La falta de permiso de Rottneros hace peligrar un excavación arqueológica
18/5/11 .- http://www.elcorreo.com
Rafael Varón lleva cuatro meses pidiendo acceso a la zona del Cerro del Infierno para desarrollar un proyecto que tiene resuelta la financiación
Llevan 4 meses intentando que la administración concursal de Rottneros les autorice a excavar en el Cerro del Infierno y, pese a su insistencia, no han tenido respuesta. Algo difícil de aceptar para Rafael Varón y su empresa, Ondare Babesa, porque es lo único que falta. La financiación está resuelta.
A principios de año, el Instituto Alavés de Arqueología, del que es socio, recibió una partida económica del Ministerio de Cultura destinada a financiar distintos estudios y, entre ellos, el colectivo aceptó excavar un par de sectores de Arce- Mirapérez.
En principio, el proyecto está pensado para que 8 personas trabajen todo octubre excavando una superficie de 50 metros cuadrados en el cerro, donde «sólo ha habido una intervención que hicimos nosotros en 2005. La zona sigue siendo un misterio», explicó Varón.
Aunque, a priori, lo que parece ofrecer es una secuencia de ocupación desde el primer milenio. «Es posible que haya restos de época celtibérica, romana, alto medievales, medievales...». En 1999, cuando estuvieron por primera vez en la zona vieron parte de una muralla, algún pavimento y muros. Se trata, por tanto, de seguir profundizando en la investigación y después volver a tapar la zona, dejándola como está.
Pero todo el proyecto se puede convertir en papel mojado si no consiguen autorización para entrar en un terreno que está lejos del área industrial, a la que se puede acceder por el vial de Ircio, y que tampoco es zona de cultivo. «No se molestaría a nadie. Es una operación sencilla que tiene mucho interés».
Algo excepcional
Pero cuando se logra la financiación, que es «algo excepcional» dirigido al Instituto Alavés de Arqueología, parece que no se da esa sensibilidad hacia el patrimonio en la administración concursal. Lo más difícil, a priori, que podía haber sido incluir un proyecto enclavado en Burgos en los intereses de un organismo de otra provincia, no supuso ningún problema. «El yacimiento tiene su importancia por simple proximidad y les pareció interesante porque la institución tiene una larga tradición en investigaciones de época celtibérica y romana».
Para llegar a tiempo necesitan tramitar a primeros de junio el permiso de la Junta, porque «los plazos de respuesta suelen moverse en un máximo de 3 meses». Por eso, si a final de mes no obtienen respuesta «deberemos renunciar a la generosa financiación para que entren proyectos que se han quedado en reserva».
Llevan 4 meses intentando que la administración concursal de Rottneros les autorice a excavar en el Cerro del Infierno y, pese a su insistencia, no han tenido respuesta. Algo difícil de aceptar para Rafael Varón y su empresa, Ondare Babesa, porque es lo único que falta. La financiación está resuelta.
A principios de año, el Instituto Alavés de Arqueología, del que es socio, recibió una partida económica del Ministerio de Cultura destinada a financiar distintos estudios y, entre ellos, el colectivo aceptó excavar un par de sectores de Arce- Mirapérez.
En principio, el proyecto está pensado para que 8 personas trabajen todo octubre excavando una superficie de 50 metros cuadrados en el cerro, donde «sólo ha habido una intervención que hicimos nosotros en 2005. La zona sigue siendo un misterio», explicó Varón.
Aunque, a priori, lo que parece ofrecer es una secuencia de ocupación desde el primer milenio. «Es posible que haya restos de época celtibérica, romana, alto medievales, medievales...». En 1999, cuando estuvieron por primera vez en la zona vieron parte de una muralla, algún pavimento y muros. Se trata, por tanto, de seguir profundizando en la investigación y después volver a tapar la zona, dejándola como está.
Pero todo el proyecto se puede convertir en papel mojado si no consiguen autorización para entrar en un terreno que está lejos del área industrial, a la que se puede acceder por el vial de Ircio, y que tampoco es zona de cultivo. «No se molestaría a nadie. Es una operación sencilla que tiene mucho interés».
Algo excepcional
Pero cuando se logra la financiación, que es «algo excepcional» dirigido al Instituto Alavés de Arqueología, parece que no se da esa sensibilidad hacia el patrimonio en la administración concursal. Lo más difícil, a priori, que podía haber sido incluir un proyecto enclavado en Burgos en los intereses de un organismo de otra provincia, no supuso ningún problema. «El yacimiento tiene su importancia por simple proximidad y les pareció interesante porque la institución tiene una larga tradición en investigaciones de época celtibérica y romana».
Para llegar a tiempo necesitan tramitar a primeros de junio el permiso de la Junta, porque «los plazos de respuesta suelen moverse en un máximo de 3 meses». Por eso, si a final de mes no obtienen respuesta «deberemos renunciar a la generosa financiación para que entren proyectos que se han quedado en reserva».
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