Morir en el Camino
31/8/10 .- http://www.diariodenavarra.es
La historiadora Carmen Jusué repasa la presencia de Santiago en Navarra
Un Camino tan largo y transitado a lo largo de los siglos ha hecho que la muerte esté íntimamente ligada a él. Se conocen nombres y fechas de la defunción de numerosos peregrinos, aunque hay que tener en cuenta que serán muchos más los desconocidos.
Fueron muertes sin gloria, sin epitafios, sin relatos que las inmortalice, pero de las que a veces los hallazgos arqueológicos muestran su presencia.
Las evidencias relacionadas con la muerte y los peregrinos en Navarra son múltiples como puede constatarse en diversos enterramientos de San Salvador de Ibañeta, Roncesvalles, Pamplona (Catedral, plaza de San José, calle Navarrería, Casa del Condestable, plaza del Castillo), Eunate, Estella, Artajona, Santa María de Arlas en Peralta y Ujué.
Pero, ¿cómo se han identificado los enterramientos de peregrinos? Conviene recordar que los peregrinos portaban frecuentemente cosidos en sus ropas o sombreros, insignias que habían adquirido en los santuarios por los que pasaban. Quizá las más conocidas eran las vieiras de las playas cercanas a Compostela, por tanto, la presencia de las veneras como distintivo principal y casi único en el ajuar funerario, permite intuir la importancia que daban a este símbolo.
Así se indica en el Codex Calixtinus: "Por lo mismo los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen las conchas,... y al regresar las prenden en las capas para gloria del Apóstol y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo". Es decir, los peregrinos las colgaban del cuello o las cosían en sus ropajes, es lógico, por tanto, que al morir se les enterrara con ellas bien por haber muerto en la ruta de peregrinación o simplemente que, tras haberla realizado, por su devoción hacia el Apóstol quisieran ser enterrados con ellas.
Veamos, por tanto, las diversas evidencias que muestran la presencia de enterramientos ligados a la ruta jacobea dentro de Navarra.
Antes de llegar a Roncesvalles se encuentra San Salvador de Ibañeta, lugar mítico, escenario quizá de la batalla de Carlomagno y primer centro de acogida secular en la fragosidad pirenaica. Un lugar que a lo largo de los siglos iba a servir de enterramiento de los peregrinos fallecidos según citan diversas crónicas: "En Roncesvalles se enterraban en la iglesia del Espíritu Santo..., o bien en la circunferencia del puerto donde se enterraron los que murieron en la batalla de Carlomagno".
Ya en el año 1934, al desescombrar los restos de la capilla en estado de ruinas se encontraron diversos enterramientos y el 23 de agosto de dicho año, Diario de Navarrapublicaba que "en las excavaciones iniciadas sobre la cumbre de Ibañeta han sido descubiertas dos sepulturas en cuyo interior se hallaron dos esqueletos de grandes dimensiones. Los técnicos suponen que estos esqueletos corresponden a Rolando y Oliveros y mañana subirán miembros del Consejo de Cultura de Navarra para examinarlos..." .
Una vez analizados se vio que la zona había sido lugar de enterramiento bastante antiguo dado que entre los materiales del entorno se encontraron monedas inglesas del siglo IX. En el año 2009 se realizaron nuevas excavaciones en la zona localizándose de nuevo un conjunto de sepulturas en una de las cuales apareció un fragmento de concha de vieira.
En Roncesvalles, se encuentra, además, la capilla del Santi Spiritus o Silo de Carlomagno. Cementerio de peregrinos desde que se pierde la memoria, la tradición situaba allí el monumento construido por el propio monarca franco para los compañeros de Roldán muertos en la batalla del 778. Todavía hoy sirve de reposo a la comunidad que atiende la colegiata.
En Pamplona, los hallazgos de enterramientos acompañados de vieiras es relativamente abundante como lo demuestran los encontrados en las excavaciones en el interior de la Catedral, así como en su entorno próximo - plaza de San José y calle Navarrería -, ocupado por un cementerio medieval.
También en las excavaciones realizadas en la Plaza del Castillo se descubrieron restos constructivos pertenecientes al Convento de Santiago. Este monasterio fue fundado en el siglo XI y ocupó un lugar estratégico entre los burgos medievales de la Población y la Navarrería. En la zona del claustro se sacaron a la luz varios enterramientos y en dos de ellos, pertenecientes a dos mujeres, se encontraron sobre el cadáver y en posición original, dos conchas de vieira perforadas y otras siete entre los otros enterramientos.
