30.000 años de cultura en el Montgó

5/5/05 .- Levante. El mercantil valenciano/ A. P. F - Xábia

Noticias
Bolufer afirma que los molinos de viento definen «la arquitectura más singular y notoria» del parque natural. Gisbert aboga por crear «microreservas» para proteger el patrimonio


La relación del hombre y el macizo del Montgó se remonta, como poco, a hace 30.000 años. Es entonces cuando se produjo la primera ocupación de la Cova Foradada. Los arqueólogos Joaquim Bolufer y Josep A. Gisbert repasaron ayer el riquísimo legado cultural del Montgó. Gisbert advirtió que un turismo sin perspectiva cultural puede convertirse en el «depredador número uno» del patrimonio.


Los arqueólogos a veces viajan a velocidad de crucero y en apenas dos horas son capaces de completar un bucle temporal de 30.000 años. Y si no que se lo pregunten a los asistentes ayer a las dos conferencias sobre arqueología y patrimonio cultural que ofrecieron, dentro del ciclo dedicado al Montgó y el turismo sostenible, los arqueólogos Joaquim Bolufer y Josep A. Gisbert.

Bolufer, que es el director del Museo Soler Blasco de Xàbia, habló sobre los primeros pobladores del Montgó y la «rica prehistoria» del parque natural. Comenzó su recorrido en la Cova Foradada.

El también arqueólogo Josep Casabó ha excavado este yacimiento desde los años 90 y ha completado diez campañas arqueológicas. Las primeras evidencias de ocupaciones humanas se remontan a hace 30.000 años. Coinciden con un momento clave en la historia de la humanidad, el de la desaparición del hombre de Neardental y las primeras evidencias del homo sapiens en la Península Ibérica.

Joaquim Bolufer continuó su repaso por los yacimientos paleolíticos con los de la Cova del Montgó, la Coveta de l'Alqueria de Ferrando y la Plana del Montgó. Luego se refirió a la Cova del Barranc del Migdia, donde hay un interesante conjunto de pinturas esquemáticas. El arqueólogo de Xàbia citó también los yacimientos neolíticos y del Bronce. Entre otros habló del del Tossal de Santa Llúcia, donde en una reciente excavación también ha salido a la luz un enterramiento de época romana -probablemente del periodo de Augusto-.

El director del Museo Soler Blasco habló luego de los molinos de viento del Montgó. Sobre todo en la partida de la Plana, que está dentro del parque natural, pero también en todo el ámbito del PORN, se sitúa el conjunto de molinos de viento más importante de todo el territorio valenciano. El molino más antiguo está situado en la Plana y ya se cita en una referencia documental del siglo XIV. La mayor parte de estas construcciones, ligadas al mundo de la agricultura tradicional, dejaron de funcionar a finales del XIX y principios del XX. Bolufer mostró una fotografía antigua en la que todavía tres molinos de la Plana (en esta partida del Montgó hay once) mantienen sus típicas cuatro aspas.

Este arqueólogo, que es un experto en la molinería valenciana, afirmó que los molinos representan «la arquitectura más singular y notoria» del parque natural.

Mientras, Josep A. Gisbert, que es el director del Museu Arqueològic de Dénia, repasó la antigüedad clásica en el Montgó y puso el acento sobre todo en los grandes yacimientos de Benimaquia (fue un gran emporio de producción de vino en el siglo VI antes de Cristo), el Coll de Pous (IV a. C.) y la Penya de l'Àguila (I a. C.).

La mirada de Gisbert sobre el Montgó distó de la de Bolufer. Los molinos de viento representan el mundo más tradicional y agrícola. Gisbert, sin embargo, aclaró que su visión del Montgó es desde la cosmopolita ciudad de Dénia y su puerto.

Este arqueólogo cuestionó que el conjunto de joyas encontrado hace unos años en el Montgó se haya bautizado como Tresor de la Marina. Afirmó que por el lugar donde se halló debería denominarse Tresor de la Penya de l'Àguila.

El director del museo de Dénia terminó su ponencia en tono crítico. Reclamó que el Montgó necesita una «dinámica de inversión» y de puesta en valor de su patrimonio cultural. Abogó por crear rutas temáticas, pero insistió en que antes hay que actuar de forma concienzuda sobre los yacimientos y los restos patrimoniales. Incluso planteó que se creen «microreservas» de patrimonio cultural.

Gisbert advirtió que sin inversiones y un trabajo de años para recuperar los vestigios culturales del Montgó, las rutas y la afluencia de turistas pueden esquilmar en muy poco tiempo esa gran riqueza que ahora atesora el parque natural.

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.