La Fundación del Patrimonio aparca el proyecto de museo para Marialba

10/8/11 .- http://www.diariodeleon.es

Durante cerca de tres años ha llevado a cabo una labor muy intensa, ahondando en los secretos de la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera, pero a partir de ahora la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León no continuará con la puesta en valor de este singular y primerísimo exponente arquitectónico del Cristianismo en Europa, al menos en el próximo curso, y posiblemente más allá. Según fuentes de la institución, participada por el gobierno autonómico y todas las cajas de ahorro de la comunidad, «la fundación no puede abordar próximamente nada más, mientras se mantengan las actuales circunstancias económicas».

Uno de los más importantes frenos al trabajo de estudiar y difundir estos restos ha sido el dictamen desfavorable de la Comisión de Patrimonio autonómica al proyecto de museo-edificio protector encargado por la fundación al estudio del arquitecto leonés Melquiades Ranilla. Desde la institución creada para velar por el estado del patrimonio de Castilla y León se afirma que esa resolución contraria se produjo el 19 de octubre de 2010, aunque el propio Melquiades Ranilla aseguraba ayer «no saber nada» de tal decisión, siendo «la primera noticia» que tenía sobre ese dictamen de la comisión. No obstante, también recordaba que muchos proyectos y actuaciones similares se encuentran detenidos —con diversos motivos o pretextos— dada la difícil coyuntura económica actual.

En cuanto a las razones aducidas por la Comisión de Patrimonio autonómica para denegar el proyecto, fuentes de la Fundación han señalado como la principal el hecho de «no considerar adecuada la cimentación del edificio». Teniendo en cuenta que sólo la elaboración de estos proyectos alcanza costes elevados —el de Marialba superó los 30.000 euros—, desde la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León no ven posible encargar otro nuevo a corto plazo.

El edificio que había planeado Ranilla para proteger y servir de escenario público a estos restos ubicados a tan sólo una decena de kilómetros de la capital leonesa se caracterizaba por sus líneas rectas y modernas y por unas innovadoras paredes semitransparentes que permitían una cierta permeabilidad visual. «Buscamos una estructura muy ligera, que no perjudique las evidencias y conserve las condiciones ambientales, que se integre en el entorno, capte la luz natural y sea totalmente accesible y útil para la puesta en valor y musealización del yacimiento». Esas eran algunas de las condiciones exigidas por la fundación para el diseño de un edificio que, de llevarse a cabo, constituiría un indudable polo de atracción para una zona necesitada de estímulos económicos y turísticos.

No obstante, y a pesar del tremendo abandono —tanto desde el punto de vista científico como divulgativo y de accesibilidad— en el que llevaba sumida Marialba al menos desde las excavaciones del Instituto Arqueológico Alemán en la década de los sesenta, lo cierto es que en algo más de dos años la Fundación del Patrimonio ha llevado a cabo una serie de profundos estudios sobre la basílica: se sacaron a la luz 237 enterramientos, con restos de 282 individuos. También se encontraron collares de cuentas de vidrio, y se hallaron 3.400 fragmentos de cerámica y 2.500 objetos de metal, azabache y monedas. Se estudiaron pormenorizadamente los restos humanos y se concluyó que las gentes de la época romana gozaban de una vida más saludable que los de la Edad Media. Pero sobre todo se comprobó que la basílica era mucho más grande de lo que podría pensarse, siendo visible desde gran distancia y con sillares serían similares a los de las murallas de León y Astorga.

Además, con un georradar se rastreó toda la zona —8.000 metros cuadrados—, incluso más allá de este yacimiento declarado Bien de Interés Cultural, descubriéndose trazas de grandes construcciones a unos 200 metros al norte de la basílica, estructuras de gran solidez y amplitud que podrían corresponder con una verdadera ciudad tardorromana o con un enclave militar, dado que en la construcción de la basílica se reutilizaron fragmentos de tejas con el sello inconfundible de la Legio VII.

Los estudiosos y expertos ya tienen acceso, pues, a estos hallazgos. Ahora resta ponerlos a disposición de todo el mundo.

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