Expolio arqueológico, cada vez más detenciones, cada vez más actividad
9/2/07 .- Terra Actualidad
Las operaciones policiales contra el expolio de obras de arte en España son como los vendavales en las costas: suceden regularmente; con mayor frecuencia, si acaso.
La operación 'Tertis' comunicada hoy por la guardia civil, recuerda la operación 'Vivo', llevada a cabo en junio de 2006 o la 'Bahía', en febrero del mismo año; o la 'Morteruelo', de octubre y noviembre de 2005; o la 'Lirio', de abril del mismo año. Medio año, más o menos, entre operación y operación policial.
En todos los casos, las detenciones afectan a un grupo muy numeroso de personas, aunque nunca tantos como los 52 de la última operación desarrollada por la guardia civil. En la 'Vivo' se detuvo a 24, en 'Bahía' fueron 15; en 'Morteruelo', 9, y en 'Lirio', 16.
Los detenidos, además, son tanto expoliadores como vendedores y compradores de los restos arqueológicos robados. Las diferencias consisten en que, en algún caso, además de estos tres elementos esenciales de un expolio, intervienen otro tipo de 'especialistas'.
Así, en la Operación Bahía, única submarina, aparecía un historiador, cuya misión era asesorar sobre los lugares en los que podían haberse producido naufragios. En la 'Operación Lirio', era un guardia civil el encargado de dar alguna cobertura a la banda.
En cuanto a las piezas recuperadas en cada operación, también se lleva la palma la 'Tertis': superan las 300.000 las piezas incautadas, pero en todos los casos se cifran en miles los objetos expoliados. El récord anterior lo ostentaba una llamada 'Operación Tambora', efectuada en 2002 en Sevilla y en la que se recuperaron más de 107.000 objetos.
Los territorios en los que se producen estos grandes expolios son cualquiera especialmente rico en historia pero la palma se la lleva sin duda Andalucía, solar donde se puede acceder a restos ibéricos, fenicios, romanos, árabes...
El hecho de que cada vez sean más las detenciones y las incautaciones no parece implicar que disminuya el número de personas dedicadas a esta actividad ilícita.
Antes al contrario. Y no es raro que pese a las actuaciones policiales periódicas, las bandas que se dedican a esta actividad no se arredren. Se trata de un negocio ilícito muy jugoso, que mueve miles de millones de euros anuales.
La operación 'Tertis' comunicada hoy por la guardia civil, recuerda la operación 'Vivo', llevada a cabo en junio de 2006 o la 'Bahía', en febrero del mismo año; o la 'Morteruelo', de octubre y noviembre de 2005; o la 'Lirio', de abril del mismo año. Medio año, más o menos, entre operación y operación policial.
En todos los casos, las detenciones afectan a un grupo muy numeroso de personas, aunque nunca tantos como los 52 de la última operación desarrollada por la guardia civil. En la 'Vivo' se detuvo a 24, en 'Bahía' fueron 15; en 'Morteruelo', 9, y en 'Lirio', 16.
Los detenidos, además, son tanto expoliadores como vendedores y compradores de los restos arqueológicos robados. Las diferencias consisten en que, en algún caso, además de estos tres elementos esenciales de un expolio, intervienen otro tipo de 'especialistas'.
Así, en la Operación Bahía, única submarina, aparecía un historiador, cuya misión era asesorar sobre los lugares en los que podían haberse producido naufragios. En la 'Operación Lirio', era un guardia civil el encargado de dar alguna cobertura a la banda.
En cuanto a las piezas recuperadas en cada operación, también se lleva la palma la 'Tertis': superan las 300.000 las piezas incautadas, pero en todos los casos se cifran en miles los objetos expoliados. El récord anterior lo ostentaba una llamada 'Operación Tambora', efectuada en 2002 en Sevilla y en la que se recuperaron más de 107.000 objetos.
Los territorios en los que se producen estos grandes expolios son cualquiera especialmente rico en historia pero la palma se la lleva sin duda Andalucía, solar donde se puede acceder a restos ibéricos, fenicios, romanos, árabes...
El hecho de que cada vez sean más las detenciones y las incautaciones no parece implicar que disminuya el número de personas dedicadas a esta actividad ilícita.
Antes al contrario. Y no es raro que pese a las actuaciones policiales periódicas, las bandas que se dedican a esta actividad no se arredren. Se trata de un negocio ilícito muy jugoso, que mueve miles de millones de euros anuales.
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