Este Castillo es una ruina (Salobreña, Granada)

Los visitantes de la fortaleza de Salobreña tienen que pagar tres euros para ver un recinto abandonado, con la vegetación seca, con suciedad y con zonas peligrosas

Los visitantes del Castillo de Salobreña llegan con la intención de ver unas interesantes ruinas y se van con la decepción de haber visto un monumento ruinoso. Y seguramente maldiciendo por haber abonado 2,95 céntimos.
El Castillo de Salobreña está completamente dejado de la mano de Dios. Basta un breve paseo para observar lo abandonado que está. Lo peor, no es ya la suciedad, la vegetación seca, las papeleras a rebosar, la porquería llenando rincones, sino lo peligroso que resulta recorrerlo. Tal y como está ahora, es imposible visitarlo con niños pues hay miles de hierros, ventanas bajas sin rejas, recovecos, agujeros...
La rehabilitación de la fortaleza árabe es una asignatura pendiente de la que se ha hablado mucho. Hace unos meses el Ayuntamiento dio a conocer los resultados del estudio realizado durante años por una empresa especializada acerca del monumento. De éste se desprende que la estabilización, prevención y medidas correctoras del Castillo y viviendas de la zona, asciende a siete millones de euros. Ahí es nada. Así, el Consistorio ha pedido ayuda a los Ministerios de Fomento y Cultura para poder acogerse a la financiación del 1% cultural y hacer así frente a esta millonada.
Según el estudio el problema en el Castillo se plantea por la evolución de las diaclasas (grietas formadas en las rocas) observadas y la fragmentación del macizo rocoso sobre el que se asienta la fortaleza árabe de Salobreña y parte del núcleo urbano de la localidad, lo cual supone la existencia de un peligro latente que afecta de forma directa al Castillo y también a numerosas viviendas del casco urbano de la Villa, que se encuentran igualmente dentro del entorno de protección de este BIC.
Mientras, desde el PSOE, piden al Ayuntamiento que lleve a cabo un lavado de cara y que se tomen medidas de urgencia porque consideran que el Castillo «es un enfermo que se muere». Comenzamos el recorrido de la fortaleza árabe desde fuera, apreciando el impacto visual de una estructura metálica, que pretendía ser una casa, y que se paralizó, pero nunca se quitó. Nada más entrar se observa lo que fue la entrada a una torre, que ahora sirve como lugar para dejar todo lo inservible y también basura.

Buscar ornamentación

La vegetación está toda seca, en mal estado, aunque tiene una explicación. Debido a lo afectada que está la roca sobre la que se asienta la localidad y el Castillo, no se puede regar; pero esto no quita que no se puedan poner macetas u otro tipo de ornamentación. Quizá el problema más grave son las grietas que se comen al Castillo. Están por todas partes y en la zona de la falla -surgió hace años- cabe un brazo. Los vecinos están preocupados porque si no se actúa rápido, el resquebrajamiento irá a más.
«Queremos saber qué están haciendo por el Castillo, si están buscando dinero para arreglarlo... si avanza, si está parado», comentaba el presidente de la Asociación de vecinos del Casco Antiguo en el año 2005. Y aún no se ha hecho nada. Para recorrer la fortaleza salobreñera hay que estar con mil ojos. Las ventanas están bajas y sin rejas, hay una caja de cables abierta, hay desniveles, hierros que salen sin avisar de la pared y echan abajo rodillas... y los dos fosos, en los que hubo hasta un accidente mortal, todavía no han sido cubiertos. En la plaza de Armas, donde antaño se celebraban conciertos multitudinarios, queda una profunda fosa de donde estuvo colocado el escenario, mal vallada y peligrosa. Una valla amarilla, descolocada, 'impide' subir a un sitio bastante arriesgado. Detrás, hay una grúa que lleva años arrumbada. Un desastre.
No hay guías, no hay información, no hay señalizaciones de las zonas de peligro. Y la iluminación por la noche -apuntan los vecinos- se usa muy de vez en cuando.

Plan integral

Cuentan Gonzalo Fernández, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento y María Eugenia Rufino, secretaria general del PSOE, que el Castillo de Salobreña ha pasado de ser un referente en la comarca a ser el más abandonado y que esto toca la fibra sensible de todos los salobreñeros que vivieron su época de esplendor.
Tanto el Castillo de San Miguel de Almuñécar, como el Jardín Nazarí de Vélez de Benaudalla, como la Fábrica del Pilar de Motril -monumentos importantes de la Costa- ya están siendo rehabilitados y la fortaleza de la Villa, aún no. Por eso piden que se lleven a cabo medidas para conservarlo y que su deterioro no avance y que se desarrolle un proyecto integral para reformar el Castillo y el casco antiguo, con orden, subvenciones y con el apoyo de todos.
Ahora, por seguridad, no se puede celebrar allí nada. Y los vecinos echan de menos las actividades culturales que les hacían disfrutar de su Castillo. Del emblema del municipio. Del elemento que hace a Salobreña especial.