Francia vende su patrimonio

24/12/06 .- www.sun-sentinel.com

Francia está vendiendo decenas de propiedades públicas en París y las provincias, usando las ganancias para mudar a burócratas gubernamentales a propiedades menos costosas y para ayudar a pagar la deuda nacional.

Hasta ahora, ha vendido decenas de castillos, villas y "hotels particuliers", las mansiones de piedra de la época dorada de París.

Extranjeros, fondos de pensión estadounidenses y firmas de acciones privadas son los mayores compradores hasta ahora. A pesar de todo su orgullo gálico, los franceses parecen felices de que alguien quite esos edificios de las manos de los contribuyentes.

"Todos los lugares son grandiosos, y todos son hermosas piezas de bienes raíces", indica Eric E. Sasson, jefe europeo de bienes raíces del Grupo Carlyle, la firma global de acciones privadas que ha comprado varias propiedades.

Pronto a la venta: el Hotel Majestic, que alguna vez fue un enorme hotel de lujo en el centro de París del que Hitler se adueñó para el cuartel de su gobierno militar en la Francia ocupada.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia ocupó el edificio después de la guerra y lo usó para su diplomacia: los Acuerdos de Paz de París que pusieron fin a la Guerra de Vietnam fueron firmados en su salón de baile con candelabros.

Francia se ve agobiada por su opulento patrimonio. El estado tiene más castillos, mansiones y edificios monumentales de los que puede manejar y apenas puede costear su adecuado mantenimiento.

Además, el país gasta ya de 2,000 a 3,000 millones de euros ($2,650 a $4,000 millones) al año para mantener sus propiedades.

Ha transferido algunas propiedades a los gobiernos provinciales, junto con el dolor de cabeza que representa mantenerlos. Las obras en cientos de sitios más fueron suspendidas por falta de fondos.

Francia no está sola.

En toda Europa, los países se esfuerzan por mantener la arquitectura romana, medieval, del Renacimiento, de la Ilustración, de la Bella Epoca y del Art Deco dejada por sus antepasados.

Gran Bretaña usa 18.7 por ciento de los ingresos de su lotería nacional para apuntalar los edificios viejos del país.

El gobierno italiano creó un fondo de bienes raíces públicamente enlistado, que contiene gran parte de su patrimonio, y hoy renta los edificios.

Debido a que son solamente usuarios, no propietarios, los ministerios individuales han tenido pocos incentivos para gastar en renovaciones públicas. Cuando los presupuestos se encogen, el mantenimiento de los edificios se encarece.

El resultado son interiores gastados y fachadas que se desmoronan.

La gótica Torre Saint-Jacques, en el Cuarto Distrito de París, ha permanecido cubierta con andamios y lonas durante años, en parte esperando dinero para terminar su renovación. Otros edificios son mantenidos por fuera pero son una ruina por dentro.

"Hay castillos en el Loire que están prácticamente en ruinas", señala Jean-Louis Dumont, un miembro socialista del Parlamento.

La crisis es tan grave que, en septiembre, el Primer Ministro de Francia, Dominique de Villepin, prometió 70 millones de euros ($92 millones) anuales en fondos de emergencia para ayudar a cubrir las obras más críticas para evitar que la herencia de Francia se desmorone.

Entretanto, el gobierno se enfrascó en un programa para vender algunos de los edificios usados por sus ministerios. Según un estudio gubernamental del 2006, el estado tiene más de $50,000 millones en propiedades, sin incluir aquellos edificios considerados invaluables, como Notre Dame.

Aproximadamente $20,000 millones de las propiedades del estado son usados para oficinas gubernamentales.

Ya ha vendido edificios con valor de más de $1,600 millones, incluyendo más de $800 millones.

No todos se sienten complacidos por estas ventas. El grupo de pensadores francés Institut Montaigne criticó el programa el año pasado, en un informe que aseguró que el estado está vendiendo "conforme los caprichos del mercado, sin una visión a mediano o largo plazo de la administración de su patrimonio".

Los políticos de oposición se preocupan por cuánto dinero recaudado será gastado. "Estas son las joyas de la familia, y una vez que sean vendida, se habrán ido para siempre", advirtió Dumont. "Debemos ser rigurosos para asegurarnos de que el dinero recaudado sea usado de manera efectiva".

Muchos inversionistas compran con solamente una vaga idea de cómo usarán la propiedad, y el Ministerio de Finanzas afirma que al gobierno no le importa.

"No tendrán el derecho a destruirlo, o a pintarlo de rojo, o construir una torre en el jardín", aseveró un funcionario del Ministerio de Finanzas, quien no pudo ser identificado debido a las reglas del ministerio. "Pero pueden usarlo como un burdel, siempre que cumplan las leyes de zonificación".

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.