Asimismo, en la casa del Condestable apareció un nuevo enterramiento con vieira como elemento único de ajuar funerario.
Santa María de Eunateera lugar de convocatoria de una cofradía que tenía ordenanzas o constituciones que señalan que su finalidad era el servicio de Santa María de Onate y el provecho de los cofrades difuntos y vivos. En 1941 en las obras de restauración llevadas a cabo se descubrió la existencia de sepulturas, entre ellas una aislada, bien conservada, en la que se encontró una concha de peregrino. Asimismo, en los intercolumnios bajo los arcos aparecieron diversos restos humanos, entre estos restos apareció una nueva vieira.
Asimismo, en Estella, junto a la iglesia del Santo Sepulcro, aparecieron diversos restos de una necrópolis y una vieira.
En Artajona, se emplaza la iglesia de San Saturnino, de advocación profundamente jacobea que remite, al igual que la iglesia de Pamplona, a la de San Cernin de Toulouse. Las excavaciones realizadas en 2008 con motivo de las obras de reurbanización del entorno descubrieron una importante necrópolis encontrándose en varias tumbas vieiras perforadas asociadas a los enterrados.
Arlas es un antiguo despoblado de Peralta documentado ya en el siglo XI y en su término tuvieron propiedades el monasterio de Irache y Roncesvalles. En las excavaciones realizadas hacia 1990 dentro del edificio en ruinas, se encontraron diversos enterramientos y en uno de ellos apareció una concha de vieira.
En las excavaciones realizadas en el interior de la iglesia de Santa María de Ujué y su entorno por Gabinete Trama, se descubrieron diversos enterramientos. En el exterior, en el estrecho espacio que circunda la puerta sur, se encontró un recinto sepulcral, perteneciente al siglo XVIII y cuya disposición resulta verdaderamente extraña dado que su orientación es de Norte a Sur, debido fundamentalmente a la adaptación del recinto a un exiguo espacio. Una cata bajo este recinto sacó a la luz dos tumbas medievales en una de las cuales apareció nuevamente una vieira perforada.
Un Camino tan largo y transitado a lo largo de los siglos ha hecho que la muerte esté íntimamente ligada a él. Se conocen nombres y fechas de la defunción de numerosos peregrinos, aunque hay que tener en cuenta que serán muchos más los desconocidos.
Fueron muertes sin gloria, sin epitafios, sin relatos que las inmortalice, pero de las que a veces los hallazgos arqueológicos muestran su presencia.
Las evidencias relacionadas con la muerte y los peregrinos en Navarra son múltiples como puede constatarse en diversos enterramientos de San Salvador de Ibañeta, Roncesvalles, Pamplona (Catedral, plaza de San José, calle Navarrería, Casa del Condestable, plaza del Castillo), Eunate, Estella, Artajona, Santa María de Arlas en Peralta y Ujué.
Pero, ¿cómo se han identificado los enterramientos de peregrinos? Conviene recordar que los peregrinos portaban frecuentemente cosidos en sus ropas o sombreros, insignias que habían adquirido en los santuarios por los que pasaban. Quizá las más conocidas eran las vieiras de las playas cercanas a Compostela, por tanto, la presencia de las veneras como distintivo principal y casi único en el ajuar funerario, permite intuir la importancia que daban a este símbolo.
Así se indica en el Codex Calixtinus: "Por lo mismo los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen las conchas,... y al regresar las prenden en las capas para gloria del Apóstol y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo". Es decir, los peregrinos las colgaban del cuello o las cosían en sus ropajes, es lógico, por tanto, que al morir se les enterrara con ellas bien por haber muerto en la ruta de peregrinación o simplemente que, tras haberla realizado, por su devoción hacia el Apóstol quisieran ser enterrados con ellas.
Veamos, por tanto, las diversas evidencias que muestran la presencia de enterramientos ligados a la ruta jacobea dentro de Navarra.
