Un cementerio revela en el convento de Santa Teresa un importante hallazgo arqueológico donostiarra

24/1/05 .- DiarioVasco/Ricardo Aldarondo/DV - San Sebastián

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Además de 40 esqueletos del siglo XIV y varias estelas, se han encontrado restos de la torre del concejo El antiguo convento será Museo de Historia de Gipuzkoa

Un cementerio con más de 40 esqueletos bien dispuestos, tres estelas discoidales y la torre donde se celebraban las primeras reuniones del concejo de la ciudad, son los elementos más importantes que han revelado los trabajos que se realizan en el antiguo convento de Santa Teresa, en la subida hacia el monte Urgull desde la Parte Vieja de San Sebastián.

Estos hallazgos arqueológicos, que se pueden considerar por su antigüedad los más importantes de Donostia, convierten a este lugar en un continuum de todas las etapas de la ciudad, desde los restos del cementerio que podrían remontarse al siglo XII, hasta el uso de la parte inferior del convento que las Carmelitas Descalzas realizaron hasta hace unos años. En 1988, la Diputación Foral de Gipuzkoa compró la parte inferior del convento para uso civil, y actualmente las religiosas permanecen en el nuevo convento construido en la parte superior.

El antiguo convento, que se encuentra en obras y albergará en el futuro el Museo de Historia de Gipuzkoa, es una compleja construcción a la que se han ido incorporando elementos a lo largo de los siglos. El cementerio que ha quedado ahora al descubierto, se ha encontrado junto al callejón que sube hacia Urgull, debajo de la escalera que daba acceso a la iglesia del convento, y que ha sido desmontada.

En este cementerio, que se considera el primero de la ciudad, se han encontrado unos 40 esqueletos bien dispuestos, y restos de otros cuerpos datados en el siglo XVI, algunos de ellos amontonados, lo que puede revelar una época de hambruna o de peste. Pero los arqueólogos también han excavado varias tumbas de lajas que podrían remontarse al siglo XII, y consideran que el cementerio debe continuar bajo la carretera, hasta el subsuelo de Santa María.

Además, han sido descubiertos sedimentos de origen romano pertenecientes al periodo cmprendido entre el año 50 y el 200 de nuestra era, lo que coloca a Santa Teresa en la misma linea de investigación iniciada en Getaria y Zarautz, que confirma la existencia de asentamientos romanos en la costa guipuzcoana.

También se han hallado en Santa Teresa tres estelas discoidales, además de partes de otras tres, que tienen un valor especial, porque hasta ahora no se habían encontrado este tipo de estelas en San Sebastián: las que hay en el Museo San Telmo proceden de Navarra y otros lugares.

El arqueólogo Iñaki Sagarzazu, de Arkeolan, calificó estos hallazgos de «espectaculares, porque nos sitúan en una época previa a la fundación de las villas medievales de Gipuzkoa, lo que supone unos asentamientos poblacionales importantes en la zona de costa, hasta ahora desconocidos».


El primer ayuntamiento

El interior del edificio, cuyos muros exteriores se construyeron sobre el cementerio, ha revelado otros elementos de gran interés para la historia de la ciudad como la base de la torre del concejo, el edificio en el que se reunían los primeros mandatarios de la villa y que se encuentra adosado a los restos de la muralla de la ciudad.

En la visita que realizaron ayer al edificio en obras los miembros de Cultura de Juntas Generales y los medios de comunicación, se pudo comprobar la labor de rehabilitación realizada, desde la cimentación del edificio, que «planteaba muchos problemas», explicó el arquitecto Ramón Ayerza, hasta la reordenación de los espacios o los accesos.

Entre las distintas zonas del edificio, destaca el pequeño claustro del siglo XVIII, así como la sucesión de tres patios, el aljibe, el coro bajo o la casa cural. «Está siendo una obra difícil, porque hay que adaptar una estructura laberíntica y compleja para que sea visitable en el futuro, y acorde con las normativas actuales, y para que se puedan poner en valor los testimonios culturales de Santa Teresa», señaló Ayerza.

En el coro bajo se pueden observar las ventanas del comulgatorio, que conectaban la iglesia con el convento, para que las monjas pudieran asistir a la misa desde un lado del muro mientras los curas permanecían en el otro lado. Un muro, que ahora ha sido derruido para ampliar el angosto espacio, separaba también la casa cural de manera que no hubiera conexión en la vida cotidiana de los curas y las monjas: ellos ocupaban el lado con ventanas que da al muelle, y las religiosas permanecían en el lado interior del muro.

En uno de los patios, que en las ultimas décadas era utilizado como cochiquera y gallinero por las monjas, se han abierto unas ventanas al exterior donde antes había un muro cerrado: las monjas permanecían ajenas a las magníficas vistas a los tejados de la Parte Vieja y a la bahía que ahora se podrán disfrutar desde el futuro museo. Otra de las dependencias permitirá ver los restos de la torre del concejo y el aljibe, que sigue recibiendo agua del monte y de los patios.

El diputado general Joxe Joan González de Txabarri destacó que el sitio de Santa Teresa tiene la singularidad de ser «el lugar que habitaron los primeros moradores de San Sebastián, y aquí se recogen restos de todas las épocas históricas, desde el siglo XII hasta nuestros días. Por eso se están realizando al mismo tiempo labores de arqueología de intervención y de arquitectura de reconstrucción».


El futuro museo

En la distribución de los espacios se ha distinguido una zona de exposición y difusión de contenidos de 1.635 m2, incluidos los patios y galerías utilizables como zona expositiva, que ocuparán 400 m2. También se ha contemplado un área de servicios al público de 150 m2, que comprenderá la recepción general, venta de tickets, guardarropa y zonas de descanso, entre otros servicios. La superficie restante, de 1.122 m2, estará ocupada por el área de administración, el almacén de maniobra, los servicios higiénicos y las instalaciones destinadas a circulación.

La Diputación Foral de Gipuzkoa propondrá al Ayuntamiento que Santa Teresa albergue el eje denominado Huellas de la Memoria, dentro del proyecto que Xabide y K6 han elaborado para el Museo San Telmo, con el que este nuevo museo histórico de Gipuzkoa estaría conectado, mostrando los factores de cambio de la sociedad guipuzcoana.

Las obras en Santa Teresa está previsto que terminen en un año. Además, durante 2005 se contempla «encargar un anteproyecto museológico a un comité interdisciplinar de expertos para que proponga el guión de contenidos y la selección de elementos patrimoniales en los que se va a sustentar el discurso museístico», señala la Diputación. «En una segunda etapa se adjudicará, a través de un concurso público, la elaboración y desarrollo del proyecto museológico y museográfico, que esperamos terminar en 2006».

El presupuesto total del proyecto de Santa Teresa se eleva a 9,8 millones de euros, del que está ya adjudicado un 70%.

Se va confirmando así la nueva fisonomía y uso de un convento que fue fundado por Simone de Lajust, esposa del capitán Juan de Amezketa, en el solar de la antigua basílica de Santa Ana y de la Casa-Torre de Oquendo. La obra fue finalizada en 1686. Los claustros son posteriores, datan de principios del siglo XVIII. En el incendio de 1813 se destruyó parte del convento y la Basílica de Santa Ana. Posteriormente se construyó el pabellón este y la torre del campanario de la iglesia, y se realizaron diversas reformas.

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