Cultura abre expediente por derrumbe en la muralla árabe (Molina de Aragón)

La Consejería de Cultura ha abierto un expediente a la empresa que ejecuta las obras del enclave de la muralla, donde el pasado martes, día 10, se derrumbó una parte de una de las torres árabes. El suceso ocurrió después de las siete de la tarde, cuando los operarios ya se habían marchado. Al parecer, la existencia de bastante arenilla en los cimientos del terreno que antes ocupaba la fábrica de Maximo Moreno, unido a los movimientos de tierra que se han llevado a cabo, provocó que un fragmento del muro se rompiera.

No obstante, el concejal de Obras Municipales, Daniel Soltero, ha aclarado que “se podrá reconstruir y esta incidencia no condicionará los trabajos”. Además, se trata de la parte que no quedará de vista al público, añade.

La nueva infraestructura cultural albergará, además de los restos de la muralla medieval hallados en la zona y su exposición bajo rasante, un museo, un auditorio para 200 personas y un archivo histórico. La inversión asciende a 8 millones de euros, financiados íntegramente por el Gobierno regional. El Ayuntamiento adjudicó la obra, en enero de 2007, a la U.T.E. Ploder y Uicesa por un importe de 5.144.389 euros. El edificio se situará bajo una plaza de 4.800 metros cuadrados. Los trabajos deben estar terminados antes del verano de 2010.

La muralla de Molina de Segura, aparecida en el solar que ocupaba la antigua factoría de Maximino Moreno, forma parte del cerco que en época medieval circundaba el antiguo barrio del Castillo. En la excavación realizada en la zona han aparecido seis torres, cinco de ellas cuadrangulares y una de nueve lados (nonagonal), única de estas características de la época almohade. Entre los restos también está la puerta en codo norte del cerco y 125 metros de trazado murario. Todo el conjunto va de los siglos XI al XIII. Las excavaciones arqueológicas también sacaron a la luz evidencias de restos romanos que explicarían el nombre premusulmán de Molina (Mulina).

Reforma urbanística

Según el proyecto, el museo quedará situado en un margen de la plaza y se conservará la chimenea como hito urbano. Las características de esta plaza respetarán el nuevo entorno urbano y la modificada ordenación del tráfico en la zona.

El trazado de la muralla obliga a desviar hacia el norte la calle Ibn Arabi, gracias a lo cual se aumentará el tamaño de la plaza. Esta calle contará con dos carriles, que se transformarán en tres a la altura de la chimenea: una salida a la antigua carretera CN 301 y dos vías de acceso al barrio de Santa Rita.

En el barrio del Castillo, la ladera se convertirá en una zona verde. El Ayuntamiento ya ha adquirido como patrimonio municipal la calle Honda, parte del trazado de la muralla, y la casa de la Maita, que formaba parte de la antigua alcazaba. La torre y los restos hallados en su interior se recuperarán e integrarán en la zona verde de la ladera.