Constituida la comisión que estudiará el uso museístico de las Atarazanas (Sevilla)

La consejera de Cultura, Rosa Torres, se reunió hoy con los miembros de la Comisión Reales Atarazanas para canalizar las iniciativas ciudadanas en torno a este monumento, así como procurar la coordinación entre las distintas administraciones de la ciudad mediante la creación de una comisión.
La comisión cuenta con expertos, técnicos y políticos que estudiarán el uso museístico de las Reales Atarazanas y que han sido designados tanto por la Consejería de Cultura como por el Ayuntamiento.
Según informó hoy la Junta en un comunicado, tras las intervenciones llevadas a cabo en las Reales Atarazanas de Sevilla en los últimos cinco años, que han permitido abrirlas al público y desarrollar una programación cultural específica, se abre ahora un debate, impulsado también desde la sociedad civil, que conduzca a su conversión en un gran centro cultural de carácter internacional.
Uno de los objetivos de la Consejería de Cultura es el compromiso social de potenciar el arte y los nuevos lenguajes que sustentan la contemporaneidad, seguir profundizando en el conocimiento y difusión de las Reales Atarazanas de Sevilla como BIC, y aprovechar las estructuras y espacios existentes de cara a los futuros usos culturales multidisciplinares que éstas tengan.
En este sentido, la Consejería de Cultura velará por que las funciones y usos que deberá cumplir el futuro centro cultural Atarazanas sean los inherentes a un monumento de sus características.
Desde su adquisición en 1993 al Ministerio de Defensa por un importe de 3.756.325 euros, la Junta ha invertido en la conservación y puesta en valor un total de 1.680.227 euros y, para este ejercicio 2007, la Consejería de Cultura ha previsto un gasto en materia de conservación del inmueble de 834.173 euros.
Las Reales Atarazanas de Sevilla forman un majestuoso edificio mandado levantar por Alfonso X el Sabio en 1252, según consta en la lápida fundacional, para la construcción de barcos que navegaran por el vecino Guadalquivir y el Mediterráneo.
El conjunto, apoyado en la muralla almohade, ocupaba gran parte del antiguo arenal de la ciudad y, por tanto, tenía una salida directa al río.
La actividad como astilleros se transformó al instalarse en la primera nave la pescadería, hasta entonces ubicada en la Plaza de San Francisco.
A finales del XVI, las naves 13, 14 y 15 se transforman para alojar la aduana, constituyéndose como entidad autónoma dentro del espacio general.
De su uso marinero y primera sede de la Casa de la Contratación, pasó a un uso puramente militar que ha continuado casi hasta la actualidad.