Alarcos, un proyecto colectivo
7/5/13 .- http://www.lanzadigital.com
La Universidad de Castilla-La Mancha acaba de calificar con sobresaliente ‘Cum Laude’ una tesis del ya doctor en Historia del Arte Antonio de Juan (Corral de Calatrava, hace 58 años) que recoge los veintiséis años de actividad de investigación, conservación y en la última etapa de apertura a la sociedad del yacimiento arqueológico de Alarcos, convertido en parque para el disfrute del público.
Muchas cosas han cambiado entre 1984, cuando un grupo de arqueólogos e historiadores empezaron a excavar en la colina del Al-Arak de las crónicas medievales, hasta 2010 la última campaña arqueológica en la que participó De Juan con el parque en pleno apogeo de uso ciudadano con la que finaliza la tesis cuya principal conclusión es que “Alarcos se ha convertido en uno de los principales referentes para Ciudad Real capital que ha generado desarrollo en el entorno y ha permitido disfrutar a los ciudadanos”.
Cesado como director del parque unos meses antes del “cierre temporal” del yacimiento, en septiembre del año pasado, De Juan pasa de puntillas en esta entrevista por la polémica del nuevo modelo de gestión privada que quiere introducir hasta ahora sin éxito el actual Gobierno de Castilla-La Mancha, lo que sí defiende es que “la tutela del yacimiento debe ser pública. Aquí el mercantilismo es difícil”.
De Juan, que se siente partícipe junto a otros arqueólogos como Alfonso Caballero o Macarena Fernández de todo el proceso de patrimonialización para “devolver a los ciudadanos lo que ha sido Alarcos y poder dar un paseo por la historia entendiendo lo que estamos viendo”, también echa mano de cifras para defender la rentabilidad social del parque: “Entre 2003 y 2010 habíamos consolidado en torno a 27.000 visitantes al año y estimamos que por el yacimiento pasaron en esos años en torno a las 200.000 visitas”.
Más datos: el yacimiento ha generado 1.800 contratos, vía escuelas taller (ocho proyectos) o campañas de excavación arqueológica (veinticinco)”. Ha aparecido en cincuenta y cuatro publicaciones nacionales e internacionales, ha participado en treinta y una exposiciones, ha sido objeto de máximo interés de los medios de comunicación y de la sociedad en general y a juicio de De Juan “ha propiciado el impulso de una adecuada distribución de los recursos y usos del territorio, haciendo a estos compatibles con la conservación del patrimonio”.
Según el arqueólogo los distintos programas ejecutados en Alarcos -la escuela taller continúa- se complementaban y funcionaban a la vez, “primando por encima de todo la idea de sostenibilidad y rentabilidad social demandada por la sociedad”.
Con el título ‘La patrimonialización de un yacimiento arqueológico. Alarcos 1984-2010’, la tesis de Antonio de Juan que ha dirigido la profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha Esther Almarcha repasa la trayectoria del yacimiento arqueológico más importante de la capital que ha ido ligada a la evolución que en estos casi treinta años ha experimentado el concepto de patrimonio. “Alarcos se fue sumando a cada iniciativa que se fue generando”, apostilla.
Dos fechas marcan el inicio del proyecto. El año 1982 cuando se aprueba el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que alumbra los cambios y 1984 en el que al abrigo de todo eso se empieza a pensar en una Ley de Patrimonio Histórico Español que saldrá adelante en 1985. “Aquellos años son revolucionarios y aquí nos hacemos eco de los movimientos que hay en el mundo occidental. Se empiezan a ver unos planteamientos de sostenibilidad, de tutela pública, de devolver a la sociedad, de rentabilizar recursos y de desarrollo sostenible”. El arqueólogo se queda con una frase del preámbulo de la ley, “en un estado democrático estos bienes deben estar adecuadamente puestos al servicio de la colectividad y lo son debido a la función social que cumple”, “con esa idea empezamos a investigar primero y consolidar después en Alarcos”.
