Ángel Villa ve el proyecto arqueológico de Gijón como un referente de buenas prácticas

Ángel Villa ve el proyecto arqueológico de Gijón como un referente de buenas prácticas

El arqueólogo reflexionó sobre la profesión en su discurso de ingreso en el RIDEA

El arqueólogo Ángel Villa Valdés eligió para su ingreso en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) un discurso con el que repasó la labor de la arqueología en las últimas décadas, sus virtudes y defectos, así como los problemas de diferente cariz a los que se ven abocados quienes han optado por ejercer una profesión que, para empezar, no cuenta con un título propio, ya que sólo algunas universidades poseen grados específicos de Arqueología.

Con casi tres décadas de práctica profesional a sus espaldas, Villa apuntó a la arqueología urbana en Asturias como la receptora de los mejores resultados, "sobre todo en aquellos núcleos urbanos donde se procuró tratar a la ciudad como un yacimiento único". Para Villa, sólo Gijón se procuró un acercamiento tímido a modelos que consiguieron excelentes frutos en el plano arqueológico, como los protagonizados en Cataluña por el Taller Escuela de Arqueología de Tarragona, o en Extremadura el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida junto con el Museo Nacional de Arte Romano y el Instituto de Arqueología de Mérida. Aquí, el "Proyecto Gijón" ofreció una imagen "renovada y sorprendente de la historia de la ciudad", especialmente de su periodo romano, favoreciendo la recuperación de restos arqueológicos y su conversión en destacados recursos patrimoniales.

También se refirió en su discurso al alto número de intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en estos años, lo que, a su juicio, conllevó un incremento exponencial de los recursos destinados a la arqueología, lo que no supuso, no obstante, una mayor planificación de las actividades arqueológicas. En ese sentido, comentó que sólo dos iniciativas disfrutaron de cierta continuidad en la región: el citado "Proyecto Gijón", con intervenciones complementarias en yacimientos como el castro de la Campa Torres y el Plan Arqueológico Director de la Cuenca del Navia, por el que se ordenaron durante tres lustros las intervenciones en los castros y otros yacimientos singulares en la Asturias occidental.

Ángel Villa puso de manifiesto las "limitaciones e imposiciones" de la ley de Patrimonio Cultural -en vigor desde marzo de 2001-, que vino "a ratificar la función censora en la sección dedicada específicamente al patrimonio arqueológico" y a condicionar el quehacer profesional del arqueólogo. Criticó el hecho de que dentro de la Administración, los profesionales del patrimonio arqueológico hayan sido instalados "en la sentina de la escala administrativa y sustituidos en todas las comisiones interdepartamentales por altos funcionarios". Añadió que dentro de la Consejería de Cultura, no poseen "negociado o sección alguna y mucho menos un servicio. De hecho, ni tan siquiera se contempla la posibilidad de que uno de sus especialistas pueda desempeñar la dirección del Museo Arqueológico de Asturias", lamentó.