Polémica restauración del castillo de Matrera en Cádiz
11/3/16 .- http://www.abc.es/cultura/
Polémica restauración del castillo de Matrera en Cádiz
«Se ha buscado el acabado que tenía la torre del castillo de Matrera en su origen»
El arquitecto Carlos Quevedo responde a las críticas por su polémica restauración: «Detrás hay 5 años de trabajo, un proyecto exhaustivo hecho con rigor, donde todo tiene un por qué»
Para Hispania Nostra, «es un disparate», una actuación «demencial» best replica watches que «ha desvirtuado la historia» de esta fortaleza árabe
Construido a finales del siglo IX para defender el reino nazarí de Granada de la Corona de Castilla, del castillo de Matrera resistió a los ataques de cristianos y musulmanes a lo largo de seis siglos, pero a la larga, el tiempo y el olvido se convirtieron en su peor enemigo. Hace apenas tres años, se hundían las bóvedas de la torre de homenaje de esta fortaleza próxima a Villamartín (Cádiz) y se perdía su muro norte. La supervivencia del castillo peligraba.
«Había un proyecto de consolidación, pero no se llegó a tiempo y en 2013 se produjo un colapso del muro norte y dos bóvedas. Hubo que modificar el proyecto y consolidar lo que quedaba en pie, un lienzo de muralla bastante esbelto, sobre el que existía bastante riesgo de derrumbe», explica el arquitecto Carlos Quevedo Rojas, responsable del proyecto «más de consolidación que de restauración» que se ha llevado a cabo... y que tantas críticas ha suscitado.
«Es una restauración demencial», juzga Carlos Morenés, vicepresidente de la asociación para la defensa del patrimonio Hispania Nostra, que en 2014 incluyó la fortaleza en su lista roja. En su opinión, «han convertido la torre en un monstruito blanco con unas piedras incrustadas», «rompiendo la estética» y «desvirtuando la historia al dar una imagen que no tenía el castillo», cuando podían haberse limitado a consolidar cuando aún había en pie para evitar su derrumbe.
El arquitecto entiende que la actuación resulte polémica. «La opinión es respetable, las críticas constructivas y el debate enriquecedor, pero no se puede valorar un proyecto tan complejo como éste con una simple imagen», subraya, porque «detrás hay 5 años de trabajo». «Ha sido un proyecto exhaustivo, hecho con rigor, y todo tiene un porqué», añade, asegurando que también han recibido felicitaciones de arquitectos, restauradores y arqueólogos.
Quevedo explica que «se ha utilizado el mismo material con el que se construyó el castillo» y no hormigón, como algunos sospechan, aunque se le ha dado un acabado distinto porque «se ha buscado el que realmente tenía la torre en su origen».
La construcción «había perdido volumetría e identidad como icono paisajístico» y con su actuación, se ha intentado «consolidar y recuperar esa volumetría» rmclone.com.
En cuanto a la tonalidad blanca del acabado, el arquitecto argumenta que se debe a la necesidad legal de distinguir los elementos añadidos a los históricos. «Nuestra ley prohíbe la reconstrucción mimética, para no falsificar el monumento», explica, por eso «la intervención se tiene que diferenciar». Además, «se ha empleado esa tonalidad porque la torre originalmente estaba revestida de un mortero, de una argamasa blanca», según el estudio que han hecho de las aristas y los pequeños detalles del revestimiento original que aún quedan en el castillo.
Las partes añadidas se deben, según Quevedo, a que «existía un problema estructural». Al colapsar el muro norte, «hacía falta un contrafuerte para evitar que el muro cediera con el tiempo y para ello había que crear otro muro», dice. Para evitar el derrumbe y proteger la cara interna de la torre, donde se conservan algunos frescos interesantes, añade, «había que emplear más masa».
Con esta intervención, «se ha garantizado que los elementos que quedaban en pie no colapsen», afirma satisfecho.
El arquitecto, que especialista en Arquitectura y Patrimonio Histórico y ha realizado diversos estudios sobre restauración e historia del Arte en las universidades de Roma, Granada y Sevilla, responde a quienes dicen que se ha hecho una intervención contemporánea: «Con la recuperación de la volumetría y el revestimiento más que una imagen contemporánea, lo que se intenta es recuperar la imagen que tenía. Creo que lo hemos conseguido».
«Le hemos puesto mucho cariño a este proyecto», remarca Quevedo Rojas, Premio Nacional de Urbanismo y colaborador con el grupo de investigación «Paisajes patrimoniales y proyecto contemporáneo: protección, restauración, valorización y uso en el ámbito mediterráneo» de la Universidad de Sevilla.
