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16/4/07 .- http://estadis.eluniversal.com.mx

Reportaje de José Roldán Cobano para El Universal

En Batalha, el monasterio de Santa Maria da Vitória fue fundado por João I para conmemorar el triunfo en la batalla de Aljubarrota, y se inició en el siglo XIV, aunque no estuvo terminado hasta el siglo XVI, por lo que durante su construcción se fueron sucediendo distintos estilos artístico



En Batalha, el monasterio de Santa Maria da Vitória fue fundado por João I para conmemorar el triunfo en la batalla de Aljubarrota, y se inició en el siglo XIV, aunque no estuvo terminado hasta el siglo XVI, por lo que durante su construcción se fueron sucediendo distintos estilos artísticos; iniciado en estilo gótico, derivó hacia el gótico flamígero para acabar en estilo manuelino, siendo, junto con el monasterio de los Jerónimos de Lisboa, la obra cumbre del manuelino portugués.

El pórtico, labrado en el mejor de los góticos, nos introduce en la nave central, magnífica, pese a no alcanzar las dimensiones de la de Alcobaça, a cuya derecha se localiza la Capilla del Fundador, donde están enterrados el rey Juan I, su esposa y sus cuatro hijos, entre ellos Enrique el Navegante.

Si en Alcobaça encontrábamos un claustro, en Batalha hay dos, el Real y el de Dom Afonso V; si el Claustro de Afonso V, de estilo gótico y envuelto en una atmósfera de espiritualidad, destaca por su sencillez, el Claustro Real rebosa espectacularidad por la profusión decorativa y el primoroso trabajo de la piedra; fue construido por Afonso Domínguez, aunque los elementos manuelinos fueron añadidos por el arquitecto Diego de Boitac.

En estilo manuelino se construyó también el panteón que el hijo mayor de Juan I, Dom Duarte, encargó al arquitecto Mateus Fernandes.

El conjunto está formado por un mausoleo y siete capillas, y se conoce en portugués con el nombre de Capelas Imperfectas, en alusión a la no conclusión de las obras, ya que las cúpulas y bóvedas no llegaron a construirse.

Convento de Tomar

Antes de visitar el tercer monasterio conviene desviarse para ver el acueducto de Pegões, construcción del siglo XVII con 180 arcos y dos cuerpos en algunos tramos de su recorrido, que aseguraba el suministro de agua al Castillo de los Templarios y el Convento de los Caballeros de la Orden de Cristo, sede del cuartel de los caballeros del Temple en Portugal.

Fue fundado en 1160 por el gran maestro de los templarios Gualdim Pais, y desde entonces, se sucedieron reformas y ampliaciones ajustadas a los criterios estéticos del momento, por lo cual el Convento de Cristo de Tomar es una lección viva de evolución de la arquitectura, con elementos románicos, góticos, manuelinos, renacentistas y barrocos.

Los más antiguos corresponden a la Charola, primitiva iglesia del convento levantada a finales del siglo XII, tomando como modelo la del Santo Sepulcro de Jerusalén.

De planta circular, su interior alberga un espacio poligonal de 16 lados que rodea un altar central de planta octogonal. El recóndito santuario está decorado por frescos.

Se fueron llevando a cabo las sucesivas ampliaciones, como los Claustros del Cementerio y de Lavagem, promovidos por Enrique el Navegante, el Claustro Mayor, de impecable estilo renacentista, construido por João III.

La Sala Capitular, mandada edificar por el rey Dom Manuel, en la que se encuentra la famosa ventana de Tomar, uno de los símbolos más conocidos de Portugal y una de las obras más representativas del estilo manuelino.

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