Las murallas de Badajoz
1/11/10 .- http://www.hoy.es
HAY algo que en Extremadura no acabamos de creernos: Badajoz tiene uno de los conjuntos de murallas más importantes de la península Ibérica. No sólo contamos con la alcazaba almohade más extensa de Europa, obra inigualable del siglo XI, con magnificas torres albarranas -sobresaliendo la de Espantaperros-, sino con un recinto fortificado del siglo XVII, perfeccionado en el XVIII y XIX, más un Fuerte -el de San Cristóbal- que es una de las maquinarias bélicas terrestres más ingeniosas de las que se conservan. Y uno y otro amurallamiento, formando un todo que revela la expansión urbana de la Edad Media y la Edad Moderna, a las que se van acomodando estas salvaguardas de la ciudad más sitiada y deseada de la frontera.
Hoy día, ese macroconjunto debe ser contemplado como un legado histórico, artístico, monumental no sólo digno de conservar, restaurar y revitalizar, sino como un recurso de atracción potente para propios y extraños, que le supongan a Extremadura en general y a Badajoz en particular una importante fuente de ingresos turísticos, además de ese goce para los que en ella viven.
Precisamente mañana presentamos en el Patio de Columnas de la Diputación Provincial de Badajoz, la revista 'O Pelourinho' (Boletín de Relaciones Transfronterizas), con un contenido de casi 200 páginas donde todo esto se justifica y potencia con proyectos de reacondicionamiento y uso.
Se trata de valorar en primer lugar la importancia del conjunto en el contexto de la raya hispano-portuguesa, donde una cadena de amurallamientos similares, en notable estado de autenticidad, originalidad y conservación, y con proyectos ejemplares de utilización, justifican no sólo la actual inclusión en la Lista Indicativa de la Unesco para conjuntos susceptibles de ser declarados patrimonio de la humanidad, sino una posibilidad más que clara de lograrlo en el año 2012.
En segundo lugar, escudriñar los avatares de las murallas desde cuando Badajoz aparece como entidad urbana de la mano de Ibn Marwan en el año 875, hasta la actualidad, pasando por las sucesivas remodelaciones y ampliaciones, e incluso -¡ay!- destrucciones de mediados del siglo XX, ocupación de sus fosos y glacis, abandonos e ignorancia de su valor. Y en tercer lugar, proponer una rehabilitación adecuada a la preservación de la autenticidad del monumento y a la reconstrucción de elementos evocadores de su estado original.
Si ciudades rayanas ejemplares como Valença do Minho (en el norte portugués), Ciudad Rodrigo y Almeida (en el centro rayano de España y Portugal respectivamente) y, más cerca, Marvão, Elvas, Estremoz y Olivenza, lo han hecho, ¿por qué no habría de acometerlo Badajoz? Acometerlo globalmente, con visión de conjunto, no en proyectos parciales que luego se abandonan, como tantas veces ocurrió. Tenemos al menos año y medio por delante para acompañar a la candidatura a 'Patrimonio Mundial' encabezada por Elvas; intenciones y declaraciones políticas no han faltado al respecto. Queda eso, el plan global, ponerse de acuerdo las distintas administraciones públicas y presupuestarlo con firmeza y decisión.
Hoy día, ese macroconjunto debe ser contemplado como un legado histórico, artístico, monumental no sólo digno de conservar, restaurar y revitalizar, sino como un recurso de atracción potente para propios y extraños, que le supongan a Extremadura en general y a Badajoz en particular una importante fuente de ingresos turísticos, además de ese goce para los que en ella viven.
Precisamente mañana presentamos en el Patio de Columnas de la Diputación Provincial de Badajoz, la revista 'O Pelourinho' (Boletín de Relaciones Transfronterizas), con un contenido de casi 200 páginas donde todo esto se justifica y potencia con proyectos de reacondicionamiento y uso.
Se trata de valorar en primer lugar la importancia del conjunto en el contexto de la raya hispano-portuguesa, donde una cadena de amurallamientos similares, en notable estado de autenticidad, originalidad y conservación, y con proyectos ejemplares de utilización, justifican no sólo la actual inclusión en la Lista Indicativa de la Unesco para conjuntos susceptibles de ser declarados patrimonio de la humanidad, sino una posibilidad más que clara de lograrlo en el año 2012.
En segundo lugar, escudriñar los avatares de las murallas desde cuando Badajoz aparece como entidad urbana de la mano de Ibn Marwan en el año 875, hasta la actualidad, pasando por las sucesivas remodelaciones y ampliaciones, e incluso -¡ay!- destrucciones de mediados del siglo XX, ocupación de sus fosos y glacis, abandonos e ignorancia de su valor. Y en tercer lugar, proponer una rehabilitación adecuada a la preservación de la autenticidad del monumento y a la reconstrucción de elementos evocadores de su estado original.
Si ciudades rayanas ejemplares como Valença do Minho (en el norte portugués), Ciudad Rodrigo y Almeida (en el centro rayano de España y Portugal respectivamente) y, más cerca, Marvão, Elvas, Estremoz y Olivenza, lo han hecho, ¿por qué no habría de acometerlo Badajoz? Acometerlo globalmente, con visión de conjunto, no en proyectos parciales que luego se abandonan, como tantas veces ocurrió. Tenemos al menos año y medio por delante para acompañar a la candidatura a 'Patrimonio Mundial' encabezada por Elvas; intenciones y declaraciones políticas no han faltado al respecto. Queda eso, el plan global, ponerse de acuerdo las distintas administraciones públicas y presupuestarlo con firmeza y decisión.
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