Viaje a las epidermis de la tierra: hallazgo de qanat en Fuentelapeña (Zamora)
17/12/06 .- La opinión de Zamora
LA GUAREÑA (Salen a la luz restos de un importante yacimiento arqueológico en Fuentelapeña)
El pasado día 1 de diciembre, mientras las máquinas de la empresa Hermanos Marcos Escudero, contratadas por la Diputación de Zamora, realizaban la excavación de una zanja para la conducción de agua potable en el casco urbano de Fuentelapeña, levantaron una pieza cuadrada de arenisca de unos 60 por 60 centímetros quedando al descubierto un profundo pozo de origen desconocido. La presencia del encargado de obras del Ayuntamiento, Roberto Sánchez Polo, impidió que se procediese al soterramiento de la boca, pues manifestó su voluntad de bajar al pozo con el fin de averiguar de qué se trataba.
El mismo día, y en compañía de otro vecino del pueblo, Félix Pinar, el encargado de obras descendió, mediante una escalera metálica al fondo del pozo provistos de linternas. Observaron algo que nunca habían visto. Se quedaron sorprendidos de que no fuese un pozo normal, que no se tratase de una bodega como las muchas que hay en el pueblo y que hubiese canales por los que discurría agua. Su asombro y sus explicaciones llegaron pronto al Ayuntamiento y al concejal César Polo quien se puso en contacto telefónico conmigo dándome la noticia y pidiéndome alguna explicación.
Les manifesté que pudiera tratarse de una estructura de captación de aguas conocida como qanat, pero que era necesaria una inspección visual para poder confirmarlo. Y el pasado día 14 de diciembre me desplacé hasta Fuentelapeña procediendo a la inspección del lugar en compañía de Roberto Sánchez Polo y provistos de iluminación artificial suficiente, equipo de grabación de vídeo y cámara de fotos, tomando datos de las estructuras encontradas en el subsuelo de Fuentelapeña. La observación hecha no dejó lugar a dudas, se trataba de un qanat de origen musulmán muy bien conservado y ligado, muy posiblemente, al origen del poblado que después se llamaría Fuentelapeña ("Fonte in illa Penna" en latín se traduce por "la Fuente en aquélla roca"). Su datación estaría situada en el siglo IX. De esta inspección se dio, inmediatamente, cuenta al Ayuntamiento, pues el mismo día pudieron ver, la alcaldesa y otros dos concejales, el vídeo que habían grabado en el interior. La alcaldesa encomendó que redactase un escrito para comunicar a las autoridades competentes de la Junta de Castilla y León el hallazgo y su importancia. Estoy elaborando una pequeña memoria del descubrimiento que pronto llegará a la Junta.
La estructura inspeccionada se corresponde con el prototipo de la red de captaciones subterráneas que utilizaron, reiteradamente, los musulmanes de la dinastía Omeya en España y que ellos denominaban qanat (Qanaiat significa arroyos en árabe) o viajes de agua.
La estructura hallada en Fuentelapeña consta de tres galerías abovedadas excavadas en la arenisca natural del terreno, que convergen en el pozo madre, precisamente el que se abrió accidentalmente y por el que se accede al sistema.
Estas galerías se encuentran a siete metros de profundidad y tienen 16 metros, 16 metros y 6 metros y medio de longitud, respectivamente. La altura de la bóveda, partiendo del pozo madre con tres metros de altura, va disminuyendo paulatinamente hasta 1 metro y 30 centímetros en el lugar donde se encuentran los ¿manantiales? o captadores, cuya estructura es idéntica en todos los casos. Tras converger en el pozo madre, las aguas discurren por otra galería con canal con una longitud explorable de 60 metros que se prolonga, sin que se haya podido acceder, por su estrechez, otros 50 metros. A lo largo de esta galería se encuentran tres pozos de excavación y mantenimiento, separados entre sí 13 metros, con altura variable y cubiertos por losas.
Los 20 últimos metros explorados de este canal principal cuentan con bóveda elaborada con paralelepípedos de areniscas talladas y grandes losas, lo que es indicio de que fueron excavados y cubiertos desde el exterior. El conjunto se encuentra en buenas condiciones de conservación pero necesita una intervención para proporcionarle aireación, pues de lo contrario la humedad impregnará paulatinamente las areniscas que se descompondrán pudiendo causar el hundimiento de las bóvedas.
