A Coruña sufrió el primer ataque vikingo en Galicia
17/8/15 .- http://www.lavozdegalicia.es/
A Coruña sufrió el primer ataque vikingo en Galicia
Los piratas del norte atacaron la ciudad en el año 844 y, según Alfonso X, destrozaron el espejo de lo alto de la Torre
Gente pagana y cruel. Así los describían las crónicas de la época. Eran los hombres del norte o lordomani como los denominaban los cristianos de Hispania. También eran llamados al-madjus o infieles adoradores del fuego por los musulmanes de al-Andalus. Hoy los conocemos como vikingos. Y hacían honor a esos apelativos. Desde el año 793, en el que habían asaltado el monasterio de Lindisfarne, en la costa inglesa de Northumbria, la amenaza no había dejado de crecer. Cada vez más barcos vikingos procedentes del mar del Norte surcaban las riberas atlánticas europeas en expediciones depredadoras sobre iglesias, monasterios, pueblos y ciudades. Nadie estaba a salvo.
En la primavera del año 844, tras invernar en la isla de Noirmoutier, en la desembocadura del Loira, una gran flota vikinga avanzó hacia el sur buscando botín. Las fuentes históricas conservadas son parcas en detalles, pero nos permiten seguir su rastro de destrucción y pillaje. Primero penetraron por el río Garona hasta la ciudad de Toulouse que saquearon.
De regreso al Atlántico decidieron continuar la razzia hasta llegar a al-Andalus donde existía un reino cargado de riquezas: el emirato de Córdoba. Hacia el 1 de agosto fueron avistados ya en la costa de Gijón, a donde llegaron empujados por un temporal.
Muy poco después, siguiendo la línea costera arribaron a Farum Brecantium, nombre que recibía entonces la tierra en la que se encontraba el gran faro romano conocido hoy como torre de Hércules. Aquí desembarcaron. Era la primera vez que lo hacían en Galicia.
Solo existía la Ciudad Vieja
Durante su estancia en la zona debieron explorar y saquear el territorio aunque, acostumbrados a la opulencia de los monasterios y ciudades francesas, parco botín debieron encontrar ya que poco debía quedar de la antigua ciudad romana de Brigantium, asentada en lo que hoy es la Ciudad Vieja, y las iglesias eran pequeñas.
Seguro que atraídos por el faro, que aún se conservaba entero con su rampa interior de subida, ascendieron hasta la cúpula que la coronaba. Si hacemos caso a la historia legendaria recogida en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio en su Primera Crónica General de España y que relata la llegada de los almujuces ?nombre que deriva del árabe al-madjus y que podría hacer referencia a los normandos? y serían ellos los que destrozaron el espejo que la Torre tenía arriba y que debió ser utilizado por los romanos como mecanismo de iluminación o de señales.
Al conocer la noticia, el rey Ramiro I reunió a su ejército y se encaminó hacia Farum Brecantium. Aquí los combatió y derrotó, quemándoles algunas naves y obligándoles a reembarcar. Las pérdidas sufridas por los normandos debieron ser escasas pues continuaron su expedición hacia al-Andalus. Hacia el 25 de agosto, con unos ochenta o cien barcos, atacaron Lisboa; después siguieron a Cádiz y el 1 de octubre asaltaron Sevilla. Tras diversos combates, en noviembre los que sobrevivieron retornaron a sus tierras del norte. Pocos años después, en el 858, volverían a saquear.
Los piratas del norte atacaron la ciudad en el año 844 y, según Alfonso X, destrozaron el espejo de lo alto de la Torre
Gente pagana y cruel. Así los describían las crónicas de la época. Eran los hombres del norte o lordomani como los denominaban los cristianos de Hispania. También eran llamados al-madjus o infieles adoradores del fuego por los musulmanes de al-Andalus. Hoy los conocemos como vikingos. Y hacían honor a esos apelativos. Desde el año 793, en el que habían asaltado el monasterio de Lindisfarne, en la costa inglesa de Northumbria, la amenaza no había dejado de crecer. Cada vez más barcos vikingos procedentes del mar del Norte surcaban las riberas atlánticas europeas en expediciones depredadoras sobre iglesias, monasterios, pueblos y ciudades. Nadie estaba a salvo.
En la primavera del año 844, tras invernar en la isla de Noirmoutier, en la desembocadura del Loira, una gran flota vikinga avanzó hacia el sur buscando botín. Las fuentes históricas conservadas son parcas en detalles, pero nos permiten seguir su rastro de destrucción y pillaje. Primero penetraron por el río Garona hasta la ciudad de Toulouse que saquearon.
De regreso al Atlántico decidieron continuar la razzia hasta llegar a al-Andalus donde existía un reino cargado de riquezas: el emirato de Córdoba. Hacia el 1 de agosto fueron avistados ya en la costa de Gijón, a donde llegaron empujados por un temporal.
Muy poco después, siguiendo la línea costera arribaron a Farum Brecantium, nombre que recibía entonces la tierra en la que se encontraba el gran faro romano conocido hoy como torre de Hércules. Aquí desembarcaron. Era la primera vez que lo hacían en Galicia.
Solo existía la Ciudad Vieja
Durante su estancia en la zona debieron explorar y saquear el territorio aunque, acostumbrados a la opulencia de los monasterios y ciudades francesas, parco botín debieron encontrar ya que poco debía quedar de la antigua ciudad romana de Brigantium, asentada en lo que hoy es la Ciudad Vieja, y las iglesias eran pequeñas.
Seguro que atraídos por el faro, que aún se conservaba entero con su rampa interior de subida, ascendieron hasta la cúpula que la coronaba. Si hacemos caso a la historia legendaria recogida en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio en su Primera Crónica General de España y que relata la llegada de los almujuces ?nombre que deriva del árabe al-madjus y que podría hacer referencia a los normandos? y serían ellos los que destrozaron el espejo que la Torre tenía arriba y que debió ser utilizado por los romanos como mecanismo de iluminación o de señales.
Al conocer la noticia, el rey Ramiro I reunió a su ejército y se encaminó hacia Farum Brecantium. Aquí los combatió y derrotó, quemándoles algunas naves y obligándoles a reembarcar. Las pérdidas sufridas por los normandos debieron ser escasas pues continuaron su expedición hacia al-Andalus. Hacia el 25 de agosto, con unos ochenta o cien barcos, atacaron Lisboa; después siguieron a Cádiz y el 1 de octubre asaltaron Sevilla. Tras diversos combates, en noviembre los que sobrevivieron retornaron a sus tierras del norte. Pocos años después, en el 858, volverían a saquear.
Noticias relacionadas
- Los restos de dos incendios apuntan a un mismo ataque vikingo en O Vicedo (Lugo, Galicia)
- La tumba de Ulf el Gallego, un vikingo que atacó Galicia, podría haber sido descubierta
- Primer simposio de historia y patrimonio cultural de Arousa (Galicia)
- Un libro recoge las conclusiones del primer simposio de historia vilagarciana (Arousa, Galicia)
- Descubren huellas humanas de 1100 años en un barco vikingo
Comenta la noticia desde Facebook
Comentarios
No hay comentarios.
Para escribir un comentario es necesario entrar (si ya es usuario registrado) o registrarse