El 'nuevo' Palacio de Altamira, futuro Museo de la Ciudad de Elche, conjuga arqueología y modernidad
8/12/04 .- La Verdad (Alicante)/Gaspar Macià - Elche
El interior del Alcázar de la Señoría dispone ya de los módulos y estructuras para las dependencias del futuro Museo de la Ciudad Sus salas serán una continuación de las del sótano de Traspalacio
Aunque aún faltan cuatro meses para el final de las obras, el interior del Alcázar de la Señoría, más conocido como Palacio de Altamira, muestra ya su nuevo aspecto. Una intensa y laboriosa reforma interior, que aúna obra nueva con la restauración de los restos de la antigua fortaleza medieval, permitirá adaptar este recinto monumental a las características del proyecto del Museo de la Ciudad, del que también formará parte el primer sótano de la plaza de Traspalacio, sobre el aparcamiento subterráneo recién inaugurado.
El autor del proyecto, el arquitecto ilicitano Antonio Serrano Bru, se ha enfrentado al reto que suponía conservar la mayor parte de los restos de la originaria fortaleza almohade del siglo XI -con la puerta original de ocho metros de altura incluida-, integrándolos como una parte visitable más del lugar, y sacar adelante el objetivo fundamental de la actuación, como era la ampliación del Museo Arqueológico Municipal. Para ello se modificó notablemente la propuesta inicial y el resultado es una actuación que conjuga la restauración arqueológica con estructuras y obras modernas, como es la enorme cubierta que se extiende a lo largo del lienzo de poniente.
Tanto el arquitecto como el alcalde se muestran satisfechos de la marcha de las obras, que ejecuta Ilidexsa, y confían en que estén acabadas para primeros de año. «La cubierta ya está colocada y ya se ve la distribución de los espacios», señala Serrano Bru. También está construido el nuevo edificio del ala de levante, la más próxima a la plaza, el cuerpo donde estaba ubicado el Museo Arquoelógico. Quedan algunas actuaciones en la Torre del Homenaje, donde está proyectada la sala para la Dama de Elche, así como pavimentar el patio, bajo el que se ha construido una planta.
Dado que aún no está acabado el proyecto museístico que definirá la distribución de las distintas salas, tanto de este recinto como de la primera planta del aparcamiento de Traspalacio, que estarán relacionados, Serrano Bru ha realizado dependencias «versátiles» para que se puedan adaptar a cualquier uso.
Restauración
La restauración del edificio antiguo está prácticamente acabada. «El acoplamiento de los restos con la obra nueva está quedando bien. Creo que ambas partes se conjugan sin problemas», señala el arquitecto, quien destaca que se han respetado todos los restos de interés hallados en las excavaciones realizadas hace tres años. Estos trabajos sacaron a la luz partes de la primera fortaleza almohade, cuya datación se retrasó hasta el siglo XI, y descubrieron la puerta original del recinto, situada a pie del cauce del río, al otro lado de la Torre del Homenaje.
Todo ello quedará al descubierto, convenientemente restaurado, con lo que los visitantes del recinto podrán disfrutar de muchos más alicientes que los que tenían sus predecesores. Se podrá acceder al patio de la fortaleza y desde allí subir por las escaleras metálicas y pasarelas hasta la zona cubierta y el pasillo superior de la muralla y las torres, desde donde se tendrá vistas inmejorables de la ciudad, el Parque Municipal y el cauce del río.
En el interior, se contará con salas subterránea y la nueva ala del edificio, en las que se ubicarán dependencias para restauración y talleres, archivos, almacén, etc. También se cuenta con las dependencias de la recién restaurada Casa del Gobernador, adosada a la fachada principal, cuyo uso será principalmente administrativo.
Serrano considera que los elementos más modernos «se integran bien en la visión del castillo». Durante estos días de lluvias continuas, la cubierta metálica ha estado recogiendo agua sin problemas.
