Los drones al servicio de la Arqueología

29/11/12 .- http://queaprendemoshoy.com

Puede parecer ciencia ficción pero os aseguramos que es real: cada día hay más yacimientos arqueológicos que son sobrevolados por drones de navegación semiautomática que se encargan de una perfecta documentación gráfica de los restos del pasado.

Desde los inicios de la fotografía, los grandes arqueólogos se dieron cuenta de la importancia del registro gráfico a la hora de documentar los trabajos arqueológicos -ya Howard Carter, desde 1923, fotografió minuciosamente sus excavaciones en la Tumba de Tutankamon-. En la actualidad, cualquier resto físico del patrimonio debe ser registrado fotográficamente para su correcta catalogación, análisis y estudio.

Los restos arquitectónicos y los yacimientos -desde cuevas prehistóricas a fachadas de iglesias barrocas, pasando por fortalezas prehistóricas y ciudades romanas- por su gran tamaño, no pueden ser fotografiados en todos sus ángulos desde el suelo. Así, el trabajo que antes se realizaba de forma manual, generalmente fotografiando los restos desde una escalera o lugar elevado -cada arqueólogo se las apañaba como podía-, hoy en día es llevado a cabo por vehículos no tripulados de gran precisión: los drones.

Pese a que comenzaron usándose pequeños globos, helicópteros o avionetas teledirigidos, en la actualidad se está extendiendo el uso de exacópteros u octocópteros (helicópteros de seis u ocho hélices respectivamente) semiautomáticos, es decir, que realizan un recorrido aéreo durante aproximadamente 10 minutos que ha sido programado previamente mediante sistemas GPS. Durante ese tiempo toman fotografías o vídeos en HD que quedan registrados y georreferenciados de forma precisa en el espacio.

Los objetivos de los drones arqueológicos son fundamentalmente dos: tomar precisas ortofotos (fotos cenitales) y realizar una aerofotogrametría (tomar fotos georreferenciadas desde todos los ángulos) de un yacimiento o edificio. Esta documentación gráfica no sólo permite enriquecer de forma precisa la planimetría de una excavación sino también realizar impresionantes reconstrucciones en 3D que nos permitan entender mejor cómo era cierto espacio en el pasado e incluso recorrerlo nosotros mismos desde nuestro PC gracias a la aplicación de motores gráficos de videojuegos.

Como vemos, las posibilidades de esta nueva herramienta arqueológica son muchas y muy importantes. Su uso y desarrollo se estudia de forma profesional en algunas universidades españolas, siendo uno de los nuevos caminos por los que apuesta la Arqueología contemporánea, consciente de la necesaria unión entre ciencia y humanidades.

Este magnífico vídeo muestra la aplicación de esta tecnología en la fortaleza de la Edad del Bronce de Santu Antine (Cerdeña):

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