Hallan monedas de oro del periodo bizantino
23/12/08 .- http://www.eluniversal.com.mx
Son 264 piezas que datan del reino del emperador Heradius, en Jerusalén
JERUSALÉN.— “Este es el conjunto más grande e impresionante de monedas halladas en Jerusalén, ciertamente el mayor y más importante de su tiempo”. Con estas palabras, los arqueólogos D. Doron Ben Ami y Yana Tchekhanovets resumieron el nuevo hallazgo en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en la Ciudad de David, en la parte antigua de Jerusalén.
Se trata de 264 monedas de oro que datan de los primeros años del reino del emperador Heradius (610-613), un año antes de la conquista persa de la Jerusalén bizantina. De un lado de las monedas aparece la figura del emperador con vestimenta militar y una cruz en la mano derecha. Del otro, hay una cruz.
Hasta ahora no se habían encontrado juntas más de cinco monedas de oro del periodo bizantino, por lo cual la dimensión de lo hallado dejó a los arqueólogos sumamente emocionados.
Pero cuando en la Autoridad de Antigüedades de Israel hablaban este martes del “tesoro” descubierto, era claro que no se referían únicamente al valor material de las monedas de oro, sino al significado de cada elemento que encuentran en las excavaciones y al aporte de cada uno a la comprensión de la historia de Jerusalén.
Ello quedó claro en el tono del comunicado sobre el hallazgo. “Es fácil imaginar la excitación que embargó a los excavadores desde que quedó expuesta la primera moneda y a medida que continuaban descubriendo muchas docenas más a su lado”, señaló la Autoridad de Antigüedades. “Las monedas habían descansado sobre el suelo, en el mismo lugar en el que habían caído, y quedaron sepultadas por más de mil 300 años hasta que alguien nuevamente las vio, pero esta vez eran los atónitos ojos de los arqueólogos”.
Los expertos suponen que “dado que no se hallaron restos de una vasija cerca de las monedas, seguramente estaban escondidas en un nicho de una de las paredes” y explican que “seguramente, con su desmoronamiento, las monedas quedaron apiladas entre las ruinas”.
Las monedas fueron halladas en el sitio en el que está siendo descubierto un edificio de grandes dimensiones que data de aproximadamente el siglo VII, o sea fin del gobierno de Bizancio en Jerusalén y comienzos de la dinastía Omeya.
El área de las excavaciones en uno de cuyos puntos fueron halladas ayer las monedas, ha sido desde el inicio de los trabajos hace dos años una constante fuente de hallazgos que siguen iluminando los conocimientos sobre la historia de Jerusalén y la vida de sus habitantes en distintos periodos.
JERUSALÉN.— “Este es el conjunto más grande e impresionante de monedas halladas en Jerusalén, ciertamente el mayor y más importante de su tiempo”. Con estas palabras, los arqueólogos D. Doron Ben Ami y Yana Tchekhanovets resumieron el nuevo hallazgo en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en la Ciudad de David, en la parte antigua de Jerusalén.
Se trata de 264 monedas de oro que datan de los primeros años del reino del emperador Heradius (610-613), un año antes de la conquista persa de la Jerusalén bizantina. De un lado de las monedas aparece la figura del emperador con vestimenta militar y una cruz en la mano derecha. Del otro, hay una cruz.
Hasta ahora no se habían encontrado juntas más de cinco monedas de oro del periodo bizantino, por lo cual la dimensión de lo hallado dejó a los arqueólogos sumamente emocionados.
Pero cuando en la Autoridad de Antigüedades de Israel hablaban este martes del “tesoro” descubierto, era claro que no se referían únicamente al valor material de las monedas de oro, sino al significado de cada elemento que encuentran en las excavaciones y al aporte de cada uno a la comprensión de la historia de Jerusalén.
Ello quedó claro en el tono del comunicado sobre el hallazgo. “Es fácil imaginar la excitación que embargó a los excavadores desde que quedó expuesta la primera moneda y a medida que continuaban descubriendo muchas docenas más a su lado”, señaló la Autoridad de Antigüedades. “Las monedas habían descansado sobre el suelo, en el mismo lugar en el que habían caído, y quedaron sepultadas por más de mil 300 años hasta que alguien nuevamente las vio, pero esta vez eran los atónitos ojos de los arqueólogos”.
Los expertos suponen que “dado que no se hallaron restos de una vasija cerca de las monedas, seguramente estaban escondidas en un nicho de una de las paredes” y explican que “seguramente, con su desmoronamiento, las monedas quedaron apiladas entre las ruinas”.
Las monedas fueron halladas en el sitio en el que está siendo descubierto un edificio de grandes dimensiones que data de aproximadamente el siglo VII, o sea fin del gobierno de Bizancio en Jerusalén y comienzos de la dinastía Omeya.
El área de las excavaciones en uno de cuyos puntos fueron halladas ayer las monedas, ha sido desde el inicio de los trabajos hace dos años una constante fuente de hallazgos que siguen iluminando los conocimientos sobre la historia de Jerusalén y la vida de sus habitantes en distintos periodos.
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