El yacimiento de la Puerta Califal de Ceuta será abierto al público

El Gobierno de Ceuta, junto al Ministerio de Educación Cultura y Deporte, iniciará en los próximos días una nueva intervención en la Puerta Califal de Ceuta, descubierta hace unos años en el interior del Parador de Turismo La Muralla, para que el yacimiento pueda ser visitado por el público.

Según han informado a Efe fuentes del Gobierno ceutí, la intervención tiene como objetivo poner el valor la trascendencia histórica del yacimiento, considerado una joya patrimonial para España al albergar, en un espacio reducido, restos de entre los siglos I y XVI, lo que no se encuentra en otro lugar del país.

La secuencia del yacimiento -descubierto en 2002 y en el que se han desarrollado cuatro campañas- abarca desde la época flavia, siglo I, hasta nuestros días, pasando por la ocupación romana y tardo-antigua, vinculada a la producción de salsa de pescado, y posteriormente transformado en elemento defensivo y convertido en fortaleza por Abderraman III.

Todos estos restos se encuentran en pocos metros cuadrados en el interior de las Murallas Reales de Ceuta, en lo que antiguamente era un cuarto para almacenar sillas y mesas rotas del actual Parador de Turismo ceutí.

El arqueólogo municipal, Fernando Villada, ha resaltado que se trata de un enclave "espectacular" y una auténtica "mina" para la investigación histórica al concentrar en un mismo y reducido espacio los dos grandes estilos constructivos de las fortificaciones antiguas como la medieval y la renacentista.

Villada ha valorado el "excelente" estado de conservación que presenta el conjunto, que se debe al hecho de haber sido reutilizado por los portugueses, que lo dejaron emparedado en el interior de la muralla levantada en el siglo XVI.

El lugar es el único de la época Omeya que se conserva en Ceuta y su trascendencia radica en que en el mismo espacio es posible explicar la evolución de las fortificaciones durante la historia.

El conjunto está formado por tres puertas, tres bóvedas, dos torres y lienzos, además de restos romanos en el subsuelo, que se cree podrían pertenecer a la fábrica de salazones que tuvo la ciudad.

La excavación alcanza una profundidad de hasta ocho metros, un fondo en el que se han hallado todo tipo de materiales y estructuras, las más antiguas, del siglo I después de Cristo.

En el yacimiento se han localizado una gran cantidad de fragmentos de cerámica y otros materiales en "muy buen estado de conservación", entre ellos varios sellos de alfarero y una colección de restos de ictiofauna (peces).

El descubridor casual del hallazgo fue un empleado del Parador La Muralla, Jesús Gordillo, el cual localizó el yacimiento de forma "accidental" cuando fue alertado por un trabajador que había realizado un agujero en la pared de la habitación dedicada a almacenar sillas y mesas viejas.

Gordillo ha explicado a Efe que "al picar en la pared" vio el arco de la Puerta Califal y a partir de ahí dio aviso a los responsables arqueológicos ante la evidencia de que se encontraba "ante algo importante como así ha sido".