La fortificación que preside la Campiña

31/8/10 .- http://www.eldiadecordoba.es

La estructura defensiva no recibe visitas, aunque algunas iniciativas culturales le han dado protagonismo

"A campiña, capilla y campana nadie nos gana", dice el refrán santaellano. Y en efecto, Santaella, antiguo granero del Califato, posee unas tierras fértiles y una monumental parroquia renacentista de grandeza catedralicia, aunque su campana se perdió hace años. Pero además, el subsuelo de esta histórica tierra de campiña alumbra leones ibéricos, su derrotado castillo fue cárcel del Gran Capitán y Cervantes recogió aquí el episodio de los Galeotes, trasladando al inmortal Quijote la historia real de Alonso Colorado, el Guapo de Santaella. Testigo de la rica historia del municipio es el cinturón fortificado que parcialmente conservado rodea al Barrio de la Villa o Barrio Bajo, cuyo máximo exponente es el torreón que preside la Plaza Mayor y que marca la entrada a la Santaella más antigua.

Según el arquitecto municipal, es una obra musulmana efectuada en época almohade, a finales del siglo XII. "Particular interés tiene el lienzo de muralla que asoma y domina la Plaza Mayor, principal centro urbano de la población, y que se encuentra en perfecto estado de conservación". Además, añade que "paños de estas murallas se encuentran hoy como fondo de patios interiores de casas particulares de Santaella".

Aquella fortaleza es hoy día una hermosa ruina de la que sólo queda la torre del Homenaje, que destaca sobre las diferentes edificaciones de la localidad como único testimonio de un magnífico legado que albergó en su momento a los primeros marqueses de la villa. Así, esta torre de planta rectangular, en la que destacan una ventana cuadrada en su fachada principal y algunos lienzos de muralla, preside la plaza con su vigorosa silueta. Durante los primeros años del siglo XXI "se recuperaron piezas perdidas del torreón y algunos lienzos que se encontraban en lamentable estado", comenta el arquitecto.

Los asaltos que tuvieron lugar en la década octava del siglo XV y que provocaron muchos desperfectos en el fuerte y las murallas y otros acontecimientos similares explican el mal estado del castillo.

Según diversas fuentes documentales, este mampuesto tenía una sola puerta por la parte de la plaza, mientras que por la zona opuesta contaba con dos postigos de salida. La obra en su base se adaptó a la forma del cerro en que estaba situado y ocupó en época árabe la zona más fuerte y estratégica, rodeado de barrancos y desniveles. Así, cuenta el arquitecto que debió de aprovechar los materiales de la antigua fortificación ibérico-romana que anteriormente custodiaba el lugar "por la abundancia de cerámicas que se encontraron en la base de sus muros". También en esta defensa mora se observan restos de otras épocas, ya que entre esa puerta y la torre se encuentra adosada una construcción barroca de mampostería con portada y balcones de ladrillo que fue la sede del antiguo Ayuntamiento, "hoy establecido en un edificio vecino de reciente construcción", aclara Emilio Jiménez, quien señala que "me gustaría que se hubiese conservado algo más del castillo, puesto que forma parte del pasado histórico de Santaella". Sin embargo, la fortaleza no recibe visitas turísticas. Sólo el antiguo patio de armas se mantiene como zona al aire libre" y espacio de ocio.

Como el resto de estructuras defensivas, este gran cinturón fortificado que parcialmente conservado rodea al Barrio de la Villa, pasó a ser Bien de Interés Cultural (BIC). La antigua residencia señorial, que debido al descuido humano y la dejadez no ha podido resistir el paso del tiempo, sólo deja como prueba de su existencia la torre tapial, que vista desde la campiña, le da personalidad a la silueta del pueblo.

Aun así, el castillo ha tomado un protagonismo inesperado en los últimos años, sobre todo en el plano cultural y festivo de la localidad. La torre se erigió en un protagonista más de la obra de teatro popular El Gran Capitán, alcaide de Santaella, que se ha puesto en escena en dos ocasiones. Igualmente, la fortaleza forma parte ya de la particular escenificación que los santaellanos hacen de la vida de Jesús de Nazaret durante la Semana Santa, cuyo punto final más destacado tiene lugar con el acto del Descendimiento en la noche del Viernes Santo, representación que se realiza a los pies de la torre y que reúne a miles de personas cada año.

Aunque el paso del tiempo ha hecho mella, el castillo de Santaella sigue siendo una referencia histórica, una fortificación que se resiste a dejar de ser el gran vigía de la campiña cordobesa.

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