Otro momento importante en la evolución del parque es 1989 fecha en la se replantean los yacimientos arqueológicos como museos de sitio y conjuntos históricos y en la que Antonio de Juan sitúa el primer momento en el que se empieza a hablar de crear parques arqueológicos en un simposio regional sobre arqueología en el que se plantaron las bases.
Un año después salió la Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha cuando ya Alarcos estaba muy metido en ese proceso. Esa norma recogía en su articulado expresamente la creación de un parque arqueológico, “eso fue un bombazo. Todas las comunidades trabajan en ello pero ninguna había legislado. Había parques culturales en Aragón, conjuntos monumentales de Andalucía, una serie de figuras de protección del patrimonio pero sólo Castilla-La Mancha empezó con los parques y Alarcos estaba en ello”, rememora De Juan.
Los siguientes momentos en la historia del parque son 1992: Alarcos es declarado Bien de Interés Cultural, y 2001 en el que en medio de una crisis económica se prepara el yacimiento para su apertura como parque al público en el año 2003.
Alarcos no es el primer yacimiento arqueológico de Castilla-La Mancha en el que trabaja para convertirse en parque, surge un proyecto por provincia, pero sí el único que está en una capital “y eso influye mucho e influye para todo”.
En todo el proceso se suceden las campañas de excavación, hasta veinticinco y también las escuelas taller “valiosísimas para la conservación y consolidación del yacimiento” y que han dado empleo y formación (lo siguen dando) a mucha gente en Alarcos.
Surgidas en el año 1985 dentro de un programa del Ministerio de Trabajo las escuelas taller llegan a Alarcos en 1990, “en esa época empezamos a hacer nuestros pinitos en cómo se iba a musealizar el yacimiento, a prepararlo para arreglar caminos, etc, y también empezamos a pensar la infraestructura necesaria”. Según el arqueólogo tras la primeras campañas el equipo se había dado cuenta de que al seguir excavando sacamos muchísimos datos pero todo eso hay que conservarlo y entonces es cuando echamos manos de las escuelas taller”.
Cerrado al público, una escuela taller continúa consolidando el yacimiento en el que empieza a ganar importancia la parte ibérica que aflorando bajo lo medieval y que según De Juan “es espectacular”.
Belén Rodríguez
Ciudad Real
Muchas cosas han cambiado entre 1984, cuando un grupo de arqueólogos e historiadores empezaron a excavar en la colina del Al-Arak de las crónicas medievales, hasta 2010 la última campaña arqueológica en la que participó De Juan con el parque en pleno apogeo de uso ciudadano con la que finaliza la tesis cuya principal conclusión es que “Alarcos se ha convertido en uno de los principales referentes para Ciudad Real capital que ha generado desarrollo en el entorno y ha permitido disfrutar a los ciudadanos”.
Cesado como director del parque unos meses antes del “cierre temporal” del yacimiento, en septiembre del año pasado, De Juan pasa de puntillas en esta entrevista por la polémica del nuevo modelo de gestión privada que quiere introducir hasta ahora sin éxito el actual Gobierno de Castilla-La Mancha, lo que sí defiende es que “la tutela del yacimiento debe ser pública. Aquí el mercantilismo es difícil”.
De Juan, que se siente partícipe junto a otros arqueólogos como Alfonso Caballero o Macarena Fernández de todo el proceso de patrimonialización para “devolver a los ciudadanos lo que ha sido Alarcos y poder dar un paseo por la historia entendiendo lo que estamos viendo”, también echa mano de cifras para defender la rentabilidad social del parque: “Entre 2003 y 2010 habíamos consolidado en torno a 27.000 visitantes al año y estimamos que por el yacimiento pasaron en esos años en torno a las 200.000 visitas”.
Más datos: el yacimiento ha generado 1.800 contratos, vía escuelas taller (ocho proyectos) o campañas de excavación arqueológica (veinticinco)”. Ha aparecido en cincuenta y cuatro publicaciones nacionales e internacionales, ha participado en treinta y una exposiciones, ha sido objeto de máximo interés de los medios de comunicación y de la sociedad en general y a juicio de De Juan “ha propiciado el impulso de una adecuada distribución de los recursos y usos del territorio, haciendo a estos compatibles con la conservación del patrimonio”.
