La huella real del castillo de Gauzón

La prueba del carbono 14 confirma las reformas que bajo el reinado de Alfonso III aumentaron la monumentalidad de la fortaleza

Las pruebas del carbono 14 realizadas a muestras extraídas del yacimiento arqueológico del castillo de Gauzón, el pasado verano confirman la huella del rey Alfonso III en la fortaleza medieval. Hasta ahora la relación de Alfonso III el Magno con el castillo de Gauzón estaba plasmada en documentos escritos, con los resultados de las pruebas del carbono 14, a los que ha tenido acceso este periódico, se confirma científicamente esa relación. La datación del carbono 14 se realizó en base a carbones recuperados, en la última campaña de excavaciones, en una estructura de la fortificación.

Las pruebas del carbono 14 se comenzaron a realizar desde la primera campaña de excavaciones en el año 2007. Las muestras, que se envían a un laboratorio de Miami (EE.UU.) han permitido reconstruir una secuencia de la ocupación que arranca entre los siglos VII y VIII, anterior a lo que se creía hasta entonces. Esa datación permitió confirmar que la fortaleza original fue anterior a Alfonso III. Durante su reinado, en tiempos de la Monarquía Asturiana (siglo VIII-IX) el castillo de Gauzón se benefició de un extraordinario proceso constructivo. El progresivo abandono de la fortaleza comenzó en el siglo XIV y concluyó en el XV. Unos datos que ahora se amplían con la confirmación científica de la presencia del rey Magno que utilizó el taller de orfebrería para cubrir de piedras preciosas la Cruz de la Victoria en el año 908 y que donó a la catedral de Oviedo.

El primer asentamiento fortificado en el peñón de Raíces data del siglo VII pero la fortaleza llegó a su esplendor dos siglos después cuando Alfonso III la reformó y amplió con el fin de defender el reino astur de los ataques vikingos que se producían a través de la ría de Avilés.

La prueba del carbono 14 también se está realizando a otras muestras orgánicas encontradas en la plataforma inferior, donde se ubicaba el poblado campesino, por el equipo de arqueólogos que dirigen Alejandro García e Iván Muñiz. Paralelamente a esos estudios, se están acometiendo otros que permitirán desvelar la fauna marina de la ría de Avilés entre los siglos VII y XIV. El estudio sobre el ADN de las espinas, conchas y escamas encontradas tanto en la plataforma superior que era la zona noble del castillo, como en la aldea de la plataforma inferior, permitirán identificar las especies marinas que poblaban la ría avilesina y de la que se alimentaban los habitantes de la fortaleza medieval de Raíces.

Una vez que los resultados de las muestras enviadas a Miami lleguen a Iván Muñiz y Alejandro García, los arqueólogos concluirán la memoria de la cuarta campaña y concluyó el pasado mes de septiembre y diseñarán el proyecto de la próxima que se iniciará en primavera. Se tratará de un ambicioso proyecto para los próximos cuatro años y que tendrá tres líneas de actuación. La primera consistirá en el descubrimiento de nuevos restos así como su consolidación y musealización, Una segunda línea permitirá continuar con las excavaciones en la plataforma inferior, en el poblado campesino y finalmente la tercera se centrará en el programa de visitas guiadas que comenzó en el verano de 2009 y continuó este año. En total han participado en la iniciativa casi 1.000 personas.