Los castillos se hunden de viejos (Alicante)

Los actos vandálicos y la falta de inversiones amenazan 500 fortalezas de la Comunitat

Resistieron el asalto violento de copiosos ejércitos armados hasta los dientes, pero no son capaces de permanecer inmunes al paso del tiempo. Centenares de castillos y torres fortificadas de la Comunitat necesitan actuaciones urgentes. Estructuras en ruina, grafitos e incluso la maleza amenazan con finar a los gigantes del patrimonio arqueológico. Las instituciones deberían invertir miles de euros que en ocasiones no tienen para evitar el desplome de estos edificios.

Dos de los casos más llamativos son los de Montroy y Almenara. En ambos castillos se ha podido ver ropa tendida, mantas o cartones. Signos inequívocos, en todo caso, de que estos castillos son utilizados por personas indigentes para pernoctar.

Medio millar de ciudades fortificadas pueden desaparecer en los últimos años. Los actos vandálicos y las inclemencias meteorológicas van minando cada día los edificios. Miguel Aparici es el presidente de la delegación de la asociación Amigos de los Castillos.

"Las fortificaciones están repletas de grafitos dibujados sin ningún gusto. Ocurrió en la torre de Almussafes nada más ser reconstruida". El castillo de San Fernando, en Alicante, gran baluarte de la Guerra de la Independencia, también se halla repleto de pintadas.

Pero estos no son los únicos actos vandálicos que sufren los castillos. Algunos de estos se han prolongado durante muchas décadas. En Montesa y Torres Torres, por ejemplo, tal como señaló Miguel Aparici, se pueden ver muchas calles pavimentadas o casas empedradas con las mismas rocas que conforman las murallas de sus respectivas fortalezas.

Amigos de los Castillos, en colaboración con el Ministerio de Cultura, ha inventariado 732 edificios en la Comunitat. De estos, sólo 250 están en buen estado de conservación. El resto se hallan en un estado de ruina progresiva y de varias decenas sólo quedan vestigios. La falta de inversiones pone en peligro fortalezas de gran importancia, muchas veces ubicadas en poblaciones pequeñas con pocos recursos.

El castillo de Ayora ha sido apuntalado porque de lo contrario se vendría abajo. "Tiene una red negra que lo recubre para evitar los desprendimientos. Aquello parece un velatorio". Las bóvedas románicas de la fortaleza de Jérica están sumamente deterioradas y a la torre espioca de Picassent ya le falta la escalera interior.


Actuaciones urgentes
Hay casos verdaderamente preocupantes por lo emblemáticos que son sus muros. Es el caso del castillo de Sagunto, una de las ciudades fortificadas más conocidas de la Comunitat, pero también de las que necesita una mayor inversión para frenar su deterioro.

"Fue de los primeros en estar protegidos pero en los que menos se ha invertido", indicó Asensi, quien aboga por la intervención en los castillos. "En Sagunto sería importante que la gente pudiese llegar con el coche hasta allí y crear tiendas de recuerdos junto a la muralla. Lo pondría en valor, como ocurrió con las Cuevas de San José en la Vall d'Uixó".

Desde el Col.lectiu pel Patrimoni (que engloba a comerciantes, vecinos y expertos de Sagunto), también reclaman una actuación urgente, aunque discrepan con Amigos de los Castillos. "Creemos que la fortaleza debe mirar hacia el pueblo. Con la caída de la agricultura, el patrimonio es la única buena oportunidad que le queda a la ciudad".

Así lo indica Conxa Cardo, presidenta del Col.lectiu. "El problema es que nuestro Ayuntamiento no se lo cree. No ha destinado ni un euro de los 11 millones que le correspondían del Plan Zapatero. El castillo necesita señalización y una gran rehabilitación porque se está cayendo".

Otro de los grandes vestigios que necesita una rehabilitación casi inmediata es el castillo de El Puig. "Fue muy importante en la Reconquista. Desde allí se puede ver toda Valencia". Asensi, comparando estos dos casos (el de este castillo y el de Sagunto), identifica una de las principales causas del deterioro de las ciudades fortificadas.

"Si son de difícil acceso o están alejados de la población, es habitual que caigan en el olvido porque allí no va nadie". Esto es algo que le ha ocurrido también con el castillo medieval de Vallada. Muy cerca, en Montesa, se ha dado la situación contraria. La ciudad fortificada fue destruida por el terremoto del 2 de abril de 1748. Actualmente, el setabense es uno de los mejor conservados en la Comunitat.