Universidades, grados y duplicidades: a propósito de la arqueología (S. Gutiérrez Lloret)

Universidades, grados y duplicidades: a propósito de la arqueología Por Sonia Gutiérrez Lloret.

En mi condición de profesora de Arqueología de la Universidad de Alicante,he conocido a través de los medios de comunicación la oferta docente de la Universidad privada Mare Nostrum, según el anteproyecto aprobado por el Consell. Entre las numerosas titulaciones de grado y postgrado propuestas, claramente redundantes con la oferta consolidada y de calidad en las universidades públicas de nuestro entorno, observo con sorpresa la propuesta de creación de un grado en Arqueología. El propio diario INFORMACIÓN (17-XI-2013) señala el solapamiento de carreras en la misma comarca (ya ni tan siquiera provincia), ilustrándolo con numerosos ejemplos que alcanzan en ciertos casos la triplicidad (medicina, enfermería o fisioterapia, derecho y las educaciones infantil y primaria, entre otras que se ven duplicadas). En estos datos no aparece la titulación en Arqueología, lo que puede conducir al ciudadano a suponer erróneamente que, al menos en este caso, se trata de un saber inexistente en la oferta formativa alicantina.

La Universidad de Alicante lleva impartiendo Arqueología desde su formación, en el marco de la antigua licenciatura primero y del actual grado de Historia después. Es más, en una apuesta pionera, a mediados de la década de los años 90 del pasado siglo incorporó a su oferta formativa tradicional (prehistoria y antigüedad) contenidos nuevos como Arqueología Medieval y de los tiempos recientes, arqueología del paisaje y de la arquitectura, museografía o gestión patrimonial, que garantizaban una formación integral tanto en investigación como en el ejercicio profesional. En 2007 también la Universidad de Alicante implantó uno de los primeros másteres oficiales del Estado español en Arqueología profesional: herramientas para la gestión integral del patrimonio arqueológico de acuerdo al RD 56/2005. Tres años después, diseñado ya el nuevo marco normativo del sistema universitario español en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y de Investigación (EEI) y de acuerdo al RD 1393/2007, se puso en marcha el máster universitario en Arqueología profesional y gestión integral del patrimonio por la Universidad de Alicante como título oficial ya adaptado completamente al EEES. Este máster obtuvo verificación positiva del Consejo de Universidades en junio de 2010 y cuenta con dos informes externos positivos de evaluación del seguimiento del título de la Agència Valenciana d'Avaluació i Prospectiva (AVAP), correspondientes a los años 2011 y 2013.

Los estudios de Arqueología en la Universidad de Alicante gozan, en consecuencia, de amplio reconocimiento académico oficial y cuentan con profesorado con acreditación docente e investigadora reconocida, profesores titulares y catedráticos, con amplia trayectoria docente reconocida y un elevado número de sexenios de investigación reconocidos por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI), publicaciones científicas, proyectos de I+D+i financiados en convocatorias públicas y competitivas, intervenciones arqueológicas y patrimoniales de ámbito autonómico, nacional e internacional; actividades todas ellas que son sometidas a los procedimientos de seguimiento y evaluación diseñados por el sistema universitario, parámetros que garantizan la formación de los estudiantes y la calidad de los estudios ofertados en el ámbito disciplinar de la Arqueología.

La docencia de la Arqueología en la UA se integra en el medio académico lógico: en el seno de los estudios históricos (de acuerdo a nuestra tradición académica y disciplinar) y en el marco de un diseño curricular coherente y propio del EEES (grado, master y doctorado) dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UA, al tiempo que su investigación se desarrolla en los medios universitarios previstos a tal fin. La actual oferta formativa contempla una variada gama de orientaciones profesionales, desde la investigación histórico-arqueológica al ejercicio de la arqueología profesional, pasando por el patrimonio, los museos y parques culturales.

Sorprende que en un momento en que la propia Generalitat está diseñando un mapa de titulaciones universitarias, destinado aparentemente a racionalizar la oferta formativa de la Comunidad Valenciana, anime propuestas incongruentes y claramente redundantes, carentes de diseño curricular definido y, lo que es más grave, del entorno investigador que debe garantizar la excelencia de los títulos universitarios. Esta paradoja ni se entiende ni se comparte en el contexto de una pretendida racionalización de la educación superior y creo que ciudadanos, padres y futuros estudiantes deben tenerlo bien presente.

NOTA DE LA ENTREVISTADA
Sonia Gutiérrez Lloret
Catedrática de arqueología de la UA

A propósito del valor de la función pública

El domingo 29 de diciembre se ha publicado una necesaria reflexión de Victoria Bueno sobre el parón en la investigación universitaria, en la que se analizan las consecuencias de los recortes presupuestarios en la investigación básica y se recogen las opiniones de diversos investigadores, entre los que me incluyo. Aun estando totalmente de acuerdo con lo que allí se señala (sobre todo en lo referente a la imposibilidad de consolidar equipos y a la lamentable pérdida de masa crítica formada con recursos públicos), quiero aclarar el sentido de una frase que puede conducir a equívocos. Me refiero a la afirmación de que “es ridículo que los investigadores tengamos que trabajar en el siglo XXI como funcionarios”. Lo que resulta ridículo es que los investigadores universitarios debamos trabajar como burócratas, y pretender que la investigación sea puntera con los únicos recursos de que disponemos los profesores en nuestra condición de funcionarios, es decir nuestros sueldos y nuestra vocación, sin equipos ni recursos técnicos. Valga esta nota para dejar claro mi compromiso con la función pública, que es la garantía de una investigación plural e independiente, de la defensa del bien común y del sistema público de enseñanza que debemos defender, por si a alguien le quedaba alguna duda.