de los contenidos interpretativos y en la puesta en valor de los restos arqueológicos.

Ahora, ese equipo compuesto por casi una veintena de profesionales, retoma una labor que, aunque por el momento será a pequeña escala, es muy importante para completar el conocimiento de un yacimiento considerado por la comunidad científica como clave para interpretar determinados problemas todavía por solventar en el conocimiento de la época altomedieval, y cuyos resultados, fruto de más de 25 años de trabajo, verán la luz en los próximos meses con la publicación de varios tomos de memoria de excavación.