Alcalá se hace con su Castillo

10/4/07 .- Abc.es

El Castillo de Alcalá volverá a ser escenario histórico de acuerdos solemnes. En el histórico marco de la Torre Mocha, el Ayuntamiento de Sevilla firmará la cesión definitiva de la fortaleza alcalareña a la ciudad que lo acoge y a la que dio lugar. Para Alcalá es el cumplimiento de una reivindicación histórica. Desde el Ayuntamiento anuncian que será el principio de una etapa de intervenciones en la fortaleza para su rehabilitación y su puesta en valor.


Los alcaldes de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, serán quienes estampen la firma en el histórico documento que pone fin a una situación que se alarga desde el siglo XIII. Desde tan lejana fecha, la fortaleza alcalareña pertenece al Ayuntamiento de Sevilla. Sólo en 1996, el Consistorio alcalareño logró una cesión para el uso del Castillo por 40 años, pero la propiedad seguía siendo de Sevilla. Hasta hoy. El escenario elegido para rubricar el acuerdo está lleno de simbología. La Torre Mocha es el lugar en el que se ubicó el primer Ayuntamiento de Alcalá, entonces Cabildo y es posiblemente la parte más antigua de la imponente construcción.


Aparte de la simbología, el acuerdo tiene consecuencias económicas. La posesión por parte de Alcalá facilita los trámites a la hora de reclamar subvenciones y ayudas para su rehabilitación o la dotación de servicios que propicien el uso turístico y lúdico de la fortaleza. Para Alcalá sería una vuelta a sus orígenes, ya que en el Castillo tiene la actual ciudad su germen histórico. Allí nació Alcalá de Guadaíra, si bien luego abandonó la protección de sus murallas para desparramarse por el valle más cómodo para la vida.


Lo que a partir de hoy será en los papeles de Alcalá, es más que un Castillo todo un enorme cerro fortificado. El Castillo almohade más grande de España, enriquecido posteriormente con añadidos cristianos y con los vestigios de la villa medieval que acogieron sus murallas: dos iglesias mudéjares, una residencia noble, un antiguo alminar, unos baños árabes y un completo entramado defensivo y de abastecimiento que incluye puertas, coracha, murallas, parapetos y los restos de un molino a sus pies. Y mirando desde la Edad Media hacia atrás, silos prehistóricos y restos de una fortificación posiblemente romana.


El Alcázar, fuertemente fortificado y delimitado por once torres, es la parte más imponente de la fortificación. Su interés patrimonial es enorme, hay torres árabes, alguna de las cuales conserva decoración pictórica en sus paredes; torres con bóveda de cañón; otra con bóveda de crucería; una con curiosas figuras humanas labradas; otra con hermosos escudos heráldicos y alguna que ha perdido su cubierta con el paso del tiempo. Dentro de esta fortificación hay otra más a modo de castillo dentro del propio Castillo, separada de él con un foso y que correspondía con la residencia del alcaide y con la enorme cisterna de abastecimiento de agua.


El Castillo está declarado como Bien de Interés Cultural y en los últimos años ha sido objeto de obras de restauración centradas sobre todo en la consolidación de las torres en peor estado y en la muralla norte. En este espacio se ha recuperado el trazado original de la segunda línea de murallas defensivas, partiendo de sus cimientos para su reconstrucción. Falta ahora crear un paseo ajardinado que circunde esta zona. A partir de ahora, se quiere seguir interviniendo en la recuperación del alcázar, la realización de excavaciones y la dotación de infraestructuras que hagan comprensible la visita al recinto y añadan atractivo turístico para los visitantes y de ocio para los alcalareños.


En principio se plantea una mejora de los accesos, en particular en la zona exterior al Alcázar, con la creación de plazas de aparcamiento incluidas. Pero además se tiene intención de poner en marcha un centro de interpretación en el antiguo depósito del agua situado frente al Santuario de Santa María del Águila. La obra de adecuación está terminada, sólo a falta de la dotación de este espacio. También será objeto de las primeras obras de rehabilitación la adecuación de todo el camino de ronda, que circunda los dos patios del Alcázar y en el que quedan integradas las torres de defensa. De esta forma, la visita sería mucho más comprensible ya que se podría conocer como funcionaba el sistema defensivo de la parte mejor fortificada y que funcionaba como último reducto de los moradores del Castillo.


Si se confirma la llegada de una nueva etapa de actuaciones en el Castillo, mediante el denominado Plan Almena, será también momento de solventar los abundantes interrogantes históricos que sobre él existen. Enterrados en el alcor fortificados hay desde silos para el almacenamiento de trigo, que posiblemente tengan origen prehistórico, hasta los restos de toda la villa medieval que se aglutinó entorno al Santuario del Águila. Bajo la tierra del cerro están los restos de las casas y las calles. Algunos de ellos salieron a la luz en las excavaciones de la muralla norte, que aportaron una ingente cantidad de materiales cerámicos. Incluso será momento de desentrañar el misterio de la Sima. Una gran oquedad excavada, en la roca, cuya finalidad no se conoce con exactitud y a la que se atribuyen funciones que rondan la leyenda.


El Consistorio de Sevilla aprobó el pasado 22 de marzo la mutación demanial en virtud de la cual se efectuará la desafectación para el Ayuntamiento de Sevilla de los castillos de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y Aroche (Huelva).

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