M. Álvarez «Los concejos asturianos ya estaban configurados en la Edad Media»

La profesora de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo analizó en Pola de Laviana la evolución del mapa municipal de la región

María Álvarez, profesora de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, destaca que el mapa municipal asturiano ha cambiado poco desde la Edad Media. Lo afirmó en el Centro de Innovación y Desarrollo del Alto Nalón (CIDAN) de Pola de Laviana, en el marco de una charla sobre balance historiográfico y perspectivas de estudio de la municipalidad en la época. Su intervención estaba incluida en el ciclo «Charlas desde la Aldea Perdida», organizado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Laviana en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.


La ponente fue presentada por Luis Benito García, director del ciclo, que destacó las investigaciones de la historiadora sobre la historia urbana en la Edad Media, la morfología de las ciudades a fines de la Edad Media y la política y fiscalidad en esa época.


María Álvarez, premio «Juan Uría Ríu» de Investigación en el año 2007, comenzó su intervención señalando que en el curso de la Baja Edad Media, las estructuras jurídico-administrativas de Asturias fueron objeto de profundas transformaciones, «fruto tanto de la directa acción organizativa de la Corona como de la dinámica de los acontecimientos políticos y del juego de las fuerzas sociales y económicas de la región». Se trata de transformaciones muy importantes porque «delinearon los perfiles institucionales del territorio regional». Esa situación del mapa se mantendrá en el tiempo sin alteraciones sustanciales, hasta que en el siglo XIX ya aparecen los planteamientos renovadores de las concepciones liberales del Estado.


La ponente explicó con deteniendo el efecto producido por esas transformaciones que «afectaron a la delimitación del ámbito geopolítico del país astur y su inserción en el marco de la administración de la Corona de Castilla». Pero también, a la reordenación interna de su base territorial, con la configuración definitiva de los concejos y la definición de su régimen administrativo. Eso provoca una diversidad de dependencia de las entidades locales. Algunas, conocidas como concejos realengos, dependen del señorío directo del rey, mientras que otros dependen de la autoridad jurisdiccional de un señor, ya sea laico o eclesiástico.


María Álvarez recalcó que «la organización concejil de las comunidades locales asturianas ya está plenamente configurada en la Baja Edad Media». Esa configuración también aparece en la base territorial, con la formación de los alfoces, «términos jurisdiccionales dependientes de los concejos urbanos que conviven con la jurisdicción señorial». La historiadora de la Universidad de Oviedo indicó que en el caso de la región asturiana esa jurisdicción señorial estaba representada por el señorío jurisdiccional de los Obispos y la Iglesia de San Salvador de Oviedo y como ejemplo paradigmático de los grandes señoríos nobiliarios, el de la Casa de Noreña.