Declarada Bien de Interés Cultural la iglesia de San Nicolás de Pamplona

El Catálogo Monumental destaca que, tras la restauración de 1982, la iglesia de San Nicolás ha recuperado plenamente su fábrica medieval

El Gobierno de Navarra ha aprobado un Decreto Foral por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, la iglesia de San Nicolás de Pamplona.


El entorno afectado por la delimitación es la confluencia de los ejes de las siguientes calles y plazas: Rincón de San Nicolás, paseo de Sarasate en el lado que delimita con la iglesia, calle de San Miguel y plaza de San Nicolás. La descripción complementaria del bien, así como la zona afectada por la declaración, son las que constan en el plano y demás documentación que obran en el expediente de declaración.
Por Resolución 540/2005, de 24 de noviembre, de la directora general de Cultura, se aprobó la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural de la iglesia de San Nicolás de Pamplona. Por la citada Resolución se abrió un periodo de información pública por plazo de treinta días, dentro del cual no se presentó ninguna alegación.

Según el Catálogo Monumental de Navarra, el aspecto que hoy presenta el interior del templo se define como una construcción de comienzos del siglo XIII, que adopta soluciones de la arquitectura cisterciense, aunque la cabecera, así como las bóvedas de la nave central y crucero, se levantaron entre 1387 y 1425, bajo el reinado de Carlos III, de acuerdo con el gusto gótico.

La iglesia presenta en la actualidad una planta de tres naves, divididas en cinco tramos, que incluye la cabecera pentagonal en la principal y remates rectos en las laterales.

El Catálogo Monumental destaca que, tras la restauración de 1982, la iglesia de San Nicolás ha recuperado plenamente su fábrica medieval en lo que se refiere al interior, «poniendo de manifiesto que se construyó a comienzos del XIII, siguiendo modelos de la arquitectura del císter, si bien durante el segundo tercio del siglo XIV sufrió una importante reforma que le otorgó el aspecto gótico que hoy ofrece».

Por el contrario, en los exteriores de la iglesia se impone la arquitectura historicista de finales del siglo XIX, que aporta grandes valores decorativos y estéticos al conjunto a la vez que urbanísticos».