Dénia cree que aún puede triplicar el número de yacimientos en su término (Valencia)

Gisbert destaca que el Plan de Mínimos aumenta la protección del patrimonio en las zonas rurales. Los restos de las alquerías permiten localizar el origen histórico de los pueblos actuales



La primera legislación de carácter proteccionista desarrollada en los años 80 fue la herramienta que ha ido permitiendo a Dénia conocer con amplitud la arqueología -esto es, su pasado histórico- en su casco urbano. Pero en el resto de su término, en las amplias zonas rurales que lo conforman, ya es otra cosa. Ahí, la historia sigue siendo una importante desconocida. Ahí, el Museo Arqueológico de Dénia reconoce que dos tercios de los potenciales yacimientos aún están por descubrir.


La gran importancia de Dénia durante las épocas romana e islámica -y su evolución medieval tras la conquista cristiana- es el mejor indicativo de que, efectivamente, existen bajo tierra trascendentes vestigios de la historia que aún no se han descubierto. Según el director del Museo Arqueológico, Josep Antoni Gisbert, lo sabemos por la toponimia -nombres como Beniadlà o Pinella, directamente relacionados con los asentamientos medievales- que sin embargo no se encuentran documentados y por los relatos orales. Aunque el museo ha ido recogiendo sistemáticamente en los últimos años los descubrimientos a los que sí que ha podido acceder, hasta ahora, dada la amplitud del término de Dénia, era difícil controlarlos: muchos de ellos se destruían antes de ser estudiados y de ellos ya sólo nos llegaba la memoria oral de que un día existieron.
No obstante, algo ha ido cambiando: ya desde la década de los noventa se aumentaron las prospecciones arqueológicas. Y, a juicio de Gisbert, el Plan de Mínimos redactado durante el presente mandato «ha supuesto un hito, pues antes sólo había una protección genérica para los yacimientos que era insuficiente y sólo te enterabas de que existían cuando ya habían sido destruidos. Ahora, en cambio, hay una protección concreta».
De hecho, a la luz de ese Plan de Mínimos, se han catalogado un total de 40 yacimientos arqueológicos existentes en el término de Dénia -evidentemente sin contar con los de la ciudad o con los del castillo- si bien el museo cree que hay muchos más.
A corto plazo, la aparición de yacimientos se multiplicará por la efervescencia urbanística -que azota ya a todo el término- y que con el citado Plan de Mínimos obliga a realizar estudios arqueológicos antes de construir, así como por los movimientos de tierra que tienen lugar en las zonas agrícolas. «En pocos años se triplicarán el número de yacimientos que conocemos», aseveró Gisbert.

Yacimientos actuales

Los yacimientos ya datados hasta el momento no hacen más que ahondar en la riqueza arqueológica en el término de Dénia. Así, en el Montgó se han localizado varias cuevas prehistóricas, como la Cova Ferrando o la Cova Catxupa así como los poblados ibéricos de Coll de Pous, Alto de Benimaquia y Penya del Águila.
Por otro lado, la aparición de hasta 4 villas romanas en el Camí de Gandia -la Marjal, Pont Sec, Madrigues Negrals y Casa Rotja- muestra la gran efervescencia de un vial que en el siglo I era un camino romano que enlazaba con la Vía Augusta. El gran control que permite ahora el Plan de Mínimos ha permitido iniciar la investigación arqueológica, también en la zona norte, de una villa romana en l'Estanyó que se encuentra, como elemento extraordinario, a muy poca distancia de la línea del mar.
En otras zonas agrícolas se pueden constatar instalaciones para la producción de vino romano y alquerías islámicas y mudéjares. En estas últimas se aprecia una amplia densidad de yacimientos y donde hay localizados dos o tres es muy probable que aparezcan hasta 8 ó 10. Y es que el modelo de la alquería es trascendente para comprender la Dénia medieval ya que eran núcleos urbanos rurales ubicados en los mejores lugares geográficos por el abastecimiento, el agua o las tierras del ganado. Están vinculados además al origen de las entidades locales actuales como Jesús Pobre o La Xara.