Según el arqueólogo los distintos programas ejecutados en Alarcos -la escuela taller continúa- se complementaban y funcionaban a la vez, “primando por encima de todo la idea de sostenibilidad y rentabilidad social demandada por la sociedad”.
Con el título ‘La patrimonialización de un yacimiento arqueológico. Alarcos 1984-2010’, la tesis de Antonio de Juan que ha dirigido la profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha Esther Almarcha repasa la trayectoria del yacimiento arqueológico más importante de la capital que ha ido ligada a la evolución que en estos casi treinta años ha experimentado el concepto de patrimonio. “Alarcos se fue sumando a cada iniciativa que se fue generando”, apostilla.
Dos fechas marcan el inicio del proyecto. El año 1982 cuando se aprueba el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que alumbra los cambios y 1984 en el que al abrigo de todo eso se empieza a pensar en una Ley de Patrimonio Histórico Español que saldrá adelante en 1985. “Aquellos años son revolucionarios y aquí nos hacemos eco de los movimientos que hay en el mundo occidental. Se empiezan a ver unos planteamientos de sostenibilidad, de tutela pública, de devolver a la sociedad, de rentabilizar recursos y de desarrollo sostenible”. El arqueólogo se queda con una frase del preámbulo de la ley, “en un estado democrático estos bienes deben estar adecuadamente puestos al servicio de la colectividad y lo son debido a la función social que cumple”, “con esa idea empezamos a investigar primero y consolidar después en Alarcos”.
Otro momento importante en la evolución del parque es 1989 fecha en la se replantean los yacimientos arqueológicos como museos de sitio y conjuntos históricos y en la que Antonio de Juan sitúa el primer momento en el que se empieza a hablar de crear parques arqueológicos en un simposio regional sobre arqueología en el que se plantaron las bases.
Un año después salió la Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha cuando ya Alarcos estaba muy metido en ese proceso. Esa norma recogía en su articulado expresamente la creación de un parque arqueológico, “eso fue un bombazo. Todas las comunidades trabajan en ello pero ninguna había legislado. Había parques culturales en Aragón, conjuntos monumentales de Andalucía, una serie de figuras de protección del patrimonio pero sólo Castilla-La Mancha empezó con los parques y Alarcos estaba en ello”, rememora De Juan.
Los siguientes momentos en la historia del parque son 1992: Alarcos es declarado Bien de Interés Cultural, y 2001 en el que en medio de una crisis económica se prepara el yacimiento para su apertura como parque al público en el año 2003.
Alarcos no es el primer yacimiento arqueológico de Castilla-La Mancha en el que trabaja para convertirse en parque, surge un proyecto por provincia, pero sí el único que está en una capital “y eso influye mucho e influye para todo”.
En todo el proceso se suceden las campañas de excavación, hasta veinticinco y también las escuelas taller “valiosísimas para la conservación y consolidación del yacimiento” y que han dado empleo y formación (lo siguen dando) a mucha gente en Alarcos.
Surgidas en el año 1985 dentro de un programa del Ministerio de Trabajo las escuelas taller llegan a Alarcos en 1990, “en esa época empezamos a hacer nuestros pinitos en cómo se iba a musealizar el yacimiento, a prepararlo para arreglar caminos, etc, y también empezamos a pensar la infraestructura necesaria”. Según el arqueólogo tras la primeras campañas el equipo se había dado cuenta de que al seguir excavando sacamos muchísimos datos pero todo eso hay que conservarlo y entonces es cuando echamos manos de las escuelas taller”.
Cerrado al público, una escuela taller continúa consolidando el yacimiento en el que empieza a ganar importancia la parte ibérica que aflorando bajo lo medieval y que según De Juan “es espectacular”.
Belén Rodríguez
Ciudad Real
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