Nueva inyección para Sous-Tekna
5/12/10 .- http://www.latribunadetoledo.es
Importante área de excavaciones. El decano de la Facultad de Humanidades de Toledo, Ricardo Izquierdo, es asesor científico de este proyecto arqueológico integral desarrollado en el sur de Marruecos
El Ministerio de Cultura subvencionará con 22.000 euros las excavaciones arqueológicas en la región marroquí de Sous-Tekna, un ambicioso proyecto en el que participa la Universidad de Castilla-La Mancha y en el que han trabajado, en años anteriores, jóvenes egresados de la Facultad de Humanidades de Toledo. Su decano, Ricardo Izquierdo, ha sido además asesor científico de las excavaciones desarrolladas en este amplio espacio marroquí desde los años noventa.
«En realidad, no se trata de un proyecto de excavaciones en un solo yacimiento, sino de un estudio arqueológico integral sobre el poblamiento y el paisaje de una amplia región del sur de Marruecos -la cuenca del Ued Nun, que abarca alrededor de 7.000 kilómetros cuadrados-, desde el Neolítico hasta la Edad Moderna». Jorge Onrubia Pintado, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, es el director científico de este proyecto en su parte española, mientras que el codirector marroquí es Youssef Bokbot, investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y el Patrimonio de Rabat.
Después de quince años de investigación arqueológica, a lo largo de sucesivas campañas interrumpidas a menudo por razones ajenas a sus responsables, es posible no sólo continuar con las excavaciones, sino plantear un auténtico proyecto de gestión integral del patrimonio, incluida la redacción de un plan director, un inventario completo de bienes y un estudio fotográfico.
El principal descubrimiento realizado en todos estos años de trabajo ha sido la localización fidedigna de una importante ciudad medieval que aparece ya citada en textos del siglo X. Sobre este enclave, la antigua ciudad de Nul-Lamta, se redoblarán los esfuerzos encaminados a la conservación preventiva a partir de una exploración geofísica integral, la cual «estará orientada a la planificación y desarrollo urbano del territorio con el fin de evitar posibles desmanes, como sucedió en Toledo con la Vega Baja».
Nul-Lamta. «La ciudad de la que estamos hablando, un centro fundamental para el estudio de las relaciones transaharianas en época medieval, era un puerto caravanero para el comercio de mercancías valiosas, oro y esclavos, desde la amplia zona del Sahel hasta el norte de Marruecos y Al-Andalus».
Según el profesor Jorge Onrubia, el recuerdo de la antigua ciudad se ha mantenido oralmente hasta nuestros días durante diez siglos, aunque sin evidencias arqueológicas hasta fecha reciente, «por lo que constituye un auténtico paraíso para los arqueólogos». Las evidencias a día de hoy apuntan a un núcleo urbano muy compacto, con distintos barrios y una fortaleza medieval en tapial y adobe, los restos más visibles de todo el conjunto.
Nul-Lamta fue en su momento una ciudad de señalada importancia estratégica, citada -al igual que la propia Toledo- por cartógrafos medievales como Al-Idrisi (1100-1165), quien la describió «a tres jornadas de marcha del Mar Tenebroso» (el océano Atlántico) y a quince de Sijilmasa, entonces capital de la región, más oriental, del Tafilalet. El ganado vacuno y lanar estaba muy extendido por sus amplias praderas, beneficiadas por la proximidad del océano y las nieves del Atlas, que dotaban a la ciudad, según Al-Idrisi, de «leche y mantequilla en abundancia». En la actualidad, mil años después, este paraíso continúa siéndolo para los arqueólogos.
El Ministerio de Cultura subvencionará con 22.000 euros las excavaciones arqueológicas en la región marroquí de Sous-Tekna, un ambicioso proyecto en el que participa la Universidad de Castilla-La Mancha y en el que han trabajado, en años anteriores, jóvenes egresados de la Facultad de Humanidades de Toledo. Su decano, Ricardo Izquierdo, ha sido además asesor científico de las excavaciones desarrolladas en este amplio espacio marroquí desde los años noventa.
«En realidad, no se trata de un proyecto de excavaciones en un solo yacimiento, sino de un estudio arqueológico integral sobre el poblamiento y el paisaje de una amplia región del sur de Marruecos -la cuenca del Ued Nun, que abarca alrededor de 7.000 kilómetros cuadrados-, desde el Neolítico hasta la Edad Moderna». Jorge Onrubia Pintado, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, es el director científico de este proyecto en su parte española, mientras que el codirector marroquí es Youssef Bokbot, investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y el Patrimonio de Rabat.
Después de quince años de investigación arqueológica, a lo largo de sucesivas campañas interrumpidas a menudo por razones ajenas a sus responsables, es posible no sólo continuar con las excavaciones, sino plantear un auténtico proyecto de gestión integral del patrimonio, incluida la redacción de un plan director, un inventario completo de bienes y un estudio fotográfico.
El principal descubrimiento realizado en todos estos años de trabajo ha sido la localización fidedigna de una importante ciudad medieval que aparece ya citada en textos del siglo X. Sobre este enclave, la antigua ciudad de Nul-Lamta, se redoblarán los esfuerzos encaminados a la conservación preventiva a partir de una exploración geofísica integral, la cual «estará orientada a la planificación y desarrollo urbano del territorio con el fin de evitar posibles desmanes, como sucedió en Toledo con la Vega Baja».
Nul-Lamta. «La ciudad de la que estamos hablando, un centro fundamental para el estudio de las relaciones transaharianas en época medieval, era un puerto caravanero para el comercio de mercancías valiosas, oro y esclavos, desde la amplia zona del Sahel hasta el norte de Marruecos y Al-Andalus».
Según el profesor Jorge Onrubia, el recuerdo de la antigua ciudad se ha mantenido oralmente hasta nuestros días durante diez siglos, aunque sin evidencias arqueológicas hasta fecha reciente, «por lo que constituye un auténtico paraíso para los arqueólogos». Las evidencias a día de hoy apuntan a un núcleo urbano muy compacto, con distintos barrios y una fortaleza medieval en tapial y adobe, los restos más visibles de todo el conjunto.
Nul-Lamta fue en su momento una ciudad de señalada importancia estratégica, citada -al igual que la propia Toledo- por cartógrafos medievales como Al-Idrisi (1100-1165), quien la describió «a tres jornadas de marcha del Mar Tenebroso» (el océano Atlántico) y a quince de Sijilmasa, entonces capital de la región, más oriental, del Tafilalet. El ganado vacuno y lanar estaba muy extendido por sus amplias praderas, beneficiadas por la proximidad del océano y las nieves del Atlas, que dotaban a la ciudad, según Al-Idrisi, de «leche y mantequilla en abundancia». En la actualidad, mil años después, este paraíso continúa siéndolo para los arqueólogos.
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