La necrópolis de ‘El Terrero’, Ciudad Real, data de la primera mitad del siglo XIV
23/1/05 .- miciudadreal.com
La Comisión Provincial de Patrimonio acordaba en su última reunión el levantamiento de la paralización de unas obras en Miguelturra en las que había aparecido una necrópolis. Precisamente, el informe en el que se basa tal medida concluye que ‘se trata de una necrópolis medieval cristiana de primera mitad del siglo XIV, situada a las afueras de una pequeña villa de reciente fundación en una zona reconquistada ya que el Carta puebla de Miguelturra se concedió en 1230’.
Los resultados de ese estudio arqueológico realizado con carácter urgente en la zona conocida como ‘Los Terreros’, de Miguelturra, tras el descubrimiento de unos enterramientos, arrojan importantes datos como la localización de un total de 41 tumbas, 29 de ellas completas, cuyos restos, según los datos documentados de ésta necrópolis, pertenecen a un antiguo cementerio ubicado a las afueras del casco urbano junto a una zona lacustre que lo delimita por sus lados sur y oeste.
A pesar de que parte de la necrópolis se ha perdido, los enterramientos estudiados han aportado una serie de datos que permiten conocer la tipología y morfología de las tumbas, así como su organización espacial, aspectos rituales e incluso los atributos físicos de sus ocupantes.
Por otra parte, los restos encontrados no pueden aportar datos determinantes sobre la población de la época ya que, tal y como establecen las conclusiones: ‘excavar una necrópolis y determinar la edad y el sexo de sus componentes no proporciona una identificación precisa de la esperanza de vida y las pautas de mortalidad de una determinada cultura’ puesto que un enterramiento de este tipo proporciona una muestra de la población, pero no puede saberse hasta qué punto es representativa.
En lo que respecta a las tumbas estudiadas, su orientación es por lo general de oeste a este, con la cabecera situada siempre en el extremo oeste. Las dimensiones dependen del tamaño del individuo allí enterrado, documentándose tumbas pertenecientes a niños, jóvenes, adultos y ancianos.
En muchas de ellas, durante las jornadas de exploración, se encontraron los esqueletos muy completos, por lo que han aportado datos sobre el sexo, la edad, la estatura y enfermedades o accidentes que pudieron sufrir en vida. Todos se han encontrado en posición de decúbito supino con los brazos extendidos paralelos al cuerpo o flexionados sobre el pecho o la pelvis y las piernas juntas o separadas. Tan sólo hay un caso en el que se documenta la posición de decúbito prono y que presenta señales evidentes de violencia, ya que está decapitado.
Por otra parte, no se ha encontrado ningún elemento de ajuar funerario, ni tampoco elementos de adorno personal o de la vestimenta, aunque sí se han encontrado fragmentos cerámicos que han aportado datos sobre la cronología de la necrópolis.
Los resultados de ese estudio arqueológico realizado con carácter urgente en la zona conocida como ‘Los Terreros’, de Miguelturra, tras el descubrimiento de unos enterramientos, arrojan importantes datos como la localización de un total de 41 tumbas, 29 de ellas completas, cuyos restos, según los datos documentados de ésta necrópolis, pertenecen a un antiguo cementerio ubicado a las afueras del casco urbano junto a una zona lacustre que lo delimita por sus lados sur y oeste.
A pesar de que parte de la necrópolis se ha perdido, los enterramientos estudiados han aportado una serie de datos que permiten conocer la tipología y morfología de las tumbas, así como su organización espacial, aspectos rituales e incluso los atributos físicos de sus ocupantes.
Por otra parte, los restos encontrados no pueden aportar datos determinantes sobre la población de la época ya que, tal y como establecen las conclusiones: ‘excavar una necrópolis y determinar la edad y el sexo de sus componentes no proporciona una identificación precisa de la esperanza de vida y las pautas de mortalidad de una determinada cultura’ puesto que un enterramiento de este tipo proporciona una muestra de la población, pero no puede saberse hasta qué punto es representativa.
En lo que respecta a las tumbas estudiadas, su orientación es por lo general de oeste a este, con la cabecera situada siempre en el extremo oeste. Las dimensiones dependen del tamaño del individuo allí enterrado, documentándose tumbas pertenecientes a niños, jóvenes, adultos y ancianos.
En muchas de ellas, durante las jornadas de exploración, se encontraron los esqueletos muy completos, por lo que han aportado datos sobre el sexo, la edad, la estatura y enfermedades o accidentes que pudieron sufrir en vida. Todos se han encontrado en posición de decúbito supino con los brazos extendidos paralelos al cuerpo o flexionados sobre el pecho o la pelvis y las piernas juntas o separadas. Tan sólo hay un caso en el que se documenta la posición de decúbito prono y que presenta señales evidentes de violencia, ya que está decapitado.
Por otra parte, no se ha encontrado ningún elemento de ajuar funerario, ni tampoco elementos de adorno personal o de la vestimenta, aunque sí se han encontrado fragmentos cerámicos que han aportado datos sobre la cronología de la necrópolis.
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