El baño de Zafra en Granada se convertirá en un centro de interpretación islámico

El Baño de Hernando Zafra, uno de los tres edificios de esta categoría más importante de la ciudad islámica, podrá visitarse dentro de un año. Ubicado en el antiguo barrio nazarí de Bab Ilbira, al borde del Albaicín, fueron descubiertos hace una década bajo los escombros de un grupo de viviendas emplazadas en la calle Elvira y en el número 3 de la calle de San Andrés. El valor de los restos arqueológicos encontrados y su buen estado de conservación ha impulsado su recuperación y acondicionamiento para que todo el mundo pueda conocer cómo eran unos baños de la época y cuál era su función a través de la creación de un gran centro de interpretación.

Con una estructura similar a los del Bañuelo y datados entre los siglos XIII y XIV –una sala fría con un pequeño espacio donde estaría ubicado un pequeño estanque para almacenar el agua; una sala templada de planta cuadrada y galerías en tres lados; y una sala caliente destinada a los baños de vapor–, el proyecto de intervención tiene como objetivo "recuperar, proteger y poner en valor los restos originales que se conservan y necesitan una restauración para que el público pueda entender sus funciones y, en la zona próxima a la calle Elvira, construir una fachada para dar una respuesta urbana a la ciudad y para crear un centro de interpretación", adelantó ayer a este diario el arquitecto encargado del proyecto de recuperación, Antonio Luis Espinar.

En este sentido, Espinar aseguró que la intención de la recuperación es que los visitantes puedan entender el significado social y religioso de los baños y, por eso, también se ha contemplado la construcción del centro de interpretación, "en el que se conocerá la huella que la cultura islámica dejó en la ciudad a través de paneles informativos".

El valor histórico y cultural que tiene la Casa de las Tumbas, nombre coloquial con el que se conoce a los baños, es el que ha impulsado a Cultura a "destinar el presupuesto necesario para ponerlos en valor y abrirlos al público", destacó el arquitecto tras comentar que "se trata de uno de los tres edificios de esta categoría más importantes de la ciudad y que guarda en su interior numerosos restos que ayudarán a conocer mejor la historia de Granada".

Aunque su estado de conservación es bueno, hay algunas partes muy deterioradas porque durante décadas fueron enterrados debajo de un grupo de viviendas y utilizados como sótanos y salas de almacenaje por las mismas. Hay otras partes como las bóvedas que fueron destruidas porque impedían la construcción de la techumbre de las casas. Las lucernas, cuyo sistema era similar al que tiene los Baños del Bañuelo, también se encuentran en mal estado "debido a la fragilidad de su material y a la destrucción de muchas de ellas".

Entre los restos que se han encontrado en la zona, destacan varios capiteles omeyas y algunas columnas de mármol de macael. También se han descubierto cerámicas que han ayudado a datar el edificio, que en la historiografía de Gómez Moreno aparecía fechado en el siglo XII pero que, tras los estudios arqueológicos, se ha determinado que pertenecen a los siglos XIII/XIV.

Una vez que estén finalizadas las obras de restauración, tanto las estructuras como todos los elementos que se han hallado en el yacimiento estarán expuestos en el centro de interpretación para que todo el que lo desee pueda adentrarse en la historia de la cultura que marcó la arquitectura monumental de Granada.