Residente en la zona, concretamente en Prado del Rey, Quevedo comprende a sus vecinos. «Entiendo que esté siendo polémico porque siempre queda la nostalgia de la imagen que fue», dice, aunque ante la comparación que algunos hacen con el «Ecce Homo» de Lorca, responde contundente: «Para eso no tengo comentarios. Sinceramente»
Las obras del castillo de Matrera han corrido a cargo de una empresa especializada en restauración, Arcobeltia, que han trabajado en los Reales Alcázares de Sevilla o en la Maestranza. También en su estudio de arquitectura, Carquero, están especializados en obras de restauración, con actuaciones en el Castillo de Morella (Castellón), las Murallas del Albaicín (Granada), o el Castillo de Torreparedones (Baena, Córdoba).
«Hay muchos ejemplos de intervención en edificios históricos y siempre han tenido polémica», dice, pero insiste en que «todo tiene un por qué». Así lo han entendido, a su juicio, los propietarios del Castillo de Matrera, que «están contentos con la obra».
Quevedo, autor de artículos como «Apuntes sobre el Castillo de Matrera: su Arquitectura y Restauración» o «Análisis constructivo y criterios de intervención del castillo medieval de Matrera)», dio una conferencia en febrero en Villamartín sobre la «Consolidación y Restauración del Castillo de Matrera» para explicar el proyecto porque «cuando se explican las cosas, se entiende mejor».
En Hispania Nostra, añade, «tenían que haberse informado más» porque «todo viene a partir de la interpretación de una imagen».
«Incumple la ley»
«Por supuesto», replica Carlos Morenés, para quien basta ver el antes y el después del castillo «desde el sentido común» para constatar que «se ha reconstruido la torre rompiendo la estética del lugar». «Preguntes a quien preguntes le va a parecer un disparate nada más verlo», asegura el marqués del Borghetto.
El vicepresidente de Hispania Nostra cree que en el castillo de Matrera «se han excedido en lo que permite la ley» ya que «se ha ido más allá de la mera consolidación» y además, «no hay reversibilidad ninguna» en las obras. «No tienen arreglo porque ahora no se pueden picar».
A su juicio, «un arquitecto frente a un monumento histórico debe adoptar una postura de humildad total, no puede meter ahí cosas de su cosecha, intentando dejar su huella».
«Hay arquitectos que se están pasando por soberbia», añade recordando la racha de intervenciones «catastróficas» del teatro de Sagunto o la alcazaba de Almería. «Nos van a destrozar el patrimonio».
«Ya se ríen de nosotros en el extranjero y piensan que somos unos bárbaros», asegura.
«Se ha buscado el acabado que tenía la torre del castillo de Matrera en su origen»
El arquitecto Carlos Quevedo responde a las críticas por su polémica restauración: «Detrás hay 5 años de trabajo, un proyecto exhaustivo hecho con rigor, donde todo tiene un por qué»
Para Hispania Nostra, «es un disparate», una actuación «demencial» best replica watches que «ha desvirtuado la historia» de esta fortaleza árabe
Construido a finales del siglo IX para defender el reino nazarí de Granada de la Corona de Castilla, del castillo de Matrera resistió a los ataques de cristianos y musulmanes a lo largo de seis siglos, pero a la larga, el tiempo y el olvido se convirtieron en su peor enemigo. Hace apenas tres años, se hundían las bóvedas de la torre de homenaje de esta fortaleza próxima a Villamartín (Cádiz) y se perdía su muro norte. La supervivencia del castillo peligraba.
«Había un proyecto de consolidación, pero no se llegó a tiempo y en 2013 se produjo un colapso del muro norte y dos bóvedas. Hubo que modificar el proyecto y consolidar lo que quedaba en pie, un lienzo de muralla bastante esbelto, sobre el que existía bastante riesgo de derrumbe», explica el arquitecto Carlos Quevedo Rojas, responsable del proyecto «más de consolidación que de restauración» que se ha llevado a cabo... y que tantas críticas ha suscitado.
«Es una restauración demencial», juzga Carlos Morenés, vicepresidente de la asociación para la defensa del patrimonio Hispania Nostra, que en 2014 incluyó la fortaleza en su lista roja. En su opinión, «han convertido la torre en un monstruito blanco con unas piedras incrustadas», «rompiendo la estética» y «desvirtuando la historia al dar una imagen que no tenía el castillo», cuando podían haberse limitado a consolidar cuando aún había en pie para evitar su derrumbe.
El arquitecto entiende que la actuación resulte polémica. «La opinión es respetable, las críticas constructivas y el debate enriquecedor, pero no se puede valorar un proyecto tan complejo como éste con una simple imagen», subraya, porque «detrás hay 5 años de trabajo». «Ha sido un proyecto exhaustivo, hecho con rigor, y todo tiene un porqué», añade, asegurando que también han recibido felicitaciones de arquitectos, restauradores y arqueólogos.
