La iglesia de San Frontis engloba un templo anterior con sucesivos añadidos (Zamora)
17/3/09 .- http://www.nortecastilla.es
La nave este es más antigua que la cabecera actual y en la fachada han quedado al descubierto los restos de un arco y una puerta
Un escrito sobre una estela acredita que la iglesia románica de San Frontis, al otro lado del Duero, es del siglo XIII. Pero sobre aquel templo original se hicieron numerosas construcciones y añadidos, de manera que ha quedado englobado en el actual monumento hasta el punto de que los descubrimientos de las excavaciones constituyen un verdadero puzzle, tal como lo define Ana Sandoval, la arqueóloga de la empresa Strato, que realiza los trabajos.
La exploración arqueológica, ya concluida, y el acondicionamiento del entorno forman parte de las intervenciones del programa Zamora Románica, que se desarrolla mediante un convenio entre el Obispado, el Ayuntamiento, la Fundación Alfonso Henriques y la Junta, que es de la que procede la mayor parte de la financiación.
Uno de los descubrimientos que han permitido constatar las excavaciones es que la cabecera, que se creía que era la más antigua, en realidad es de factura posterior a la nave este, que pertenecería a la iglesia original. Así lo evidencia el hecho de que esté apoyada en un muro anterior y el que haya enterramientos cortados por la cabecera.
Otra parte de las excavaciones se han hecho en el lateral norte, hasta ahora oculto por una espesa vegetación y laureles. Aquí han quedado a la vista los restos de un arco y una puerta que está tapada y que se suponen de la construcción más antigua. Sobre la puerta tapiada se hizo después una falsa ventana que ahora ha quedado al descubierto.
A partir de la base del arco se aprecia un muro de una construcción posterior, hacia el siglo XV, que sería una edificación auxiliar de la iglesia, la Sacristía o similar. El propio muro tiene dos fases, y se percibe el recrecido de otra época en la que fue aprovechado para lo que fue una propiedad doméstica. En el fondo de esta última edificación, a la izquierda del arco, se encontraron monedas de céntimos de las primeras pesetas, de 1870, lo que hace suponer que fue la fecha en que se abandonó la casa, explica Ana Sandoval.
Cripta
En esta zona ha aparecido también una cripta individual sobre la que los expertos están pendientes de definir la fecha, «sí se sabe que son medievales, por el tipo de fosa», pero confían en encontrar alguna moneda o resto que precise el momento concreto.
Junto a una y otra fachada han aparecido enterramientos en varios niveles; unos eran de pizarra, otros en fosa; en otro nivel, cajas de piedra... Todos orientados, como era costumbre entre los cristianos, con la cabeza hacia el este, hacia el nacimiento del sol. Hay cinco y a veces hasta seis niveles de tumbas o fosas hasta 1830, cuando los enterramientos se empezaron a hacer en los cementerios, y se hacían sobre las sucesivas crecidas del Duero, puntualiza la arqueóloga.
En la fachada exterior a la cabecera apareció también un antiguo osario con paredes de piedra y suelo de cerámica, hundido en el centro al ceder por el peso, y bajo este otro nivel con suelo de losetas. Esta construcción permaneció hasta 1920.
Las capas de tierra y pavimento de más de un metro, que con el tiempo han recrecido alrededor de la iglesia, ocultan gran parte de su belleza; el templo era más esbelto y bonito que la imagen que ofrece ahora.
Pese a las construcciones de viviendas en el exterior, la iglesia está poco alterada, «está limpio y sin intrusiones, como canalizaciones o reformas por otros usos».
Pobre y extramuros
Los hallazgos de la excavación permitirán documentar las diferentes construcciones y etapas del templo, «han aparecido indicios de construcciones de las que no teníamos ni idea», admite Sandoval. Y es que, sobre esta iglesia había muy pocos estudios históricos, al contrario que de otros templos románicos «más céntricos y más ricos». Este, puntualiza la arqueóloga, estaba extramuros y en una zona pobre. La actividad en el barrio era, principalmente, el cultivo de las tierras de labor y alguna actividad artesanal.