Antes de llegar a Roncesvalles se encuentra San Salvador de Ibañeta, lugar mítico, escenario quizá de la batalla de Carlomagno y primer centro de acogida secular en la fragosidad pirenaica. Un lugar que a lo largo de los siglos iba a servir de enterramiento de los peregrinos fallecidos según citan diversas crónicas: "En Roncesvalles se enterraban en la iglesia del Espíritu Santo..., o bien en la circunferencia del puerto donde se enterraron los que murieron en la batalla de Carlomagno".
Ya en el año 1934, al desescombrar los restos de la capilla en estado de ruinas se encontraron diversos enterramientos y el 23 de agosto de dicho año, Diario de Navarrapublicaba que "en las excavaciones iniciadas sobre la cumbre de Ibañeta han sido descubiertas dos sepulturas en cuyo interior se hallaron dos esqueletos de grandes dimensiones. Los técnicos suponen que estos esqueletos corresponden a Rolando y Oliveros y mañana subirán miembros del Consejo de Cultura de Navarra para examinarlos..." .
Una vez analizados se vio que la zona había sido lugar de enterramiento bastante antiguo dado que entre los materiales del entorno se encontraron monedas inglesas del siglo IX. En el año 2009 se realizaron nuevas excavaciones en la zona localizándose de nuevo un conjunto de sepulturas en una de las cuales apareció un fragmento de concha de vieira.
En Roncesvalles, se encuentra, además, la capilla del Santi Spiritus o Silo de Carlomagno. Cementerio de peregrinos desde que se pierde la memoria, la tradición situaba allí el monumento construido por el propio monarca franco para los compañeros de Roldán muertos en la batalla del 778. Todavía hoy sirve de reposo a la comunidad que atiende la colegiata.
En Pamplona, los hallazgos de enterramientos acompañados de vieiras es relativamente abundante como lo demuestran los encontrados en las excavaciones en el interior de la Catedral, así como en su entorno próximo - plaza de San José y calle Navarrería -, ocupado por un cementerio medieval.
También en las excavaciones realizadas en la Plaza del Castillo se descubrieron restos constructivos pertenecientes al Convento de Santiago. Este monasterio fue fundado en el siglo XI y ocupó un lugar estratégico entre los burgos medievales de la Población y la Navarrería. En la zona del claustro se sacaron a la luz varios enterramientos y en dos de ellos, pertenecientes a dos mujeres, se encontraron sobre el cadáver y en posición original, dos conchas de vieira perforadas y otras siete entre los otros enterramientos.
Asimismo, en la casa del Condestable apareció un nuevo enterramiento con vieira como elemento único de ajuar funerario.
Santa María de Eunateera lugar de convocatoria de una cofradía que tenía ordenanzas o constituciones que señalan que su finalidad era el servicio de Santa María de Onate y el provecho de los cofrades difuntos y vivos. En 1941 en las obras de restauración llevadas a cabo se descubrió la existencia de sepulturas, entre ellas una aislada, bien conservada, en la que se encontró una concha de peregrino. Asimismo, en los intercolumnios bajo los arcos aparecieron diversos restos humanos, entre estos restos apareció una nueva vieira.
Asimismo, en Estella, junto a la iglesia del Santo Sepulcro, aparecieron diversos restos de una necrópolis y una vieira.
En Artajona, se emplaza la iglesia de San Saturnino, de advocación profundamente jacobea que remite, al igual que la iglesia de Pamplona, a la de San Cernin de Toulouse. Las excavaciones realizadas en 2008 con motivo de las obras de reurbanización del entorno descubrieron una importante necrópolis encontrándose en varias tumbas vieiras perforadas asociadas a los enterrados.
Arlas es un antiguo despoblado de Peralta documentado ya en el siglo XI y en su término tuvieron propiedades el monasterio de Irache y Roncesvalles. En las excavaciones realizadas hacia 1990 dentro del edificio en ruinas, se encontraron diversos enterramientos y en uno de ellos apareció una concha de vieira.
En las excavaciones realizadas en el interior de la iglesia de Santa María de Ujué y su entorno por Gabinete Trama, se descubrieron diversos enterramientos. En el exterior, en el estrecho espacio que circunda la puerta sur, se encontró un recinto sepulcral, perteneciente al siglo XVIII y cuya disposición resulta verdaderamente extraña dado que su orientación es de Norte a Sur, debido fundamentalmente a la adaptación del recinto a un exiguo espacio. Una cata bajo este recinto sacó a la luz dos tumbas medievales en una de las cuales apareció nuevamente una vieira perforada.
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