Descubren tres casas de los siglos VI y VII en el yacimiento de Vilauba, en Pla de l'Estany
1/12/09 .- http://www.lavanguardia.es
El hallazgo de tres casas unifamiliares en Vilauba, en Camós (Pla de l'Estany), de unos 30 metros cuadrados y del siglo VI y VII dC, confirma un dato trascendental para este yacimiento romano, ya que descarta que se tratase únicamente de un centro de trabajo.
En Catalunya, quedan pocas estructuras habitables de este periodo. Las casas, modestas, conservan claramente su distribución, con elementos como los chimenea, así como fragmentos de barro, algunas monedas y objetos de hierro como hoces y cencerros. Los arqueólogos creen que vivían un máximo de 20personas que se encargaban del cultivo y explotación de las tierras de los alrededores.
El descubrimiento de este núcleo de hábitat establece una relación entre el topónimo Villa Alba (villa blanca), documentado en el siglo X, con el fundus de la antigua villa romana y confirma que Vilauba "es uno de los pocos yacimientos en toda Catalunya donde podemos ver desde la llegada de los romanos, su transformación del territorio y hasta la invasión de los sarracenos; un caso casi único", explica entusiasmado uno de los coordinadores del yacimiento, Pere Castaño.
Otro aspecto importante ha sido que hasta ahora los investigadores creían que en la última etapa del yacimiento ya no vivía nadie, un dato que queda desmentioa con la aparición de estas tres casas unifamiliares.
Tres casas modestas de piedra y barro
Los dos últimos siglos del yacimiento se encontraban escondidos en un importante nivel de piedras que se correspondían al alzado de las paredes. Su buen estado de conservación ha permitido distinguir tres unidades familiares claramente independientes, de unos treinta metros cuadrados cada una, con una distribución similar: un espacio para la vivienda con algún hogar, delimitado por un círculo de piedras y con señales de fuego; un patio y un espacio anexo.
Las paredes de piedras unidas con barro, pavimento de arcilla y posiblemente una cubierta vegetal, confirman el carácter modesto de sus habitantes. Como máximo, podía vivir una pareja y cuatro hijos, que se encargaban de cultivar y explotar las tierras de los alrededores, propiedad de un señor a quien pagaban una renta. En las campañas iniciales de excavación del yacimiento, a los años 80, quedaron al descubierto una prensa de aceite y varios depósitos de la misma fase, unas instalaciones de producción que compartirían los habitantes de las casas.
Hoces y monedas
La excavación de los niveles inferior permitió sacar a la luz objetos de hierro -cuchillos, hoces, cencerros-, diversas monedas y sobre todo fragmentos de barro local, que una vez estudiados, permitirán conocer sus usos y también fijar la cronología del abandono final del yacimiento, posiblemente en el siglo VII d.C. Una vez restauradas, se expondrán en el Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles.
Durante treinta años, este yacimiento, abierto al público en visitas concertadas, se ha excavado de forma ininterrumpida, permitiendo poner al descubierto una superposición de edificaciones que permitirán reconstruir la historia de esta zona desde el siglos II-I a.C. hasta el siglo VII d.C. Los estudiosos calculan que todavía hay un 30% del yacimiento por descubrir.
En Catalunya, quedan pocas estructuras habitables de este periodo. Las casas, modestas, conservan claramente su distribución, con elementos como los chimenea, así como fragmentos de barro, algunas monedas y objetos de hierro como hoces y cencerros. Los arqueólogos creen que vivían un máximo de 20personas que se encargaban del cultivo y explotación de las tierras de los alrededores.
El descubrimiento de este núcleo de hábitat establece una relación entre el topónimo Villa Alba (villa blanca), documentado en el siglo X, con el fundus de la antigua villa romana y confirma que Vilauba "es uno de los pocos yacimientos en toda Catalunya donde podemos ver desde la llegada de los romanos, su transformación del territorio y hasta la invasión de los sarracenos; un caso casi único", explica entusiasmado uno de los coordinadores del yacimiento, Pere Castaño.
Otro aspecto importante ha sido que hasta ahora los investigadores creían que en la última etapa del yacimiento ya no vivía nadie, un dato que queda desmentioa con la aparición de estas tres casas unifamiliares.
Tres casas modestas de piedra y barro
Los dos últimos siglos del yacimiento se encontraban escondidos en un importante nivel de piedras que se correspondían al alzado de las paredes. Su buen estado de conservación ha permitido distinguir tres unidades familiares claramente independientes, de unos treinta metros cuadrados cada una, con una distribución similar: un espacio para la vivienda con algún hogar, delimitado por un círculo de piedras y con señales de fuego; un patio y un espacio anexo.
Las paredes de piedras unidas con barro, pavimento de arcilla y posiblemente una cubierta vegetal, confirman el carácter modesto de sus habitantes. Como máximo, podía vivir una pareja y cuatro hijos, que se encargaban de cultivar y explotar las tierras de los alrededores, propiedad de un señor a quien pagaban una renta. En las campañas iniciales de excavación del yacimiento, a los años 80, quedaron al descubierto una prensa de aceite y varios depósitos de la misma fase, unas instalaciones de producción que compartirían los habitantes de las casas.
Hoces y monedas
La excavación de los niveles inferior permitió sacar a la luz objetos de hierro -cuchillos, hoces, cencerros-, diversas monedas y sobre todo fragmentos de barro local, que una vez estudiados, permitirán conocer sus usos y también fijar la cronología del abandono final del yacimiento, posiblemente en el siglo VII d.C. Una vez restauradas, se expondrán en el Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles.
Durante treinta años, este yacimiento, abierto al público en visitas concertadas, se ha excavado de forma ininterrumpida, permitiendo poner al descubierto una superposición de edificaciones que permitirán reconstruir la historia de esta zona desde el siglos II-I a.C. hasta el siglo VII d.C. Los estudiosos calculan que todavía hay un 30% del yacimiento por descubrir.
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