Fundación Godia presenta 40 obras desconocidas de su colección de arte medieval
23/10/06 .- Terra Actualidad
La Fundación Francisco Godia presenta a partir de hoy, y hasta el día 6 de enero, una cuarentena de las obras más desconocidas de su colección de arte medieval, entre las que destacan una pequeña tabla del pintor catalán Lluís Borrassá, un cristo crucificado del siglo XVI y una piedad de Alejo de Vahía.
El catedrático de Arte Medieval de la Universidad Autónoma de Barcelona y reconocido medievalista Joaquín Yarza ha sido el comisario de esta exposición, en la que también ha contado con la ayuda de un equipo de restauradores que han trabajado para que las obras más desconocidas de la colección Godia salgan a la luz.
En una rueda de prensa, Yarza ha explicado que ha seguido un criterio cronológico a la hora de colocar las piezas para ser mostradas y ha reconocido que el románico está poco representado en esta ocasión, porque el grueso de la exposición está formado por piezas, que ha calificado de 'magistrales', del siglo XV.
En este sentido, ha destacado una pequeña tabla, de apenas 37x21 centímetros, del pintor Lluís Borrassá (Girona 1360-Barcelona 1424/1425), la última adquisición de la Fundación, de hace apenas unos días, no documentada, y que, seguramente, pertenecía a un retablo.
Es un pequeño lienzo, que formaba parte de un retablo y que fue cortada, de un pintor 'muy prolífico y apreciado' en la Edad Media, con un taller muy bien organizado.
Otra pieza 'excepcional', según el medievalista, es una piedad de Alejo de Vahía, procedente de la iglesia de san Pelayo de Becerril de Campos, en la provincia de Palencia, en la que la virgen coloca encima de su regazo el cuerpo de su hijo muerto y llora su muerte.
Aparecen, asimismo, dos de sus seguidores: José de Arimatea, que le sostiene la cabeza, mientras que la figura de Nicodemo está estirada a sus pies.
De la escuela de Alejo de Vahía, que tuvo un gran prestigio en el paso del siglo XV al XVI, hay otra escultura, un san Sebastián, ya sin flechas clavadas en su cuerpo a consecuencia de los avatares del paso del tiempo, y sin el emblema heráldico colocado en la base en su origen.
Joaquín Yarza ha destacado, por otra parte, como una de las 'estrellas' de la colección un gran cristo crucificado (105x94x25 centímetros) de madera tallada, policromada y dorada, esculpida en el siglo XVI, en el norte de Francia, y que no se había expuesto nunca hasta ahora.
En los cuatro extremos de la cruz aparecen los símbolos de los cuatro evangelistas, como sucede, a menudo, en las piezas de orfebrería.
La exposición se abre con dos tallas románicas, obra de los talleres de escultura que proliferaron en los reinos hispanos durante la Edad media, y que dan muestra de un gran hieratismo.
Por el paso del tiempo, no tienen brazos y en una de ellas falta la figura del niño Jesús.
Como otras figuras de la virgen, objeto de devoción popular, fueron veneradas durante mucho tiempo y luego, en el Barroco, debieron llevar ropas de la época, ha explicado Yarza.
La Fundación Godia expone, además, otro cristo crucificado con los brazos asimétricos y el torso ligeramente curvado, que responde de lleno al gusto de 1300, y una copia de la primera mitad del siglo XVI en óleo sobre tabla de 'San Cristóbal' de la escuela del Bosco.
La muestra se complementa con varios retablos y la 'Sagrada Familia' de Pedro Berruguete, una obra adquirida por la fundación Godia en 2002, y que es una de las piezas, junto a otras dos, que ya se habían mostrado al público, de las cuarenta que componen esta selección.
El catedrático de Arte Medieval de la Universidad Autónoma de Barcelona y reconocido medievalista Joaquín Yarza ha sido el comisario de esta exposición, en la que también ha contado con la ayuda de un equipo de restauradores que han trabajado para que las obras más desconocidas de la colección Godia salgan a la luz.
En una rueda de prensa, Yarza ha explicado que ha seguido un criterio cronológico a la hora de colocar las piezas para ser mostradas y ha reconocido que el románico está poco representado en esta ocasión, porque el grueso de la exposición está formado por piezas, que ha calificado de 'magistrales', del siglo XV.
En este sentido, ha destacado una pequeña tabla, de apenas 37x21 centímetros, del pintor Lluís Borrassá (Girona 1360-Barcelona 1424/1425), la última adquisición de la Fundación, de hace apenas unos días, no documentada, y que, seguramente, pertenecía a un retablo.
Es un pequeño lienzo, que formaba parte de un retablo y que fue cortada, de un pintor 'muy prolífico y apreciado' en la Edad Media, con un taller muy bien organizado.
Otra pieza 'excepcional', según el medievalista, es una piedad de Alejo de Vahía, procedente de la iglesia de san Pelayo de Becerril de Campos, en la provincia de Palencia, en la que la virgen coloca encima de su regazo el cuerpo de su hijo muerto y llora su muerte.
Aparecen, asimismo, dos de sus seguidores: José de Arimatea, que le sostiene la cabeza, mientras que la figura de Nicodemo está estirada a sus pies.
De la escuela de Alejo de Vahía, que tuvo un gran prestigio en el paso del siglo XV al XVI, hay otra escultura, un san Sebastián, ya sin flechas clavadas en su cuerpo a consecuencia de los avatares del paso del tiempo, y sin el emblema heráldico colocado en la base en su origen.
Joaquín Yarza ha destacado, por otra parte, como una de las 'estrellas' de la colección un gran cristo crucificado (105x94x25 centímetros) de madera tallada, policromada y dorada, esculpida en el siglo XVI, en el norte de Francia, y que no se había expuesto nunca hasta ahora.
En los cuatro extremos de la cruz aparecen los símbolos de los cuatro evangelistas, como sucede, a menudo, en las piezas de orfebrería.
La exposición se abre con dos tallas románicas, obra de los talleres de escultura que proliferaron en los reinos hispanos durante la Edad media, y que dan muestra de un gran hieratismo.
Por el paso del tiempo, no tienen brazos y en una de ellas falta la figura del niño Jesús.
Como otras figuras de la virgen, objeto de devoción popular, fueron veneradas durante mucho tiempo y luego, en el Barroco, debieron llevar ropas de la época, ha explicado Yarza.
La Fundación Godia expone, además, otro cristo crucificado con los brazos asimétricos y el torso ligeramente curvado, que responde de lleno al gusto de 1300, y una copia de la primera mitad del siglo XVI en óleo sobre tabla de 'San Cristóbal' de la escuela del Bosco.
La muestra se complementa con varios retablos y la 'Sagrada Familia' de Pedro Berruguete, una obra adquirida por la fundación Godia en 2002, y que es una de las piezas, junto a otras dos, que ya se habían mostrado al público, de las cuarenta que componen esta selección.
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