Los trabajos en Entretorres sacan a la luz nuevos tramos de muralla

En la octava campaña de excavaciones, que culminará el miércoles, se han encontrado elementos significativos del yacimiento


Los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en el yacimiento de Entretorres han sacado a la luz nuevos tramos de muralla. Un descubrimiento que, según explicó a La Tribuna Alberto Moraleda, uno de los directores científicos de las excavaciones, se ha producido en el marco de la octava campaña de excavaciones en esta zona de la ciudad, encaminados a la ya inminente puesta en valor del yacimiento, y que se han centrado fundamentalmente en el sector B del mismo, que comprende de la torre 46 a la 49.

Apesar de que en ese sector ya se había intervenido con anterioridad en dos campañas, ha sido ahora cuando se ha procedido a eliminar unidades de tierra de época moderna-contemporánea, que alcanzaban en determinados puntos hasta 4 metros de altura. Un proceso que ha dado como resultado la aparición de nuevos tramos de muralla que enlazarían con los que también se conservan, aunque de forma muy erosionada, con los hallados en el sector A del yacimiento.

«Ya sí tenemos una visión completa de todo el trazado de la muralla en todo este sector», destacó Moraleda, quien comentó que, junto a estos nuevos tramos de muralla, ha aparecido también una torre inédita, en cuanto a elementos de muralla relacionados con el mundo islámico. Con ello, se incorporan nuevas torres a las que ya se conocían, y ahora habrá que reajustar la numeración del recinto.

De igual manera, se han detectado en niveles más inferiores vestigios de estructuras de época tardo-antigua, sobre todo romana, e incluso visigoda, donde destacan unas piletas elaboradas con una técnica de suelos construidos con un tratamiento especial para contención de líquidos, que apunta que podría tratarse de un antiguo ‘torcularium’ romano, que era donde se producía aceite. En opinión de Moraleda, la presencia en Entretorres de estas estructuras tan antiguas de los lagares estarían en relación con otras que se hallaron en su día en la vecina calle Lechuga.

Asimismo, se han encontrado restos de cronología medieval, como una serie de pozos, y también se ha detectado un horno de época tardo-antigua y otro de época medieval o moderna, que se excavarán una vez que finalice la actual campaña, que culmina el próximo miércoles día 31.

Todos ellos son, a juicio de Moraleda, unos restos significativos y de los que, además, no había apenas presencia en el yacimiento. Sumados a los nuevos tramos de muralla hallados durante las excavaciones, ahora se cuenta con «toda la secuencia de ocupación que ha tenido Talavera a lo largo de la historia», ya que hay estructuras romanas, estructuras tardo-antiguas -que podrían pertenecer al mundo visigodo-, medievales -con zonas urbanas o la propia muralla- y por último modernas o contemporáneas.

En cuanto al estado de conservación de los restos hallados, Moraleda comentó que los pertenecientes a los niveles más antiguos están «muy arrasados», algo general en toda la ciudad y que responde también a la evolución del propio yacimiento, puesto que en cada época se fue construyendo sobre las estructuras de la anterior, y porque a partir del siglo XVI el yacimiento sufre un expolio continuo, como se ha podido demostrar durante los trabajos.



equipo de la campaña. Para estas excavaciones, el Sepecam ha facilitado un total de 15 trabajadores, a los que se suman dos técnicos arqueólogos, bajo la dirección del equipo científico, compuesto por Alberto Moraleda, Sergio Martínez Lillo y Sergio Sánchez.

Los trabajos de esta campaña están encaminados a la puesta en valor del yacimiento, algo que aún se desconoce si se acometerá a través de campañas o como un proyecto individual. Algo que decidirá el Ayuntamiento, quien ya tienen en su posesión un informe de los arqueólogos donde detallan los trabajos que quedarían pendientes.

Entre esas labores que todavía restan por llevar a cabo figura la de excavar la necrópolis correspondiente al cementerio de San Clemente, ubicado en el sector A del yacimiento. Esta será la tarea de mayor envergadura, a la que se sumarían otras de menor entidad, como apuntó Moraleda.

En cuanto al proyecto de puesta en valor, se centrará tanto en la propia muralla como en las torres, así como en los restos tardo-antiguos -del siglo I-, para dar constancia de que en la zona hubo poblamientos romanos, tardo-romanos y visigodos. «Forman parte de la evolución del yacimiento», dijo, y apuntó a la importancia de conservar vestigios de las sucesivas fases que ha tenido a lo largo del tiempo.