Un aula arqueológica sacará a la luz el espacio monástico de Escalada

El proyecto, que comenzará este año, será dirigido por el historiador

El proyecto ya está en marcha y se cerrará con toda seguridad este mismo mes. La Junta de Castilla y León ha encargado al historiador Artemio Martínez-Tejera, autor de la única tesis doctoral acerca de San Miguel de Escalada, el plan para el centro de interpretación del monasterio altomedieval. El experto cree que las obras podrían comenzar en el segundo trimestre del año y tendrán una duración de no más de un año.

Aunque descarta hablar del presupuesto asignado, Martínez-Tejera asegura que el proyecto será uno de los más importantes de cuantos se han desarrollado en España en los últimos años. Y es que, además del centro de interpretación, Artemio Martínez-Tejera planea poner en marcha una investigación centrada en torno a un aula arqueológica. Su objetivo es encontrar el espacio monástico -que debe encontrarse a los pies del templo-, un hecho que, según el profesor, supondría un hallazgo único en España. Y es que, aparte de en Toledo, no se conoce en toda la península descubrimiento alguno de un conjunto altomedieval monástico. Hace ahora un año, Martínez-Tejera resaltaba la importancia capital que para el monumento nacional tendría convertirse en el centro de un proyecto serio de investigación arqueológica: «El problema es que los monjes no solían observar la misma regla, sino que dependía de su guía espiritual y era en torno a ella como organizaban su «casa», con lo que la articulación responde a distintos patronos; En el caso de que se descubrieran las celdas de los monjes sería un caso único en España», aseguraba.

El experto precisa además que los trabajos servirán también para analizar la flora, lo que podría determinar los cultivos que producía la Orden, así como el perfil topográfico del espacio. Es decir las catas y análisis posteriores permitirán poner negro sobre blanco cómo vivían relamente los monjes de San Miguel.

Recreación virtual

Por otro lado, el proyecto prevé asimismo la recreación virtual del monasterio. Esta iniciativa, que se pondrían en marcha en una segunda fase, se realizará en colaboración con la universidad de Hamburgo, y se proyectará en el centro de interpretación del templo.

El propósito de Artemio Martínez-Tejera es conseguir que San Miguel de Escalada se convierta en el centro de una ruta de solitarios en Castilla y León. Esta finalidad ya la apuntaba el historiador hace un año en las páginas de este periódico, cuando explicaba que conjuntos como San Miguel de Escalada necesitan las infraestructuras acordes a las de un Monumento Nacional; incluso merece formar parte de una supuesta Ruta Histórica, de la Ruta de los Solitarios que no solo ayudaría a su difusión y conservación sino que generaría una importante cantidad de puestos de trabajo y aumentaría los recursos económicos de muchas localidades. «Serviría de hilo conductor a la hora de visitar un gran número de edificios y conjuntos de una amplia cronología medieval dispersos por la provincia», añadía.

Por último, el proyecto contempla la catalogación de todas las esculturas, treinta en total, que se han desenterrado en sucesivas excavaciones y que se encuentran en el Museo de León. También se prevé realizar un estudio histórico y artístico del edificio.

Los restos del monasterio

Artemio Martínez-Tejera Artemio Martínez-Tejera ofrece en una de sus obras algunas de las claves para vislumbrar los edificios que pudieron haber conformado las construcciones monásticas altomedievales

En su obra El templo del monasterium de San Miguel de Escalada , Artemio Martínez-Tejera destaca que, por el momento, resulta prácticamente imposible definirse respecto a la tipología de Escalada en su primera época o hacerse una idea aproximada de los edificios que conformaban el complejo monástico. No obstante, el historiador explica que el templo debería haber estado cercado o cerrado, ya que se conservan testimonios gráficos de la paulatina desaparición del muro o cerca desde el momento en el que el priorato quedó reducido a una simple iglesia parroquial, y de manera definitiva entre los años 1910 y 1930, lo que contribuyó a un notable deterioro del conjunto, que tendría unas dimensiones más bien reducidas. Sería un especio cenobítico en el que se localizarían otros edificios, dependencias y estancias, cuya ubicación y estructura se desconoce por el momento. Según el plano presentado por Demetrio de los Ríos en 1888, tendría que haber un espacio a modo de atrio ante su fachada sur y una serie de habitaciones de funcionalidad indefinida al oeste. En opinión de Martínez-Tejera, éstas podrían ser habitaciones modernas que habrían amortizado un espacio preexistente a modo de vestíbulo-pórtico occidental, algo que ya se ha localizado en edificios plaocristianos como Marialba.

Por último, el historiador destaca que en la construcción del edificio actual se han reutilizado elementos procedentes de una edificación pre-cristiana que podría haberse situado en el solar que actualmente ocupa el edificio cultual.