“Estuvieron mil años enterrando en Escalada”

El profesor de la ULE Luis Caro Dobón, junto a Edén Fernández, da hoy una charla en El Albéitar sobre ‘Los enterramientos en San Miguel de Escalada’

La penúltima de las ponencias pertenecientes al II Ciclo de Conferencias de San Miguel de Escalada tendrá lugar esta tarde, a partir de las 19 horas en la sala Gordón Ordás de El Albéitar; la misma correrá a cargo de los profesores Luis Caro Dobón y Edén Fernández Suárez, del departamento de Antropología Física de la Universidad de León, y el tema a tratar será ‘Los enterramientos de San Miguel de Escalada’.
Uno de los ponentes, Luis Caro Dobón, explica que son dos las campañas arqueológicas llevadas a cabo en este entorno, una primera “que se desarrolló entre los años 1983-87 que estudia el interior y los alrededores de la iglesia mozárabe, de la cual nosotros hacemos el informe (para la Junta, que es quien financia) en el año 1996”. En este primer estudio se dio cuenta del hallazgo de “huesosde 108 individuos, ya estudiados, ya entregado el informe y hecha la tesis”.
Pero ahora, subraya Caro Dobón, “estamos estudiando los restos de la segunda campaña, que se realizó entre 2002 y 2004 y cuyos huesos nos llegan a finales de 2007; de hecho aun continuamos estudiándolos y, evidentemente, aun no hemos enviado los resultados a la Junta”.
Esta segunda excavación no se ha realizado ni en el interior ni en el pórtico de la iglesia mozárabe, sino que “se ha hecho en el interior de la iglesia románica, donde está la torre, una parte que se quiere restaurar, y también en el entorno del muro y alrededor de la iglesia, de donde salen muchos enterramientos de la gente de Escalada”.
Sobre lo encontrado en esta segunda excavación, el profesor Luis Caro Dobón comenta que “hemos encontrado restos de unos 390 individuos, los más antiguos de época altomedieval y los más nuevos de épocas modernas, por tanto son más de mil años de enterramientos; de hecho, en el siglo XVII se ordena no enterrar más en Escalada”. Estos enterramientos son “muy sencillos, con los cuerpos depositados directamente en la tierra y casi sin adornos ni ofrendas”. Ya desde época visigoda estaba permitido “enterrar a los muertos de las parroquias dentro de unos treinta pasos en torno a los monasterios en todas direcciones”.
Tras unos primeros estudios, los antropólogos de la ULE han deducido que “hay veces que hay restos mezclados, pues debido a la escasez y la pobreza lo que se hacía era apartar un poco los restos de un enterramiento anterior y, en el mismo sitio, colocar el nuevo cadáver, y esto se podía hacer varias veces, con lo que no es extraño que aparezcan mezclados restos de varios individuos”. Además, actualmente están estudiando detalles como “cuántos individuos hay, si se trata de hombres o mujeres, su edad..., y así podemos hacer el estudio de la mortalidad de la población; asimismo tratar de averiguar las enfermedades que padecieron (siempre que dejen su huella en el hueso)”. También se trata de averiguar si se enterraban allí sólo parroquianos o también aristócratas, a lo que Dobón comenta que “sí que hay sarcófagos de piedra (indican extracción social alta), pero no hay garantía de que hayan llegado incólumes a la actualidad, de hecho, las tapas se han reutilizado y el interior incluso para realizar mezclas”. Sin embargo, el profesor no puede exponer aun “ninguna conclusión, pues estamos en plena tarea”.
Finalmente, el estudioso afirma que “ya no queda nada más por desenterrar..., tal vez quede algo cerca del muro perimetral; hay que tener en cuenta que ya no queda monasterio ni claustro, sólo las iglesias, pero sí que han aparecido algunas cosas atípicas muy interesantes”.