Viviendo en un castillo medieval: las excavaciones del castillo de gauzón (Aviles)
16/4/07 .- elcomerciodigital.com
DIARIO DE LOS ARQUEÓLOGOS
¿Cómo era una fortaleza en la Edad Media? ¿Cómo eran sus formas de vida cotidiana? ¿Dónde residían los soldados y dónde desarrollaban su quehacer diario? Han pasado las jornadas de trabajo y la imagen del castillo de Gauzón va aclarándose poco a poco. Las claves de sus muros se descifran y con ello aparece de nuevo el perfil de este milenario baluarte que defendía la ría de Avilés. Ahora sabemos muchas cosas y cada vez que las piedras hablan nos sumergimos algo más en la Asturias de la Edad Media.
Los sondeos abiertos en la plataforma superior permiten reconstruir las trazas de la fortificación. El castillo aparece en esta zona como una pequeña ciudad, muy bien organizada, con diversas áreas integradas en el conjunto. La acrópolis o zona alta presenta un potente recinto amurallado que la convierte en un espacio independiente, el punto más guarnecido del castillo. En el ángulo sureste de la acrópolis se encuentran las construcciones más poderosas. Aquí, la puerta de acceso aparece flanqueada por dos bastiones de distinto tamaño. El más grande da forma a una poderosa torre señorial de 10 metros de longitud y 5 metros de anchura. Su identificación constituyó un momento emocionante de esta campaña. El interior se excava con mucho cuidado y nos lleva a documentar el primer suelo, una base de mortero romano. Aún hay más. Los restos del derrumbe también nos dicen algo: esa habitación de la torre tenía las paredes enlucidas con una pintura de color anaranjado. Tal vez algún día esa sala fue ocupada por uno de los condes de la fortaleza.
Más hacia el norte, ya al exterior de la acrópolis amurallada, aparece un espacio de habitaciones contiguas, con vestigios de suelos. En Edad Media, estas habitaciones estuvieron cubiertas por techumbres de teja. Y al final, como otro espacio de marcada personalidad, se extiende un área de necrópolis todavía sin excavar. Esta zona depara otro de los grandes momentos de la campaña. Al limpiar la maleza se localiza un muro de 5 metros de longitud, excavado parcialmente hace 30 años, que conserva extraordinariamente su viejo enlucido, de gran calidad y cronologías muy antiguas. Sus funciones están siendo analizadas.
Con todo, no sólo debemos hablar de murallas y dependencias. En estos instantes nos encontramos en una de las fases más delicadas e importantes: la excavación de los suelos de ocupación de la fortaleza, es decir, las superficies por las que un día pasaron los soldados, dejándonos restos de su vida. Es un trabajo lento y muy cuidadoso en el que se recogen huesos, conchas, cerámicas y pequeños objetos metálicos que están siendo estudiados y restaurados por los miembros del equipo. También pueden localizarse carbones y esto es fundamental, puesto que a través de las pruebas de Carbono 14 podremos fechar los momentos en que estas zonas fueron recorridas por los habitantes del castillo. Así, cada mañana y cada tarde de trabajo se convierten en un reencuentro con el pasado, un reencuentro que podrán vivir, cuando el castillo sea recuperado, todos los asturianos.
¿Cómo era una fortaleza en la Edad Media? ¿Cómo eran sus formas de vida cotidiana? ¿Dónde residían los soldados y dónde desarrollaban su quehacer diario? Han pasado las jornadas de trabajo y la imagen del castillo de Gauzón va aclarándose poco a poco. Las claves de sus muros se descifran y con ello aparece de nuevo el perfil de este milenario baluarte que defendía la ría de Avilés. Ahora sabemos muchas cosas y cada vez que las piedras hablan nos sumergimos algo más en la Asturias de la Edad Media.
Los sondeos abiertos en la plataforma superior permiten reconstruir las trazas de la fortificación. El castillo aparece en esta zona como una pequeña ciudad, muy bien organizada, con diversas áreas integradas en el conjunto. La acrópolis o zona alta presenta un potente recinto amurallado que la convierte en un espacio independiente, el punto más guarnecido del castillo. En el ángulo sureste de la acrópolis se encuentran las construcciones más poderosas. Aquí, la puerta de acceso aparece flanqueada por dos bastiones de distinto tamaño. El más grande da forma a una poderosa torre señorial de 10 metros de longitud y 5 metros de anchura. Su identificación constituyó un momento emocionante de esta campaña. El interior se excava con mucho cuidado y nos lleva a documentar el primer suelo, una base de mortero romano. Aún hay más. Los restos del derrumbe también nos dicen algo: esa habitación de la torre tenía las paredes enlucidas con una pintura de color anaranjado. Tal vez algún día esa sala fue ocupada por uno de los condes de la fortaleza.
Más hacia el norte, ya al exterior de la acrópolis amurallada, aparece un espacio de habitaciones contiguas, con vestigios de suelos. En Edad Media, estas habitaciones estuvieron cubiertas por techumbres de teja. Y al final, como otro espacio de marcada personalidad, se extiende un área de necrópolis todavía sin excavar. Esta zona depara otro de los grandes momentos de la campaña. Al limpiar la maleza se localiza un muro de 5 metros de longitud, excavado parcialmente hace 30 años, que conserva extraordinariamente su viejo enlucido, de gran calidad y cronologías muy antiguas. Sus funciones están siendo analizadas.
Con todo, no sólo debemos hablar de murallas y dependencias. En estos instantes nos encontramos en una de las fases más delicadas e importantes: la excavación de los suelos de ocupación de la fortaleza, es decir, las superficies por las que un día pasaron los soldados, dejándonos restos de su vida. Es un trabajo lento y muy cuidadoso en el que se recogen huesos, conchas, cerámicas y pequeños objetos metálicos que están siendo estudiados y restaurados por los miembros del equipo. También pueden localizarse carbones y esto es fundamental, puesto que a través de las pruebas de Carbono 14 podremos fechar los momentos en que estas zonas fueron recorridas por los habitantes del castillo. Así, cada mañana y cada tarde de trabajo se convierten en un reencuentro con el pasado, un reencuentro que podrán vivir, cuando el castillo sea recuperado, todos los asturianos.
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Alguien.
9/8/07 6:05h