Aparece un arco medieval en el antiguo piso del portero del palacio episcopal de Tarazona

El palacio episcopal de Tarazona tendrá un espacio para restauraciones de bienes muebles en el antiguo piso del portero. La Fundación Tarazona Monumental acondiciona la estancia invirtiendo 60.000 euros. Los alumnos del taller de empleo de la judería se encargan de la ejecución de las obras, en las que ha aparecido un arco medieval.

Los andamios vuelven a estar presentes en el palacio episcopal de Tarazona. Tras la rehabilitación de parte de su tejado -el que está sobre el salón de obispos-, el antiguo piso del portero está siendo acondicionado para acoger un taller de restauración de bienes muebles. Las obras avanzan en estas dependencias a cargo de la Fundación Tarazona Monumental. En los trabajos ha aparecido un arco medieval.

Tal y como explica Joseba Iturrate, director del taller de empleo de la judería, los trabajos han dejado al descubierto parte de un arco que podría ser de época medieval. Están a la espera de que un historiador aporte más datos sobre este hallazgo. Con esta reforma, las salas quedarán diáfanas y con un suelo nuevo mucho más ligero que el antiguo.

La estancia estaba en desuso y en mal estado debido al paso del tiempo. Según comenta el gerente de la fundación, el objeto de estas obras es transformar el espacio para dar cabida a las restauraciones que todos los años llevan a cabo estudiantes de la Escuela de Restauración de Bienes Culturales de Aragón, con sede en Huesca. “Vienen aquí a hacer sus prácticas y ello revierte en el patrimonio de Tarazona gracias a la restauración sobre todo de arte sacro”, señala Julio Zaldívar.

Las obras cuestan 60.000 euros y están siendo ejecutados por los propios alumnos-trabajadores del taller de empleo. Ya han eliminado los tabiques superfluos, dejando al descubierto la antigua fábrica que muestra las distintas épocas de reconstrucción del palacio. “No es una intervención en profundidad porque no tocamos para nada la estructura, pero ampliamos las dimensiones de las salas con el fin de que puedan albergar grandes lienzos y cumpla la normativa para restauraciones”, añade Zaldívar.

De esta manera, los estudiantes de restauración de Huesca podrán seguir recuperando patrimonio artístico de Tarazona en próximos veranos, como vienen haciendo en los últimos años. “Es difícil que los propios alumnos que se forman en esta escuela sean acogidos para hacer prácticas”, apunta el gerente de la fundación. Su permanencia en la ciudad durante los meses estivales está más que asegurada, gracias también a la buena relación que mantienen con sus responsables.

Talleres profesionales

Incluso la Fundación Tarazona Monumental está estudiando, según avanza su gerente, otras posibilidades que permitirían la realización de talleres de restauración “más profesionales”. Tendrían cabida personas con los estudios ya finalizados que podrían especializarse en Tarazona. No se celebrarían en este espacio del palacio episcopal ni tendría nada que ver la escuela oscense.

Los trabajos en las estancias del antiguo piso del portero -al que se accede desde el patio renacentista del palacio, obra de Pietro Morone- finalizarán en septiembre, tras unos días de vacaciones.