La Diputación de Zaragoza destina 55.000 € para la restauración de la antigua mezquita de Calatorao.
26/12/04 .- El períodico de Aragón
La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ha destinado 55.000 euros al plan director de actuaciones de la mezquita de Calatorao, donde ya se han empezado a realizar las catas arqueológicas. Unos trabajos que lleva a cabo la empresa Contrafuerte Técnicos en Patrimonio SL. La mezquita mudéjar de Calatorao, ubicada en el hospital de peregrinos de la calle Murillo, recuperará buena parte de su aspecto original cuando se acometan las obras de restauración del plan director de actuaciones.
Este paso se ha dado una vez que uno de los mayores expertos del mundo en arte musulmán, el profesor de la Universidad de Zaragoza Bernabé Cabañero, certificara hace un par de años que la mezquita de la aljama mudéjar de Calatorao se encontraba escondida a los ojos de cualquier profano en el hospital de la localidad.
EL MIHRAB
La pervivencia del mihrab en dirección sudeste, es decir, La Meca, una puerta de acceso con arco de medio punto y restos de unas pinturas murales fueron los principales indicios que denotaban que el edificio municipal, hoy en día sede de Iniciativa Cultural Barbacana, era la antigua mezquita, si bien también acogía una escuela coránica o madrasa y la vivienda del imán.
El proyecto prevé inicialmente documentar los graffitis y las pinturas murales del conjunto, mediante calco y fotografía, así como su protección y restauración mediante técnicas de microscopia electrónica. También se llevará a cabo una excavación arqueológica del espacio exterior del mihrab y catas en el subsuelo y muestreos para comprobar los perfiles estratigráficos. La intervención arquitectónica quedará para una fase posterior, cuando haya avanzado la investigación sobre este extraordinario patrimonio monumental de Calatorao.
Dicho monumento podría haber desaparecido sin dejar huella alguna en la población tras la forzosa conversión al cristianismo a la que se vieron sometidos los musulmanes que no quisieron abandonar Aragón. A fin de cuentas, es lo que ha sucedido con la inmensa mayoría de las mezquitas que hubo repartidas por todos los reinos peninsulares para que los mudéjares pudieran seguir manteniendo su credo musulmán en los territorios cuya soberanía recaía ya en un rey cristiano.
Sin embargo, el afán por rescatar cualquier huella patrimonial ha jugado en esta ocasión a favor de la conservación de la mezquita de Calatorao. Personas de dilatada trayectoria cultural en Calatorao, como el ya fallecido Fausto Júlvez o Julia Valdovinos, contribuyeron, sin reparar apenas en ello, a salvar los restos de la mezquita de su derribo. Y fue así, puesto que ambos pusieron especial empeño en que el antiguo hospital de peregrinos conservara su estructura en la medida de lo posible.
Este paso se ha dado una vez que uno de los mayores expertos del mundo en arte musulmán, el profesor de la Universidad de Zaragoza Bernabé Cabañero, certificara hace un par de años que la mezquita de la aljama mudéjar de Calatorao se encontraba escondida a los ojos de cualquier profano en el hospital de la localidad.
EL MIHRAB
La pervivencia del mihrab en dirección sudeste, es decir, La Meca, una puerta de acceso con arco de medio punto y restos de unas pinturas murales fueron los principales indicios que denotaban que el edificio municipal, hoy en día sede de Iniciativa Cultural Barbacana, era la antigua mezquita, si bien también acogía una escuela coránica o madrasa y la vivienda del imán.
El proyecto prevé inicialmente documentar los graffitis y las pinturas murales del conjunto, mediante calco y fotografía, así como su protección y restauración mediante técnicas de microscopia electrónica. También se llevará a cabo una excavación arqueológica del espacio exterior del mihrab y catas en el subsuelo y muestreos para comprobar los perfiles estratigráficos. La intervención arquitectónica quedará para una fase posterior, cuando haya avanzado la investigación sobre este extraordinario patrimonio monumental de Calatorao.
Dicho monumento podría haber desaparecido sin dejar huella alguna en la población tras la forzosa conversión al cristianismo a la que se vieron sometidos los musulmanes que no quisieron abandonar Aragón. A fin de cuentas, es lo que ha sucedido con la inmensa mayoría de las mezquitas que hubo repartidas por todos los reinos peninsulares para que los mudéjares pudieran seguir manteniendo su credo musulmán en los territorios cuya soberanía recaía ya en un rey cristiano.
Sin embargo, el afán por rescatar cualquier huella patrimonial ha jugado en esta ocasión a favor de la conservación de la mezquita de Calatorao. Personas de dilatada trayectoria cultural en Calatorao, como el ya fallecido Fausto Júlvez o Julia Valdovinos, contribuyeron, sin reparar apenas en ello, a salvar los restos de la mezquita de su derribo. Y fue así, puesto que ambos pusieron especial empeño en que el antiguo hospital de peregrinos conservara su estructura en la medida de lo posible.
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