Distribución
El proyecto de lo que será el futuro Museo de la Ciudad se encuentra aún en fase de elaboración por el archivero municipal, Rafael Navarro, con la implicación del director del Arqueológico, Rafael Ramos, y el arquitecto Serrano Bru. El alcalde quiere que esté listo poco antes de que acaben las obras con el fin de adjudicar estos trabajos de acabado interior para que se ejecuten a continuación de los actuales.
Diego Maciá señaló que todo el conjunto se conocerá como el Museo de la Ciudad, integrando al Arqueológico que existía hasta ahora en el Palacio de Altamira. Contará con una parte más antigua desde la Prehistoria hasta los romanos, que probablemente se ubique en la sala de la muralla, en la primera planta del aparcamiento de Traspalacio. El resto, a partir de los árabes hasta la época actual, iría en el Palacio de Altamira. Con ello se cambia la idea inicial de mantener la parte antigua en el castillo.
Al no haber autorizado la Dirección General de Patrimonio a enlazar por un pasillo subterráneo los sótanos del castillo con el de la plaza de Traspalacio -había que atravesar la muralla medieval-, los dos recintos serán independientes. El visitante entrará en la primera sala y tras recorrerla, saldrá al exterior y entrará, con el mismo tique, al Palacio de Altamira, para seguir el recorrido.
Queda por resolver, entre otras cuestiones, qué hacer con la sala para la Dama. Inicialmente estaba prevista en la Torre del Homenaje, pero con los cambios apuntados por el alcalde, quedaría fuera de su época, puesto que le correspondería estar con las piezas antiguas, en la sala de Traspalacio. Ese lugar, en cambio, no tendrá el encanto histórico y monumental de la gran torre del alcázar, que acogió a los Reyes Católicos camino de la conquista de Granada. Claro que otros conservarán recuerdos más cercanos y menos gloriosos de cuando el recinto fue cárcel o fábrica.
El alcalde considera que la distribución apuntada será la que finalmente se adopte. La sala de la muralla ha sido cedida al Ayuntamiento por la empresa constructora del aparcamiento subterráneo, como se contemplaba en el pliego de condiciones, pero el presupuestos de acondicionamiento correrá a cargo de las arcas municipales.
Este sótano tiene una superficie de 3.000 metros y dispondrá de una parte abierta que estará ocupada por los restos de la torre de la Cova y de la muralla sacados a la luz en las obras de urbanización de la plaza de Traspalacio. Al igual que sucederá en el Palacio de Altamira, los visitantes estarán en contacto directo con restos de construcciones históricas de la ciudad.
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El autor del proyecto, el arquitecto ilicitano Antonio Serrano Bru, se ha enfrentado al reto que suponía conservar la mayor parte de los restos de la originaria fortaleza almohade del siglo XI -con la puerta original de ocho metros de altura incluida-, integrándolos como una parte visitable más del lugar, y sacar adelante el objetivo fundamental de la actuación, como era la ampliación del Museo Arqueológico Municipal. Para ello se modificó notablemente la propuesta inicial y el resultado es una actuación que conjuga la restauración arqueológica con estructuras y obras modernas, como es la enorme cubierta que se extiende a lo largo del lienzo de poniente.
Tanto el arquitecto como el alcalde se muestran satisfechos de la marcha de las obras, que ejecuta Ilidexsa, y confían en que estén acabadas para primeros de año. «La cubierta ya está colocada y ya se ve la distribución de los espacios», señala Serrano Bru. También está construido el nuevo edificio del ala de levante, la más próxima a la plaza, el cuerpo donde estaba ubicado el Museo Arquoelógico. Quedan algunas actuaciones en la Torre del Homenaje, donde está proyectada la sala para la Dama de Elche, así como pavimentar el patio, bajo el que se ha construido una planta.
Dado que aún no está acabado el proyecto museístico que definirá la distribución de las distintas salas, tanto de este recinto como de la primera planta del aparcamiento de Traspalacio, que estarán relacionados, Serrano Bru ha realizado dependencias «versátiles» para que se puedan adaptar a cualquier uso.
