Alfonso X mandó construir la fortificación, de la que se conservan cinco tramos (Oviedo)

13/12/07 .- http://www.lne.es

El de la calle Paraíso es el vestigio de mayor porte que se conserva de la muralla que Alfonso X mandó construir para proteger la ciudad a finales del siglo XIII. En esa oscura y estrecha calle del Oviedo antiguo, la muralla medieval bordea toda la calle en lo que era la zona sur de la ciudad. La muralla hace de límite al convento de San Vicente, hoy uno de los equipamientos de la Universidad de Oviedo.
Pero el de Paraíso no es el único resto de muralla que se puede ver en un breve paseo por el caso histórico de la ciudad. Siguiendo el hipotético recorrido de la muralla y dirigiéndose hacia el Norte se encuentran los restos de la calle Jovellanos, unos fáciles de identificar, y otros, no tanto. En la acera se conserva un mínimo tramo de muralla, pequeño de anchura y de altura, que fue descubierto en 1996 con motivo de la urbanización de la calle tras finalizar unas obras de una nueva edificación. En el entronque de Jovellanos con la calle del Águila se conserva otro pequeño resto de la fortificación. La muralla se encuentra aquí encastrada en el muro del monasterio de San Pelayo. En esta zona se ubicaría una de la puertas de la ciudad, la de Gascona.
Los otros restos que se conservan están en el entorno del Ayuntamiento, en la plaza de Riego, cerca de la puerta de Cimadevilla.
En la plaza del Riego, junto al café Plaza, se conserva otra parte de la fortificación, con placa explicativa incluida. A pocos metros, en dirección al Ayuntamiento, en la calle Peso, se observan otros restos entre dos medianeras. En este caso, los expertos apuntan que, casi con total seguridad, es una reconstrucción posterior y que no se conservan los materiales originales.

Es un recorrido por cinco puntos del Oviedo fortificado, los restos de una muralla que han corrido distinta suerte.

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