Sí está documentado que la iglesia se construyó por iniciativa de un franco, Aldovino de Pergaud, que llegó a Zamora en una de las repoblaciones; de ahí que el santo bajo cuya advocación está la iglesia tenga nombre francés, San Front.
Un escrito sobre una estela acredita que la iglesia románica de San Frontis, al otro lado del Duero, es del siglo XIII. Pero sobre aquel templo original se hicieron numerosas construcciones y añadidos, de manera que ha quedado englobado en el actual monumento hasta el punto de que los descubrimientos de las excavaciones constituyen un verdadero puzzle, tal como lo define Ana Sandoval, la arqueóloga de la empresa Strato, que realiza los trabajos.
La exploración arqueológica, ya concluida, y el acondicionamiento del entorno forman parte de las intervenciones del programa Zamora Románica, que se desarrolla mediante un convenio entre el Obispado, el Ayuntamiento, la Fundación Alfonso Henriques y la Junta, que es de la que procede la mayor parte de la financiación.
Uno de los descubrimientos que han permitido constatar las excavaciones es que la cabecera, que se creía que era la más antigua, en realidad es de factura posterior a la nave este, que pertenecería a la iglesia original. Así lo evidencia el hecho de que esté apoyada en un muro anterior y el que haya enterramientos cortados por la cabecera.
Otra parte de las excavaciones se han hecho en el lateral norte, hasta ahora oculto por una espesa vegetación y laureles. Aquí han quedado a la vista los restos de un arco y una puerta que está tapada y que se suponen de la construcción más antigua. Sobre la puerta tapiada se hizo después una falsa ventana que ahora ha quedado al descubierto.
A partir de la base del arco se aprecia un muro de una construcción posterior, hacia el siglo XV, que sería una edificación auxiliar de la iglesia, la Sacristía o similar. El propio muro tiene dos fases, y se percibe el recrecido de otra época en la que fue aprovechado para lo que fue una propiedad doméstica. En el fondo de esta última edificación, a la izquierda del arco, se encontraron monedas de céntimos de las primeras pesetas, de 1870, lo que hace suponer que fue la fecha en que se abandonó la casa, explica Ana Sandoval.
Cripta
En esta zona ha aparecido también una cripta individual sobre la que los expertos están pendientes de definir la fecha, «sí se sabe que son medievales, por el tipo de fosa», pero confían en encontrar alguna moneda o resto que precise el momento concreto.
Junto a una y otra fachada han aparecido enterramientos en varios niveles; unos eran de pizarra, otros en fosa; en otro nivel, cajas de piedra... Todos orientados, como era costumbre entre los cristianos, con la cabeza hacia el este, hacia el nacimiento del sol. Hay cinco y a veces hasta seis niveles de tumbas o fosas hasta 1830, cuando los enterramientos se empezaron a hacer en los cementerios, y se hacían sobre las sucesivas crecidas del Duero, puntualiza la arqueóloga.
En la fachada exterior a la cabecera apareció también un antiguo osario con paredes de piedra y suelo de cerámica, hundido en el centro al ceder por el peso, y bajo este otro nivel con suelo de losetas. Esta construcción permaneció hasta 1920.
Las capas de tierra y pavimento de más de un metro, que con el tiempo han recrecido alrededor de la iglesia, ocultan gran parte de su belleza; el templo era más esbelto y bonito que la imagen que ofrece ahora.
Pese a las construcciones de viviendas en el exterior, la iglesia está poco alterada, «está limpio y sin intrusiones, como canalizaciones o reformas por otros usos».
Pobre y extramuros
Los hallazgos de la excavación permitirán documentar las diferentes construcciones y etapas del templo, «han aparecido indicios de construcciones de las que no teníamos ni idea», admite Sandoval. Y es que, sobre esta iglesia había muy pocos estudios históricos, al contrario que de otros templos románicos «más céntricos y más ricos». Este, puntualiza la arqueóloga, estaba extramuros y en una zona pobre. La actividad en el barrio era, principalmente, el cultivo de las tierras de labor y alguna actividad artesanal.
Sí está documentado que la iglesia se construyó por iniciativa de un franco, Aldovino de Pergaud, que llegó a Zamora en una de las repoblaciones; de ahí que el santo bajo cuya advocación está la iglesia tenga nombre francés, San Front.
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