El pasado día 1 de diciembre, mientras las máquinas de la empresa Hermanos Marcos Escudero, contratadas por la Diputación de Zamora, realizaban la excavación de una zanja para la conducción de agua potable en el casco urbano de Fuentelapeña, levantaron una pieza cuadrada de arenisca de unos 60 por 60 centímetros quedando al descubierto un profundo pozo de origen desconocido. La presencia del encargado de obras del Ayuntamiento, Roberto Sánchez Polo, impidió que se procediese al soterramiento de la boca, pues manifestó su voluntad de bajar al pozo con el fin de averiguar de qué se trataba.
El mismo día, y en compañía de otro vecino del pueblo, Félix Pinar, el encargado de obras descendió, mediante una escalera metálica al fondo del pozo provistos de linternas. Observaron algo que nunca habían visto. Se quedaron sorprendidos de que no fuese un pozo normal, que no se tratase de una bodega como las muchas que hay en el pueblo y que hubiese canales por los que discurría agua. Su asombro y sus explicaciones llegaron pronto al Ayuntamiento y al concejal César Polo quien se puso en contacto telefónico conmigo dándome la noticia y pidiéndome alguna explicación.
Les manifesté que pudiera tratarse de una estructura de captación de aguas conocida como qanat, pero que era necesaria una inspección visual para poder confirmarlo. Y el pasado día 14 de diciembre me desplacé hasta Fuentelapeña procediendo a la inspección del lugar en compañía de Roberto Sánchez Polo y provistos de iluminación artificial suficiente, equipo de grabación de vídeo y cámara de fotos, tomando datos de las estructuras encontradas en el subsuelo de Fuentelapeña. La observación hecha no dejó lugar a dudas, se trataba de un qanat de origen musulmán muy bien conservado y ligado, muy posiblemente, al origen del poblado que después se llamaría Fuentelapeña ("Fonte in illa Penna" en latín se traduce por "la Fuente en aquélla roca"). Su datación estaría situada en el siglo IX. De esta inspección se dio, inmediatamente, cuenta al Ayuntamiento, pues el mismo día pudieron ver, la alcaldesa y otros dos concejales, el vídeo que habían grabado en el interior. La alcaldesa encomendó que redactase un escrito para comunicar a las autoridades competentes de la Junta de Castilla y León el hallazgo y su importancia. Estoy elaborando una pequeña memoria del descubrimiento que pronto llegará a la Junta.
La estructura inspeccionada se corresponde con el prototipo de la red de captaciones subterráneas que utilizaron, reiteradamente, los musulmanes de la dinastía Omeya en España y que ellos denominaban qanat (Qanaiat significa arroyos en árabe) o viajes de agua.
La estructura hallada en Fuentelapeña consta de tres galerías abovedadas excavadas en la arenisca natural del terreno, que convergen en el pozo madre, precisamente el que se abrió accidentalmente y por el que se accede al sistema.
Estas galerías se encuentran a siete metros de profundidad y tienen 16 metros, 16 metros y 6 metros y medio de longitud, respectivamente. La altura de la bóveda, partiendo del pozo madre con tres metros de altura, va disminuyendo paulatinamente hasta 1 metro y 30 centímetros en el lugar donde se encuentran los ¿manantiales? o captadores, cuya estructura es idéntica en todos los casos. Tras converger en el pozo madre, las aguas discurren por otra galería con canal con una longitud explorable de 60 metros que se prolonga, sin que se haya podido acceder, por su estrechez, otros 50 metros. A lo largo de esta galería se encuentran tres pozos de excavación y mantenimiento, separados entre sí 13 metros, con altura variable y cubiertos por losas.
Los 20 últimos metros explorados de este canal principal cuentan con bóveda elaborada con paralelepípedos de areniscas talladas y grandes losas, lo que es indicio de que fueron excavados y cubiertos desde el exterior. El conjunto se encuentra en buenas condiciones de conservación pero necesita una intervención para proporcionarle aireación, pues de lo contrario la humedad impregnará paulatinamente las areniscas que se descompondrán pudiendo causar el hundimiento de las bóvedas.
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