«Cuando León era capital de reino sólo tenía 40 hectáreas»
18/2/14 .- http://www.diariodeleon.es
«Cuando León era capital de reino sólo tenía 40 hectáreas»
El arqueólogo Fernando Miguel ofrece hoy una charla en el Museo de León.
«En la conferencia de hoy trataré de aportar luz, desde la arqueología, al conocimiento de la ciudad en la Edad Media, una época acerca de la cual ya han escrito personalidades como Claudio Sánchez Albornoz, Carlos Estepa, César Álvarez o Armando Represa». Lo dice el arqueólogo y profesor del Colegio Leonés Fernando Miguel, quien protagoniza la jornada de Arqueoleón hoy titulada La evolución urbana del León medieval. Y es que la transición entre los siglos VIII al XV es uno de los momentos más desconocidos de la historia de la ciudad.
Fernando Miguel destaca que durante estos ocho siglos la ciudad pasó por diferentes etapas. La primera de ellas es la emiral, la etapa de conquista durante la cual se sabe que hubo una guarnición bereber en Puerta Obispo. «Fue un núcleo defensivo aprovechando las termas. Se trataba de un lugar estratégico», destaca el arqueólogo, quien destaca que el descubrimiento de cerámicas musulmanas demostró que, a pesar de lo que hasta entonces había dictado la historiografía oficial, la capital leonesa nunca constituyó un vacío demográfico sino que nunca se abandonó.
El comienzo de la ciudad como capital regia no ha dejado grandes restos arqueológicos a no ser «tenues huellas» en torno a la Corona, como las termas (obispado), el castillo, y Palat del Rey (palacio real). «El resto es un gran espacio abierto ocupado en su gran mayoría por monasterios», indica el investigador, quien recuerda que León era predominantemente rural. «Es lo que nosotros calificamos de tierras negras: espacios predominantemente agrícolas en el que un 80% estaba ocupado por huertos y corrales y el 20%, por edificios», destaca Miguel.
El historiador sostiene que del siglo XII en adelante la labor arqueológica permite visualizar la entidad de la ciudad ya que, salvo algunos edificios como la Catedral o San Isidoro, el resto del urbanismo no es visible. «El predominio regio de la ciudad se puede comprobar por las obras del castillo, las murallas y el foso. Persiste la presencia religiosa, pero los monasterios se convierten en parroquias para dar asistencia a los fieles. La ciudad adquiere otro perfil», resumió para el Diario Fernando Miguel.
El arqueólogo destaca además que la fuerza de la burguesía fue la que reclamó al rey la construcción de la muralla, que marcó a partir de entonces la tipología de León. Además, en esta época aparece la llamada ‘cerámica gris leonesa’, cuyos vestigios sólo aparecen en esta capital.
En la Baja Edad Media la arqueología también permite conocer edificios señoriales como el palacio del Conde Luna o el de Villafañe. «La ciudad altomedieval es de tradición hispánica, sin caracterización propia. Tan sólo se remodelan los edificios preexistentes mientras que en una segunda fase ya cuenta con elementos propios».
Fernando Miguel explica que la ciudad bajomedieval es claramente mudéjar, con lo que León se suma al circuito nacional característico de la Corona de Castilla. «El urbanismo de las ciudades tiene las mismas pautas, pero León tiene ciertas diferencias por ser capital del Reino», subraya el historiador, que precisa que León nunca llegó a tener más de cinco mil habitantes, mientras que otras capitales como Barcelona llegaron a contar con 30.000. «Siempre fue la modesta capital de un reino, con poco más de cuarenta hectáreas, donde la impronta rural no desapareció», concluyó.
Lugar: Museo de León en Pallarés.
Hora: 20.00.
El arqueólogo Fernando Miguel ofrece hoy una charla en el Museo de León.
«En la conferencia de hoy trataré de aportar luz, desde la arqueología, al conocimiento de la ciudad en la Edad Media, una época acerca de la cual ya han escrito personalidades como Claudio Sánchez Albornoz, Carlos Estepa, César Álvarez o Armando Represa». Lo dice el arqueólogo y profesor del Colegio Leonés Fernando Miguel, quien protagoniza la jornada de Arqueoleón hoy titulada La evolución urbana del León medieval. Y es que la transición entre los siglos VIII al XV es uno de los momentos más desconocidos de la historia de la ciudad.
Fernando Miguel destaca que durante estos ocho siglos la ciudad pasó por diferentes etapas. La primera de ellas es la emiral, la etapa de conquista durante la cual se sabe que hubo una guarnición bereber en Puerta Obispo. «Fue un núcleo defensivo aprovechando las termas. Se trataba de un lugar estratégico», destaca el arqueólogo, quien destaca que el descubrimiento de cerámicas musulmanas demostró que, a pesar de lo que hasta entonces había dictado la historiografía oficial, la capital leonesa nunca constituyó un vacío demográfico sino que nunca se abandonó.
El comienzo de la ciudad como capital regia no ha dejado grandes restos arqueológicos a no ser «tenues huellas» en torno a la Corona, como las termas (obispado), el castillo, y Palat del Rey (palacio real). «El resto es un gran espacio abierto ocupado en su gran mayoría por monasterios», indica el investigador, quien recuerda que León era predominantemente rural. «Es lo que nosotros calificamos de tierras negras: espacios predominantemente agrícolas en el que un 80% estaba ocupado por huertos y corrales y el 20%, por edificios», destaca Miguel.
El historiador sostiene que del siglo XII en adelante la labor arqueológica permite visualizar la entidad de la ciudad ya que, salvo algunos edificios como la Catedral o San Isidoro, el resto del urbanismo no es visible. «El predominio regio de la ciudad se puede comprobar por las obras del castillo, las murallas y el foso. Persiste la presencia religiosa, pero los monasterios se convierten en parroquias para dar asistencia a los fieles. La ciudad adquiere otro perfil», resumió para el Diario Fernando Miguel.
El arqueólogo destaca además que la fuerza de la burguesía fue la que reclamó al rey la construcción de la muralla, que marcó a partir de entonces la tipología de León. Además, en esta época aparece la llamada ‘cerámica gris leonesa’, cuyos vestigios sólo aparecen en esta capital.
En la Baja Edad Media la arqueología también permite conocer edificios señoriales como el palacio del Conde Luna o el de Villafañe. «La ciudad altomedieval es de tradición hispánica, sin caracterización propia. Tan sólo se remodelan los edificios preexistentes mientras que en una segunda fase ya cuenta con elementos propios».
Fernando Miguel explica que la ciudad bajomedieval es claramente mudéjar, con lo que León se suma al circuito nacional característico de la Corona de Castilla. «El urbanismo de las ciudades tiene las mismas pautas, pero León tiene ciertas diferencias por ser capital del Reino», subraya el historiador, que precisa que León nunca llegó a tener más de cinco mil habitantes, mientras que otras capitales como Barcelona llegaron a contar con 30.000. «Siempre fue la modesta capital de un reino, con poco más de cuarenta hectáreas, donde la impronta rural no desapareció», concluyó.
Lugar: Museo de León en Pallarés.
Hora: 20.00.
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