Recrearán virtualmente la policromía original del templo románico de Agramunt (Lleida)
23/11/06 .- La Mañana
Un equipo de científicos de la Universitat de Barcelona, UB, recreará virtualmente la policromía original de la portalada principal del templo románico de Santa Maria de Agramunt. Durante algunos siglos, la portalada estuvo pintada con colores vivos con el objetivo de resaltar las figuras y los motivos ornamentales del conjunto escultórico.
Tres especialistas del departamento de cristalografía de la UB, Sarah Boularand, Pilar Giráldez y Màrius Vendrell, han llevado a cabo un primer estudio de los restos de pinturas encontradas entre las figuras de la portada del templo que se encuentra en fase de restauración. En los años ochenta ya fue objeto de una primera restauración y ya se detectaron estos restos aunque no fueron estudiados.
En esta segunda restauración, que dirige el arquitecto, Josep Mora, se está profundizando en este estudio que, después de una segunda fase, culminará conla recreación virtual a través de la cual podrá conocerse la magnificencia de la portada original con toda su policromía.
Actualmente nadie imagina estas esculturas del románico y el gótico pintadas con colores y vivos. El público se ha acostumbrado a la piedra limpia puesto que el paso del tiempo eliminó las pinturas que presentaba.
En el primer estudio realizado se ha constatado la presencia de restos de pintura de colores negro, rojo y ocre. “Estos restos de policromía proceden de superposiciones de tres o cuatro capas de pintura de diversas épocas, lo que demuestra que durante años se realizaron trabajos de mantenimiento para mantener el esplendor del aspecto original”, según los técnicos.
Los resultados de los análisis de las pinturas ponen de manifiesto la importancia de la portalada, “tanto por el conjunto escultórico, como por la presencia de estos restos de policromía que la convierten en uno de los mejores templos conservados del románico catalán”.
Los técnicos destacan especialmente que los pigmentos utilizados no eran de fácil acceso en la Edad Media, “y constituyen materiales de un gran valor puesto que algunos fueron importados de Asia Menor y de Persia. El hecho de no utilizar pigmentos locales para los azules, sugiere una manufactura muy cuidada y, especialmente, cara”. Ello pone de relieve la importancia a nivel social del monumento y confirma las transacciones comerciales de la época.
Tres especialistas del departamento de cristalografía de la UB, Sarah Boularand, Pilar Giráldez y Màrius Vendrell, han llevado a cabo un primer estudio de los restos de pinturas encontradas entre las figuras de la portada del templo que se encuentra en fase de restauración. En los años ochenta ya fue objeto de una primera restauración y ya se detectaron estos restos aunque no fueron estudiados.
En esta segunda restauración, que dirige el arquitecto, Josep Mora, se está profundizando en este estudio que, después de una segunda fase, culminará conla recreación virtual a través de la cual podrá conocerse la magnificencia de la portada original con toda su policromía.
Actualmente nadie imagina estas esculturas del románico y el gótico pintadas con colores y vivos. El público se ha acostumbrado a la piedra limpia puesto que el paso del tiempo eliminó las pinturas que presentaba.
En el primer estudio realizado se ha constatado la presencia de restos de pintura de colores negro, rojo y ocre. “Estos restos de policromía proceden de superposiciones de tres o cuatro capas de pintura de diversas épocas, lo que demuestra que durante años se realizaron trabajos de mantenimiento para mantener el esplendor del aspecto original”, según los técnicos.
Los resultados de los análisis de las pinturas ponen de manifiesto la importancia de la portalada, “tanto por el conjunto escultórico, como por la presencia de estos restos de policromía que la convierten en uno de los mejores templos conservados del románico catalán”.
Los técnicos destacan especialmente que los pigmentos utilizados no eran de fácil acceso en la Edad Media, “y constituyen materiales de un gran valor puesto que algunos fueron importados de Asia Menor y de Persia. El hecho de no utilizar pigmentos locales para los azules, sugiere una manufactura muy cuidada y, especialmente, cara”. Ello pone de relieve la importancia a nivel social del monumento y confirma las transacciones comerciales de la época.
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