Restauración
La restauración del edificio antiguo está prácticamente acabada. «El acoplamiento de los restos con la obra nueva está quedando bien. Creo que ambas partes se conjugan sin problemas», señala el arquitecto, quien destaca que se han respetado todos los restos de interés hallados en las excavaciones realizadas hace tres años. Estos trabajos sacaron a la luz partes de la primera fortaleza almohade, cuya datación se retrasó hasta el siglo XI, y descubrieron la puerta original del recinto, situada a pie del cauce del río, al otro lado de la Torre del Homenaje.
Todo ello quedará al descubierto, convenientemente restaurado, con lo que los visitantes del recinto podrán disfrutar de muchos más alicientes que los que tenían sus predecesores. Se podrá acceder al patio de la fortaleza y desde allí subir por las escaleras metálicas y pasarelas hasta la zona cubierta y el pasillo superior de la muralla y las torres, desde donde se tendrá vistas inmejorables de la ciudad, el Parque Municipal y el cauce del río.
En el interior, se contará con salas subterránea y la nueva ala del edificio, en las que se ubicarán dependencias para restauración y talleres, archivos, almacén, etc. También se cuenta con las dependencias de la recién restaurada Casa del Gobernador, adosada a la fachada principal, cuyo uso será principalmente administrativo.
Serrano considera que los elementos más modernos «se integran bien en la visión del castillo». Durante estos días de lluvias continuas, la cubierta metálica ha estado recogiendo agua sin problemas.
Distribución
El proyecto de lo que será el futuro Museo de la Ciudad se encuentra aún en fase de elaboración por el archivero municipal, Rafael Navarro, con la implicación del director del Arqueológico, Rafael Ramos, y el arquitecto Serrano Bru. El alcalde quiere que esté listo poco antes de que acaben las obras con el fin de adjudicar estos trabajos de acabado interior para que se ejecuten a continuación de los actuales.
Diego Maciá señaló que todo el conjunto se conocerá como el Museo de la Ciudad, integrando al Arqueológico que existía hasta ahora en el Palacio de Altamira. Contará con una parte más antigua desde la Prehistoria hasta los romanos, que probablemente se ubique en la sala de la muralla, en la primera planta del aparcamiento de Traspalacio. El resto, a partir de los árabes hasta la época actual, iría en el Palacio de Altamira. Con ello se cambia la idea inicial de mantener la parte antigua en el castillo.
Al no haber autorizado la Dirección General de Patrimonio a enlazar por un pasillo subterráneo los sótanos del castillo con el de la plaza de Traspalacio -había que atravesar la muralla medieval-, los dos recintos serán independientes. El visitante entrará en la primera sala y tras recorrerla, saldrá al exterior y entrará, con el mismo tique, al Palacio de Altamira, para seguir el recorrido.
Queda por resolver, entre otras cuestiones, qué hacer con la sala para la Dama. Inicialmente estaba prevista en la Torre del Homenaje, pero con los cambios apuntados por el alcalde, quedaría fuera de su época, puesto que le correspondería estar con las piezas antiguas, en la sala de Traspalacio. Ese lugar, en cambio, no tendrá el encanto histórico y monumental de la gran torre del alcázar, que acogió a los Reyes Católicos camino de la conquista de Granada. Claro que otros conservarán recuerdos más cercanos y menos gloriosos de cuando el recinto fue cárcel o fábrica.
El alcalde considera que la distribución apuntada será la que finalmente se adopte. La sala de la muralla ha sido cedida al Ayuntamiento por la empresa constructora del aparcamiento subterráneo, como se contemplaba en el pliego de condiciones, pero el presupuestos de acondicionamiento correrá a cargo de las arcas municipales.
Este sótano tiene una superficie de 3.000 metros y dispondrá de una parte abierta que estará ocupada por los restos de la torre de la Cova y de la muralla sacados a la luz en las obras de urbanización de la plaza de Traspalacio. Al igual que sucederá en el Palacio de Altamira, los visitantes estarán en contacto directo con restos de construcciones históricas de la ciudad.