La Puerta Califal, una joya patrimonial con restos del siglo I al XVI (Ceuta)

La Puerta Califal de Ceuta, descubierta hace unos años en el interior del Parador de Turismo La Muralla, es una joya patrimonial al contener, en poco espacio, restos de entre los siglos I y XVI, lo que no se encuentra en otro lugar del país.

Según han explicado a Efe fuentes del área de Cultura del Gobierno ceutí, la trascendencia del hallazgo ha motivado que el Ministerio de Cultura haya acordado una intervención en el yacimiento para su puesta en valor.

La secuencia del yacimiento abarca desde la época flavia, en el siglo I, hasta nuestros días, pasando por la ocupación romana y tardo-antigua, vinculada a la producción de salsa de pescado, y posteriormente transformado en elemento defensivo y convertido en fortaleza por Abderraman III.

Todos estos restos se encuentran en pocos metros cuadrados en el interior de las Murallas Reales de Ceuta en lo que antiguamente era un cuarto para almacenar sillas y mesas rotas del actual Parador de Turismo.

Desde que se descubriera en 2002 se han desarrollado cuatro campañas de excavación arqueológica (2003, 2005, 2008 y 2009) que pusieron al descubierto una secuencia desde la época flavia (siglo I) hasta nuestros días, pasando por la ocupación romana y tardo-antigua (vinculada a la producción de salsa de pescado).

El arqueólogo municipal, Fernando Villada, ha resaltado que se trata de un enclave "espectacular" y una auténtica "mina" para la investigación histórica al concentrar en un reducido espacio los dos grandes estilos constructivos de las fortificaciones antiguas, el medieval y el renacentista.

Fernando Villada ha valorado el "excelente" estado de conservación que presenta el conjunto, que se debe al hecho de haber sido reutilizado por los portugueses, que lo dejaron emparedado en el interior de la muralla levantada en el siglo XVI.

El lugar es el único de la época Omeya que se conserva en Ceuta y su trascendencia radica en que en el mismo espacio es posible explicar la evolución de las fortificaciones durante la historia.

El conjunto está formado por tres puertas, tres bóvedas, dos torres y lienzos, y se han hallado también restos romanos en el subsuelo, que podrían pertenecer a la fábrica de salazones que tuvo la ciudad.

La excavación alcanza una profundidad de hasta ocho metros, un fondo en el que se han hallado todo tipo de materiales y estructuras, las más antiguas, del siglo I después de Cristo.

En el yacimiento se han localizado una gran cantidad de fragmentos de cerámica y otros materiales en "muy buen estado de conservación", entre ellos varios sellos de alfarero, una colección de restos de ictiofauna -peces-.

El descubridor casual del hallazgo fue un empleado del Parador La Muralla, Jesús Gordillo, el cual localizó el yacimiento de forma "accidental" en los comienzos del año 2000 cuando fue alertado por un trabajador que había realizado un agujero en la pared de la habitación dedicada a almacenar sillas y mesas viejas.

Jesús Gordillo ha explicado a Efe que al picar en la pared vio el arco de la Puerta Califal y a partir de ahí dio aviso a los responsables arqueológicos ante la evidencia de que estaban "ante algo importante como así ha sido".

La Puerta Califal será objeto en las próximas semanas de una nueva intervención para su puesta en valor.