En busca del Llaranes primitivo
12/10/10 .- http://www.lne.es
La segunda fase de las excavaciones de San Lorenzo de Cortina comienza para completar los hallazgos de una necrópolis medieval y de un templo prerrománico
Llaranes quiere saber más de su pasado. La parroquia de este barrio avilesino se ha puesto manos a la obra para que la primera fase de excavaciones en la capilla de San Lorenzo de Cortina, realizada hace ocho años, no caiga en el olvido, sino que sea la base de un proyecto más ambicioso de investigación y de recuperación del patrimonio. El arqueólogo Sergio Ríos continuará mañana con el trabajo iniciado por Paula Bartolomé y Catalina Yánez -L'Azagaya-, mediante una intervención que durará aproximadamente tres semanas y que se realizará en el interior del edificio.
El párroco de Llaranes, José María Murias, es uno de los adalides de este trabajo en busca de los orígenes -al menos medievales- de este núcleo de población. «Fuera de la capilla ya se intervino, se encontró una necrópolis medieval, con enterramientos de los siglos XIII, XIV y posteriores, y los cimientos de una iglesia primitiva, prerrománica. Ahora realizaremos una prospección interior para conocer el subsuelo y qué tipo de datos podemos encontrar ahí». Una de las pistas sin investigar que guarda el interior del templo son los indicios de pinturas geométricas en las paredes.
Los resultados de esta investigación se incorporarán en el proyecto de intervención integral que elabora el arquitecto Jorge Hevia y que marcará las pautas para rehabilitar San Lorenzo de Cortina. Las posibles intervenciones, sin embargo, están a expensas de que la parroquia consiga reunir el dinero necesario. Por el momento, el Ayuntamiento aprobó financiar con 10.000 euros la segunda fase de excavaciones, mientras que para la elaboración del proyecto integral la Consejería de Cultura decidió aprobar una tercera parte del importe total. La parroquia tiene abierta una cuenta bancaria para recoger las aportaciones de todas las personas e instituciones que se sientan implicadas en la protección de esta primera iglesia parroquial de Llaranes.
Referencias arqueológicas documentales sobre monedas romanas fueron las que dieron las pistas iniciales para considerar la importancia histórica de San Lorenzo de Cortina. La toponimia del nombre de Cortina hace referencia al mundo agrario romano. Además también tiene importancia significativa una ventana geminada que forma parte de la iglesia actual pero que tiene las características de una ventana prerrománica: algunos autores consideran que pueda pertenecer al siglo X. De confirmarse podría aportar nuevos datos sobre los orígenes de Llaranes.
Las dataciones que se realizaron en la anterior excavación, y que permitieron fechar los restos humanos hallados en la necrópolis, se realizaron mediante el método del Carbono 14, en la Universidda de Barcelona. De hecho fue la primera necrópolis medieval de Asturias datada por medio de este procedimiento. Este sistema consiste en determinar la edad de restos orgánicos midiendo la cantidad de carbono 14 que contienen, ya que se conoce la velocidad a la que se desintegra este elemento. Se determinó que el enterramiento más antiguo es de mediados del siglo XIII, y el más moderno es del XV. Ahora se sabrá si también hay enterramientos en el interior del edificio.
Llaranes quiere saber más de su pasado. La parroquia de este barrio avilesino se ha puesto manos a la obra para que la primera fase de excavaciones en la capilla de San Lorenzo de Cortina, realizada hace ocho años, no caiga en el olvido, sino que sea la base de un proyecto más ambicioso de investigación y de recuperación del patrimonio. El arqueólogo Sergio Ríos continuará mañana con el trabajo iniciado por Paula Bartolomé y Catalina Yánez -L'Azagaya-, mediante una intervención que durará aproximadamente tres semanas y que se realizará en el interior del edificio.
El párroco de Llaranes, José María Murias, es uno de los adalides de este trabajo en busca de los orígenes -al menos medievales- de este núcleo de población. «Fuera de la capilla ya se intervino, se encontró una necrópolis medieval, con enterramientos de los siglos XIII, XIV y posteriores, y los cimientos de una iglesia primitiva, prerrománica. Ahora realizaremos una prospección interior para conocer el subsuelo y qué tipo de datos podemos encontrar ahí». Una de las pistas sin investigar que guarda el interior del templo son los indicios de pinturas geométricas en las paredes.
Los resultados de esta investigación se incorporarán en el proyecto de intervención integral que elabora el arquitecto Jorge Hevia y que marcará las pautas para rehabilitar San Lorenzo de Cortina. Las posibles intervenciones, sin embargo, están a expensas de que la parroquia consiga reunir el dinero necesario. Por el momento, el Ayuntamiento aprobó financiar con 10.000 euros la segunda fase de excavaciones, mientras que para la elaboración del proyecto integral la Consejería de Cultura decidió aprobar una tercera parte del importe total. La parroquia tiene abierta una cuenta bancaria para recoger las aportaciones de todas las personas e instituciones que se sientan implicadas en la protección de esta primera iglesia parroquial de Llaranes.
Referencias arqueológicas documentales sobre monedas romanas fueron las que dieron las pistas iniciales para considerar la importancia histórica de San Lorenzo de Cortina. La toponimia del nombre de Cortina hace referencia al mundo agrario romano. Además también tiene importancia significativa una ventana geminada que forma parte de la iglesia actual pero que tiene las características de una ventana prerrománica: algunos autores consideran que pueda pertenecer al siglo X. De confirmarse podría aportar nuevos datos sobre los orígenes de Llaranes.
Las dataciones que se realizaron en la anterior excavación, y que permitieron fechar los restos humanos hallados en la necrópolis, se realizaron mediante el método del Carbono 14, en la Universidda de Barcelona. De hecho fue la primera necrópolis medieval de Asturias datada por medio de este procedimiento. Este sistema consiste en determinar la edad de restos orgánicos midiendo la cantidad de carbono 14 que contienen, ya que se conoce la velocidad a la que se desintegra este elemento. Se determinó que el enterramiento más antiguo es de mediados del siglo XIII, y el más moderno es del XV. Ahora se sabrá si también hay enterramientos en el interior del edificio.
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