Quevedo explica que «se ha utilizado el mismo material con el que se construyó el castillo» y no hormigón, como algunos sospechan, aunque se le ha dado un acabado distinto porque «se ha buscado el que realmente tenía la torre en su origen».
La construcción «había perdido volumetría e identidad como icono paisajístico» y con su actuación, se ha intentado «consolidar y recuperar esa volumetría» rmclone.com.
En cuanto a la tonalidad blanca del acabado, el arquitecto argumenta que se debe a la necesidad legal de distinguir los elementos añadidos a los históricos. «Nuestra ley prohíbe la reconstrucción mimética, para no falsificar el monumento», explica, por eso «la intervención se tiene que diferenciar». Además, «se ha empleado esa tonalidad porque la torre originalmente estaba revestida de un mortero, de una argamasa blanca», según el estudio que han hecho de las aristas y los pequeños detalles del revestimiento original que aún quedan en el castillo.
Las partes añadidas se deben, según Quevedo, a que «existía un problema estructural». Al colapsar el muro norte, «hacía falta un contrafuerte para evitar que el muro cediera con el tiempo y para ello había que crear otro muro», dice. Para evitar el derrumbe y proteger la cara interna de la torre, donde se conservan algunos frescos interesantes, añade, «había que emplear más masa».
Con esta intervención, «se ha garantizado que los elementos que quedaban en pie no colapsen», afirma satisfecho.
El arquitecto, que especialista en Arquitectura y Patrimonio Histórico y ha realizado diversos estudios sobre restauración e historia del Arte en las universidades de Roma, Granada y Sevilla, responde a quienes dicen que se ha hecho una intervención contemporánea: «Con la recuperación de la volumetría y el revestimiento más que una imagen contemporánea, lo que se intenta es recuperar la imagen que tenía. Creo que lo hemos conseguido».
«Le hemos puesto mucho cariño a este proyecto», remarca Quevedo Rojas, Premio Nacional de Urbanismo y colaborador con el grupo de investigación «Paisajes patrimoniales y proyecto contemporáneo: protección, restauración, valorización y uso en el ámbito mediterráneo» de la Universidad de Sevilla.
Residente en la zona, concretamente en Prado del Rey, Quevedo comprende a sus vecinos. «Entiendo que esté siendo polémico porque siempre queda la nostalgia de la imagen que fue», dice, aunque ante la comparación que algunos hacen con el «Ecce Homo» de Lorca, responde contundente: «Para eso no tengo comentarios. Sinceramente»
Las obras del castillo de Matrera han corrido a cargo de una empresa especializada en restauración, Arcobeltia, que han trabajado en los Reales Alcázares de Sevilla o en la Maestranza. También en su estudio de arquitectura, Carquero, están especializados en obras de restauración, con actuaciones en el Castillo de Morella (Castellón), las Murallas del Albaicín (Granada), o el Castillo de Torreparedones (Baena, Córdoba).
«Hay muchos ejemplos de intervención en edificios históricos y siempre han tenido polémica», dice, pero insiste en que «todo tiene un por qué». Así lo han entendido, a su juicio, los propietarios del Castillo de Matrera, que «están contentos con la obra».
Quevedo, autor de artículos como «Apuntes sobre el Castillo de Matrera: su Arquitectura y Restauración» o «Análisis constructivo y criterios de intervención del castillo medieval de Matrera)», dio una conferencia en febrero en Villamartín sobre la «Consolidación y Restauración del Castillo de Matrera» para explicar el proyecto porque «cuando se explican las cosas, se entiende mejor».
En Hispania Nostra, añade, «tenían que haberse informado más» porque «todo viene a partir de la interpretación de una imagen».
«Incumple la ley»
«Por supuesto», replica Carlos Morenés, para quien basta ver el antes y el después del castillo «desde el sentido común» para constatar que «se ha reconstruido la torre rompiendo la estética del lugar». «Preguntes a quien preguntes le va a parecer un disparate nada más verlo», asegura el marqués del Borghetto.
El vicepresidente de Hispania Nostra cree que en el castillo de Matrera «se han excedido en lo que permite la ley» ya que «se ha ido más allá de la mera consolidación» y además, «no hay reversibilidad ninguna» en las obras. «No tienen arreglo porque ahora no se pueden picar».
A su juicio, «un arquitecto frente a un monumento histórico debe adoptar una postura de humildad total, no puede meter ahí cosas de su cosecha, intentando dejar su huella».
«Hay arquitectos que se están pasando por soberbia», añade recordando la racha de intervenciones «catastróficas» del teatro de Sagunto o la alcazaba de Almería. «Nos van a destrozar el patrimonio».
«Ya se ríen de nosotros en el extranjero y piensan que somos unos bárbaros», asegura.
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